“Sierra Gorda”

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El 23 de septiembre del 2015 el P.P. Francisco inscribió en el Libro de los Santos mediante “canonización equivalente” (sin necesidad de aprobar milagros) en Washington, D. C., al doctor en Filosofía y Teología, Miquel Josep Serra i Ferrer con el nombre de su ordenación franciscana de Junípero Serra. El beatificado por el  papa Juan Pablo II ―el 25 de septiembre de 1988― nació en Petra, Mallorca, el 24 de noviembre de 1713, fundó las misiones españolas en la Alta California para morir en la de San Carlos Borromeo del Carmelo, Monterey, el 28 de agosto de 1784. 1 No faltaron críticas furibundas ni la apologética correspondiente para a quien elevaran monumento en su memoria el 17 de septiembre del 2015 en la ciudad de Santiago de Querétaro y otro en el Salón Nacional de las Estatuas en el Capitolio (National Statuary Hall) en la capital de los Estados Unidos de Norteamérica.

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Fray Junípero Serra.

Tu hábito sobrio es coraza protectora de un credo eternizado, humanamente afianzado al cauce nacido en Iberia y depositado en San Carlos ―tu misión de Monterey― para atar con tres nudos marrones la senda de Velicatá a San Francisco.

Francisco Palou.

Portador de la gesta para reconstruir en la soledad los golpes de sandalias empolvadas en veintiún lejanías; amoroso recreador, copartícipe huérfano en la grandeza; con pluma paciente y fiel restituyes los brillos en el opaco retrato del recuerdo. Angustia para no olvidar, voz de hermano, sin ti ¿dónde las penas? Evangelista de “El Camino…” él junto a ti, tú junto a él por siempre.

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«La Sierra Gorda, decretada Reserva de la Biosfera en 1997, es el área natural protegida con mayor diversidad de ecosistemas del país: la joya verde del centro de México…» 2

                «La Sierra Gorda forma parte de la Sierra Madre Oriental y abarca los estados de Hidalgo, San Luis Potosí, Guanajuato y Querétaro. Su nombre seguramente se debe a su superficie tan accidentada, rugosa o brava. El área que abarca es tan rica en biodiversidad, que en 1977 fue declarada, por decreto presidencial, Reserva de la Biosfera con el fin de proteger su enorme riqueza de flora y fauna. El área también tiene una larga historia de ocupación humana, de ‘domadores’ de la sierra, que probablemente se remonta a 4 000 a.C. y llega hasta nuestros días. Durante la colonización, fray Junípero Serra y otros misioneros destacaron por su labor evangelizadora entre los indígenas; su trabajo tuvo tal reconocimiento que, en 2003, se logró la declaratoria de las misiones franciscanas como Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la UNESCO…”. Con esta presentación inicia el recorrido que bajo el tema de La Sierra Gorda de Querétaro presenta el Instituto de Antropología e Historia en su publicación Arqueología Mexicana con número 77. 3 “La Sierra Gorda es un vasto paisaje de montañas, donde la vista alcanza los picos de la Sierra Alta de Hidalgo, el pinar del Zamorano, la profunda cañada de Extorax y más allá de la cuesta de Huazmazontla, los valles intermontanos de las cinco misiones y, a la distancia, los lomeríos de la Huasteca… contiene la parte noreste del estado de Hidalgo, la  parte norte del estado de Querétaro, el este de Guanajuato y el sur del de San Luis Potosí… Está conformada por una serie de cadenas montañosas paralelas con dirección noroeste-sureste, principalmente de rocas calizas, formadas por antiguos lechos marinos durante el Jurásico y el Cretácico, y la intrusión de rocas ígneas en etapas tardías, que dieron origen a los yacimientos minerales en la sierra… con alturas que sobrepasan los 3 000 msnm y cañones que llegan a los 700 msnm. La serranía crea una barrera natural que frena el paso de la humedad que viene de la zona del Golfo, produciendo el efecto conocido como ‘sombra de montaña’, por lo cual el sector oriental es favorecido por la humedad y el occidental sufre de sequía.

«La topografía, con fuertes cambios de altitud, crea una gran variedad de microambientes: bosques de conífera y encinares en las cumbres de las montañas y platanares y caña de azúcar al abrigo de las profundas cañadas; hacia la vertiente oriente, bosques caducifolios; y hacia la parte occidental de la sierra, en colindancia con el Altiplano norte, vegetación xerófita y chaparral en el semidesierto, como efecto de la sombra pluvial.

«Las tres principales corrientes fluviales que cruzan la Sierra Gorda forman parte de la cuenca del río Pánuco y corren por profundos cañones: al norte, el río Santa María Acapulco y sus afluentes, que marcan el límite entre San Luis Potosí y Querétaro; en la parte media, el río Peñamiller-Extoraz, que une su caudal al río Moctezuma, el cual corre por la parte meridional de la región y marca el límite entre Querétaro e Hidalgo…» 4 favorecida por los brazos acuíferos de: Ayutla, Jalpan, Escanela, Victoria, Tolimán…

La riqueza mineral en el espacio es conocida y aprovechada desde tiempos remotos. «Los primeros reportes de ocupación humana tuvieron lugar en el siglo XIX, cuando la sierra fue visitada por ingenieros que buscando vetas dieron cuenta de la existencia de restos arqueológicos, incluidos los de Ranas y Toluquilla. En todas estas menciones se describen estos sitios como fortalezas militares y se les compara con las de las sociedades del Clásico. Hasta la década de 1930, el arqueólogo Eduardo Noguera visita estos sitios para efectuar una inspección y corroborar las apreciaciones de los ingenieros, y desmiente su interpretación al no ver torreones, atalayas y fortines. Noguera define la región como un estadio intermedio entre las culturas del Pánuco y el Altiplano Central, y señala una semejanza con Teotihuacán, Tula y Pánuco.» 5

Aunque destacan los espacios arqueológicos sureños de Ranas ( del grupo étnico de los Pames) y el de Toluquilla (correspondiente al grupo de los Jonaces), la Sierra Gorda aún conserva una importante cantidad de antiguos espacios humanos… área de amplia y prolongada explotación minera, destacadamente la del mercurio (cinabrio y el azogue), antimonio (estibina), plata (argentita), plomo (galena), zinc (esfalerita), ópalo (ópalo precioso), caolín (arcilla) y riolita (roca rosada o blanquecina), caliza (roca para construcción o materia prima para cal) y obsidiana de manera evolutiva desde más allá del año 7 000 a.C., … 6.

Ramiro Valencia informa en “México desconocido” en “Reserva de la biosfera de la Sierra Gorda de Querétaro” (2016) da cuenta sintetizada de la prolífica fauna habida en la zona: oso negro y guacamayas verdes, “… 580 especies de vertebrados, de los cuales 323 son aves, con 19 órdenes distintas, 53 familias, 220 géneros y 27 especies endémicas a la reserva. Los mamíferos suman 131, lo que ubica a la reserva en primer lugar nacional seguido por Montes Azules con 112. Hay 71 especies de reptiles y 23 de anfibios, y estos últimos son los menos estudiados.

“En la reserva existen poblaciones de las seis especies de felinos que habitan el territorio nacional: gato montés… tigrillo… ocelote… el gato moro (jaguarundi, jaguarondi o yaguarundí)… puma… y el imponente jaguar… este último en peligro de extinción…

“Entre las especies endémicas de la Sierra Gorda está la tuza… un tipo de mariposa… algunos artrópodos y peces cavernícolas… [un] crustáceo endémico del rio Extoraz que, a unos meses de ser descubierto ya se encuentra en peligro de extinción…”. Añadamos al recuento anterior: mono araña, pava cojolita, gallina de monte, hocofaisán…informado por Marian Hernández Morales en Biodiversidad de Querétaro, Qro., sin omitir la vital presencia de comunidades de murciélagos en las cuevas de Jalpan de Serra.

El intenso tráfico «comercial y cultural de la zona hacia las costas del Golfo, la Huasteca y la mesa central de México principalmente […] se han encontrado vestigios que dan cuenta del intercambio comercial con las regiones de Río Verde (San Luis Potosí), Teotihuacán, Tula y el Occidente de México, la zona del Bajío, los valles de Querétaro y San Juan del Río… Para el periodo comprendido entre 200 y 1000 d.C., la Sierra Gorda se ha clasificado en tres subregiones: Río Verde, cultura serrana y Huasteca, en las que habitaban grupos con identidades culturales propias.

«La región de Río Verde se encuentra al noroeste del estado de Querétaro […] en la cota de los 1200 msnm. En la región de cultura serrana se localizan los asentamientos de Ranas y Toluquilla, los que, ubicados en las partes altas de las montañas, dominaban los pasos naturales y controlaban los recursos minerales y la circulación de los bienes. La región Huasteca abarca la zona noreste del estado y [en ella sobresalen] Tancoyol, La Campana, Tancama y Tonatico, que controlaban las tierras fértiles en los fondos de los valles y las laderas medias.

«A la llegada de los españoles, las tierras serranas eran habitadas por grupos jonaces, huastecos, ximpeces y pames. De éstos, los jonaces destacaban por su ferocidad y fueron quienes participaron en la polémica Guerra de la Media Luna, en 1749, que representa el fin de los intentos de pacificación de la zona chichimeca. Al parecer, esta famosa guerra se mitificó. Era de dominio común que en el cerro llamado La Media Luna, situado por la carretera a Jalpan, en la zona del semidesierto, hubo una ‘última batalla’ entre los grupos chichimecas con los españoles y sus aliados nativos. Se decía que cuando vieron perdida la batalla, familias enteras de chichimecas se aventaban desde lo alto de las paredes de roca que sobresalen, en un intento de suicidio colectivo, destacando así su integridad cultural.

«Los pames (o xi’oi como se autodenominaban) formaban el grupo más extendido y eran de carácter pacífico y afectos al trabajo y al comercio con los españoles. Fueron quienes se congregaron en mayor número en torno a las misiones y con ellos trabajaron los franciscanos durante más tiempo. En la actualidad se encuentran grupos pames en el municipio de Jalpan y en la delegación de Tancoyol, principalmente en la comunidad de Las Nuevas Flores.» 7

Cabe mencionar que el término náhuatl, chichimeca: «…conlleva una doble carga semántica, pues lo mismo se empleaba para referirse agente salvaje, trashumante y tosca, que a personas valientes, indoblegables y batalladoras.» 8

Los santuarios del juego de pelota en la Sierra Gorda.

«El actual territorio queretano fue asiento de varias tradiciones culturales… Ranas y Toluquilla [posiblemente contemporáneos] son los principales centros ceremoniales y políticos de la cultura denominada ‘serrana’, y cuya extensión ocupó el sur de la intrincada Sierra Gorda, en el área de Querétaro… la cronología de Toluquilla indica dos grandes periodos de constructivos, uno entre 3000 a.C. y 600 d.C. y otro, el más intenso desde esta última fecha hasta el 1400 d.C. Desde el punto de vista económico, esta cultura se distingue por la explotación del sulfuro rojo o cinabrio y por los nexos con la costa del Golfo y el centro de México. Su bella arquitectura, dispuesta en angostos lomos de cerros, es de igual forma sobresaliente: destacan las canchas de juego de pelota, así como la delicada sensibilidad de los artífices, es así que en los muros de los edificios podemos apreciar la cuidadosa disposición de las lajas, el detalle puesto en los perfiles y especialmente en las escalinatas.

«Para mantener el control de las minas, de los sitios de menor rango de los alrededores y de las entradas a la sierra, Ranas y Toluquilla fueron erigidas en posiciones estratégicas, separadas por una distancia de 3 km en línea recta. Se trata de la parte superior de elevaciones montañosas, rodeadas por barrancas profundas y en un ambiente boscoso. La topografía fue determinante en el patrón arquitectónico, aunque se advierte su elaborada planificación: cuando el terreno presentaba quiebres muy marcados fue nivelado con el objeto de generar una superficie más amplia, en las laderas se construyeron terrazas o plataformas reforzadas con muros de contención. El espacio, naturalmente alargado determinó el acomodo lineal de las estructuras, entre las cuales se advierte que el juego de pelota constituyó una actividad primordial, dado que las canchas son el eje central de las trazas urbanas. Los juegos de pelota tienen planta en forma de I, con templos piramidales que rematan uno de sus extremos. Otros elementos que pueden verse son los conjuntos rectangulares de uso habitacional o público, algunas estructuras semicirculares, avenidas, callejones, patios, alfardas, vanos de puertas y muros con altura de más de 2 metros.

«Los estudios de la cultura serrana reconocen varias influencias en la arquitectura, por ejemplo, los basamentos con talud-tablero remiten a Teotihuacán, las cornisas voladas a El Tajín y las escalinatas semicirculares a Balcón de Moctezuma (al suroeste del Estado de Tamaulipas). El sistema constructivo de Ranas y Toluquilla aprovechó los abundantes materiales locales: el núcleo de los edificios consistía en la acumulación de piedra y lodo; las estructuras se revestían con lajas de caliza cortadas, cuyas caras fueron retocadas por percusión, y en determinados casos fueron pulidas para redondear las aristas, imprimiendo suavidad a las composiciones, en especial a las numerosas escaleras semicirculares de Ranas. Además, las hiladas de lajas se colocaron cuidando su horizontalidad y la uniformidad de tamaño. En suma, el resultado es un fino acabado de las fachadas, tal vez con las piedras de los muros expuestas, ya que al parecer no se les aplicaba ningún recubrimiento, a excepción de los pisos de las casas y templos, los cuales se cubrían con tierra compactada o capas de estuco.

Algunos rasgos particulares.

«Aun cuando Ranas y Toluquilla exhiben el mismo estilo arquitectónico, hay diferencias. Trabajos recientes de investigación proponen que Ranas pudo enfocarse a las actividades político-administrativas, tal como lo podrían indicar sus plazas o los espacios más amplios y abiertos a la circulación. Mientras que Toluquilla pudo centrarse en las actividades religiosas, pero con un carácter restringido, dada la carencia de plazas que pudieran reunir un gran número de personas.

«Es notable que Toluquilla esté asentada en una mesa alargada, en una orientación norte-sur; a lo largo de este eje vertical se edificaron cuatro canchas de juego de pelota, con marcadores en el piso, y de modo paralelo una avenida central principal y dos calles laterales. En total ahí se han registrado unos 120 edificios. Por su parte, Ranas ocupa la superficie superior de dos cerros unidos que forman un vértice, con una orientación este-noreste. Cuenta con alrededor de 150 construcciones, divididas en tres sectores: en el I destacan las tres canchas de juego de pelota; en el II se levantaron muros de contención y plataformas para disminuir los fuertes desniveles del terreno, sobre ellas, hay basamentos piramidales. En el sector III está el vestíbulo que da acceso al sitio. Otro rasgo que distingue a Ranas es la variedad de formas en que las escalinatas se integran a los edificios.» 9

Margarita Velasco Mireles 10 asienta el principio para el cambio cultural humano en la región de las misiones: «Los primeros intentos misionales para evangelizar la Sierra Gorda comenzaron con los franciscanos por la parte occidental y los agustinos por la oriental; para fines del siglo XVII franciscanos y dominicos continuaban tratando de establecerse en la región con la ayuda de escoltas militares, sin lograrlo. Para el siglo XVIII, los rebeldes chichimecas seguían alzados, defendiendo su territorio, sin embargo el interés de los españoles establecidos en torno a la Sierra Gorda era mantener la guerra ‘ya que faltaban tierras y la guerra daba una ocupación, dinero y títulos’…»

El desarrollo de las expediciones «pacificadoras» en la zona y la trascendental guerra y derrota de los jonaces próxima al exterminio conocida con el nombre de La Media Luna, corresponde a las acciones dirigidas por José de Escandón y la Helguera y origen de su título de Primer Conde de Sierra Gorda, que inició «un proceso paulatino de desplazamiento, despojo, asimilación, mestizaje y reducción» en las misiones y que, a propuesta del cántabro Escandón, transfiriera las misiones de la orden agustina a la franciscana con autorización virreinal a partir de 1744. Así es cuando el Colegio de Propaganda Fide de la Santa Cruz de Querétaro ―del que dependía el Colegio de San Fernando en la capital del virreinato― por medio de su representante fray Pedro Pérez de Mezquía, en reunión con Escandón recibe las misiones agustinas de Santiago de Jalpan —la primera de ellas construida en el espacio de la Sierra Gorda— y la de San Francisco del Valle de Tilaco para formalizan el acuerdo y a partir de ese momento programar la erección de las misiones de San Miguel Concá, Santa María del Agua de Landa y Nuestra Señora de la Luz de Tancoyol.

La medida enfrentará a las dos visiones para la pacificación del área. Por parte de las autoridades civiles y militares no había otra realidad más que el orden impuesto por la fuerza, en tanto que para la visión evangélica franciscana, la prioridad tendía a la satisfacción de las necesidades básicas para dar templanza a la enseñanza espiritual, radicarlos en sus pueblos cercanos a fin de facilitar su conocimiento de la doctrina y asistencia al misterio de la sacrificio de la misa.

«Religiosos agustinos y franciscanos comenzaron el proceso de evangelización en la Sierra Gorda hacia el siglo XVI, sin embargo sus intentos se extinguieron rápidamente debido a la dificultad del terreno y sobre todo a la hostilidad de los habitantes de esa área de la Gran Chichimeca. Durante el siglo XVII, los dominicos también lo intentaron, aunque sin mejores resultados. Esas órdenes religiosas sólo lo lograron levantar de manera incipiente algunas fundaciones y conventos que fueron destruidos al poco tiempo de establecerse.» 11

El primer asiento para Junípero Serra durante los ocho (¿nueve?) años de estancia en Sierra Gorda fue la misión de Santiago Xalpan (hoy lleva por denominación Jalpan de Serra) en procura de la conversión de los habitantes de la familia de los pames a la vez que introducía e implantaba los rudimentarios conocimientos en agricultura, ganadería de tiro y de labor, sin descuidar el esfuerzo para el aprendizaje y desarrollo de las labores de hilado y tejido, y el comercio, aprendería la lengua del lugar, previa a la actividad para enfrentar más adelante la tarea que le hace personaje inseparable en la historia del «Camino Real» hasta su misión en los espacios de la Alta California.

«En plena euforia de sus trabajos en Sierra Gorda, es requerido para ocupar las misiones de [Santa Cruz] San Sabá, en Texas, devastadas por los apaches, quienes habían flechado a sus misioneros. Acepta contento, aun siendo consciente de que se expone a sufrir el martirio. Pero Dios le tenía reservado otro campo muy distinto. En efecto, no se llevó a cabo el proyecto para el que habían recurrido a Fray Junípero, y éste, al quedar libre de otras obligaciones, se dedica a dar misiones populares por todo el Territorio de la Nueva España, poniendo de manifiesto, una vez más, sus grandes cualidades pastorales y oratorias. Fruto de su fervorosa predicación fueron sonadas conversiones y multitud de penitentes postrados a sus pies para pedir la reconciliación de sus pecados.» 12

«Fue hasta el siglo XVIII, con la llegada del colegio apostólico de Propagada Fide y la decisiva intervención militar (encomendada al controvertido José de Gálvez) para apaciguar y controlar esta zona que representaba un punto clave para la seguridad de los caminos reales de la plata, cuando Fray Junípero comienza el trabajo de sus antecesores e inicia la construcción de las cinco misiones franciscanas en lugares estratégicos, que le permitieran contar con abundantes recursos para lograr la congregación libre y pacífica de los nativos de estas tierras…

«Por aquel tiempo se suprimieron los jesuitas en todos los territorios españoles y, en consecuencia, quedaron abandonadas las misiones de la Baja California. El Gobierno del Virreinato en encargó a los franciscanos llenar ese vacío, y de nuevo tenemos al P. Serra, también como presidente y voluntario, al frente de dieciséis religiosos…

«El 14 de marzo de 1769 embarca hacia Loreto, Baja California, y en cuanto toma posesión de su cargo, elabora planes, distribuye el personal y visita varias misiones.

«Transcurrido un año en este ministerio, llegan noticias de que los rusos, partiendo de Alaska, pretenden ocupar la costa oeste del [territorio] norteamericano. Para adelantárseles, el [45º.] Virrey, [Carlos Francisco] marqués de Croix encarga al visitador General D. José de Gálvez que organice una expedición para la conquista de aquellas tierras. [Es durante esta misma etapa en la historia, que la vacuna contra la viruela traída por el doctor Francisco Xavier Balmis a hombros de huérfanos inoculados uno tras otro llega hasta esos remotos y casi inexplorados territorios.]

«De inmediato Gálvez inicia la operación, tratando el plan con la oficialidad; pero pronto cae en la cuenta de que hay un personaje clave e imprescindible para el feliz éxito de la empresa: el P. Junípero Serra…» [a partir de este punto corresponde a otra parte de la historia del fraile español en el espacio de la Alta California.]

«Empieza así una nueva etapa de evangelización que culmina con las majestuosas edificaciones que hoy podemos disfrutar sin dejar de maravillarnos por la excelsa combinación de elementos de ambas culturas, que nos muestra el grado de integración que alcanzo en su simbolismo el proceso de evangelización, el cual se refleja en la iconografía y detalles arquitectónicos de cada una de la misiones.

«Desde una perspectiva Histórico Cultural, las misiones marcan el encuentro totalmente pacífico y definitivo entre chichimecas-pames y frailes franciscanos.

«Las Misiones franciscanas dieron una vida a una amplia región que había permanecido aislada e hicieron posible la comunicación hacia el noroeste de la Nueva España. Las Misiones Franciscanas de la Sierra Gorda… tienen características únicas en el barroco latinoamericano, tanto por sus concepciones de plantas como de alzados. En sus fachadas presentan una serie de composiciones muy originales a base de elementos decorativos de gran calidad e ingenioso diseño; sus formas esta armadas con tabiques cubiertos de estuco hecho de cal viva quemada en obra y coloreado con tierras.

«A pesar de que estas misiones se establecieron en el siglo XVIII, en ellas se descubren algunos elementos básicos de la arquitectura religiosa de las órdenes mendicantes del siglo XVI, tal vez porque se erigieron en un territorio en curso de evangelización y ocupación, como si se tratara de una región indómita del siglo XVI posterior a la conquista.

«La arquitectura de estas misiones obedece al programa llamado de la ‘traza moderada’ que implantara el virrey de Mendoza en el siglo XVI y que aceptaron las órdenes franciscana, agustina y dominica y aplicaron en los conventos-fortaleza.

«Durante la corta estancia (9 meses) de Fray Junípero Serra en la ciudad de México en 1749, estaban en proceso importantes obras arquitectónicas y artísticas, fundamentalmente de espíritu y diseño barroco, que debe de haber conocido. Se había terminado La Profesa, sede de la orden jesuita, La Villa de Guadalupe y El Palacio de la Inquisición, es muy probable que Serra y sus compañeros conocieran estas obras y estableciera contacto con los alarifes o maestros.

«La arquitectura de las Misiones, no es producto de casualidad; también los frailes, como método de control y adoctrinamiento, harán que la población indígena participe en la construcción y se adiestre en la albañilería, y a esto se debe que la población se exprese y se comunique con riqueza iconográfica como en la época de la arquitectura romántica.

«Otra característica de la arquitectura del siglo XVI es la utilización de la Policromía de influencia renacentista; se trata de diseños a base de líneas negras que pretenden hacer creer que la construcción no es de cal y canto sino de sillares perfectamente cortados y que simulan, marcando las hiladas, este sistema decorativo fue muy utilizado en México durante el siglo XVI tanto en fachadas como en claustros.

«Es claro que la realización de las obras de las Misiones en la Sierra Gorda corresponde por un lado a las grandes cualidades de los franciscanos y, por otro, a la habilidad y buena disposición de los indígenas.» 13

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Época prehispánica: 14

Primeros pobladores. En Cadereyta, al sur de la sierra, en el paraje Mesa de León, se han encontrado puntas de proyectil de los tipos Tilapa y Coxcatlán, que indican la presencia humana entre 6000 y 4000 años de antigüedad.

Clásico (200-900 d.C.). La zona es habitada por los «serranos», que extraían cinabrio para comercializarlo con Teotihuacán.

800 d.C. Hasta la fecha arriban a la región los otomíes, los cuales conviven pacíficamente con los grupos que ya la habitaban.

Posclásico (900-151 d.C.). La desecación progresiva de la zona impide el desarrollo de la agricultura. Ranas, Toluquilla, Quirambal y El Soyatal son abandonados.

Época colonial.

  1. Nuño de Guzmán conquista el señorío de Oxitipa, al que pertenecían Jalpan, Xilitla, Tancoyol y Tilaco.
  2. Comienza la actividad misionera en la Sierra Gorda con la fundación de una misión agustina en Xilitla, San Luis Potosí.
  3. Comienza la guerra con los chichimecas, considerados un peligro para la circulación hacia los reales de minas, como el de Zacatecas.

1676-1677. Los agustinos trabajan en las misiones de Jalpan, Concá y Barranca de acuerdo con los franciscanos.

1682-1683. Desde la misión de Maconí, cabecera de la Sierra Gorda, el capitán Jerónimo de Labra avanza hacia el paraje Las Ranas y funda las misiones de San Nicolás Tolentino, Nuestra Señora de Guadalupe de Daconí, San Juan Tetla, San Francisco Tolimán, La Nopaleda, Santiago del Palmar y San José del Llano. Luego de la muerte de De Labra, las misiones quedan sin protección.

  1. Hacia esta fecha, dominicos y agustinos abandonan las misiones y éstas quedan en manos de los franciscanos que años antes predicaban en Tolimán, Cadereyta, Escanela y Maconí.
  2. Los franciscanos fundan su primera misión en San José de Vizarrón.
  3. El 20 de abril, fray Pedro Pérez de Mezquía funda la misión de Santiago de Jalpan.
  4. Fray Junípero Serra llega a la misión de Jalpan.

1751-1762. Se construyen las misiones de Santa María del Agua de Landa, San Miguel Concá, San Francisco del Valle de Tilaco y Nuestra Señora de la Luz de Tancoyol.

  1. Muere fray Junípero Serra (en la misión de San Carlos Borromeo del Carmelo, Monterey, California), a la edad de 70 años, después de 34 años de labor misionera, 11 de los cuales los dedicó a la noble y formidable tarea de lograr, en compañía de fray Francisco Palou, la integración espiritual, cultural, social y productiva de los indígenas de la región. Hoy el municipio de Jalpan de Sierra lleva ese nombre en honor del misionero.

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En 1598 sobre los senderos usados ancestralmente por los habitantes naturales, inicia la traza del Camino Real de Tierra Adentro en San Juan del Rio y Querétaro para adentrarse poco a poco y favorecer el logro de la plata de Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas y encadenar con el trafico constante a la capital de la Nueva España y sus avanzadas hacia el norte iniciadas con la fundación de las misiones californianas hasta Nuevo México. A la par del comercio, el gran sendero con más de 2600 kilómetros marcado por la Conducta que cada tres años recorría en el espacio temporal de seis meses, el Camino Real, favoreció el intercambio en las culturas, vestimentas, sentidos musicales, constatar las variadas vegetaciones y climas, satisfactores para el paladar, coloridos de los horizontes, a ras de tierra y en la piel de sus habitantes; las lenguas diversificadas, las creencias religiosas, soluciones artesanales para el uso diario, la correspondencia personal y administrativa… lentamente el Camino Real unió reales de minas, haciendas, mezcló pueblos y ciudades y el factor humano hasta ahí desperdigado en la soledad y lejanía de las vidas en las comunidades de la entonces capital de la Nueva España(ahora CDMX), Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes, San Luis Potosí, Zacatecas (hasta aquí la “Ruta de la plata”), Durango y Chihuahua, Albuquerque y Santa Fe en Nuevo México, derrotero marcado con el paso de soldados, aventureros, recuas, carretones, carretas, sandalias de frailes; por las señeras torres de sus iglesias con múltiples advocaciones religiosas, las casonas, haciendas y los palacetes para la administración de los bienes reales que hoy son riqueza histórica.

Cinco siglos después, el día 1 de agosto del 2010, la UNESCO emite su declaratoria de Patrimonio Mundial por la importancia histórica y humana de ese largo recorrido nacido por afanes expansionistas al rigor de la cruz y la espada.

(No confundir con el Camino Real de California en cuya historia rica y compleja figuran destacadamente las ordenes misioneras de los jesuitas, los franciscanos y los dominicos con 61 asentamientos que suben desde Santa Rosa de todos los Santos ―en la Baja California―, hasta San Francisco de Solano ―”Sonoma Mission”, en la Alta California―, misión erigida ya en la época del México independiente (1823), en donde quedan evidencias de los trabajos de fray Junípero Serra y 10 franciscanos más, quienes, desde el Colegio Apostólico de San Fernando pasaron a la Sierra Gorda, (Junípero, con nombramiento de Presidente de las Misiones y Palou nombrado subprefecto), punto de partida para la futura actividad proselitista en las Californias cuya finalidad de ocupación era menos espiritual de lo aceptado y más apegada a los afanes del domino y control de los espacios “propiedad” del Rey de España.

 

Notas:

1.- Hay una interesante edición de Editorial Porrúa en su serie «Sepan Cuántos…» con número de catálogo 143, la integra: Historia de la Antigua o Baja California del jesuita Francisco Xavier Clavijero y la Vida de Fray Junípero Serra y Misiones de la California Septentrional de fray Francisco Palou con estudios preliminares de don Miguel León Portilla.
La fecha de su beatificación corresponde a lo asentado en “Junípero Serra, apóstol de Sierra Gorda y California”, franciscanos.org, fecha que también establece catholic.net en su “Apóstol de California”.
2.- Arqueología mexicana, volumen XIII, número 77, enero-febrero del 2006, página 14. Sierra Gorda. Joya verde del centro de México.
3.- Arqueología mexicana… número 77… página 27. Josué Cornejo en Guía de viajeros determina: “Estudios recientes indican una antigüedad de ocupación humana que va de los 6 000 a los 4 000 años para la ocupación humana más temprana del sur de la zona…”
4.- Margarita Velasco Mireles. El mundo de la Sierra Gorda. Arqueología mexicana… número 77… página 28 y 29. La autora integra un mapa en la página 31 donde nos indica las poblaciones prehispánicas con sus respectivos vestigios arqueológicos habidas en la Sierra Gorda; de norte a sur y algunos de ellos ya con nombre modificado bajo la égida española: Arroyo Seco, Concá, San Juan, Tancoyol, Purísima, Lobo, Sabino, Ahuacatlán, Ecatitlán, Cerro de la Campana, Vigas, La Colonia, Arquitos, Tancama, Tilaco, Cerro del Sapo, Tonatico, Los Moctezumas, Pueblo Viejo, La Plazuela, Canoas, Soyatal, Deconi, Ranas, El Doctor, Toluquilla.
5.- Elizabeth Mejía Pérez Campos y Alberto Herrera Muñoz. El sur de la Sierra Gorda: Ranas y Toluquilla Arqueología mexicana… número 77… páginas 38 a 41.
Merece atención la publicación “Diálogos con el pasado. Recuento”, editado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en el año del 2012, integrado por 22 aportaciones de especialistas, en las páginas de la 207 a la 216 queda el trabajo de Elizabeth Mejía Pérez Campos: “Toluquilla. Querétaro”: “Toluquilla es un vocablo hibrido de la raíz náhuatl reciente, compuesto por tolloa, verbo que describe la acción de jorobarse y la partícula castellana illa, por lo que se ha interpretado como ‘Cerro del Jorobado’.
“El cerro se encuentra rodeado de cañadas con una posición estratégica para el control de la circulación y los recursos regionales. La parte alta fue modelada con rellenos y excavaciones para formar superficies planas a diferentes niveles y, sobre ellas, construir la ciudad, siguiendo el eje del cerro, es decir, en dirección norte-sur; la ciudad consta de unos 120 edificios en la cima, entre cuartos, plazas y templos distribuidos alrededor de cuatro Juegos de Pelota…”
En la lengua náhuatl tolloa conlleva también el sentido de inclinar, bajar (la cabeza) de manera reverencial, así, aunque sea un vocablo hibrido queda la posibilidad de referir a un pequeño lugar o santuario ante el cual inclinar la cabeza respetuosamente.
6.- Adolphus Langenscheidt. La minería en la Sierra Gorda, Arqueología mexicana… número 77… páginas 46 a 53. (Con mapa en la página 48.)
7.- Josué Cornejo. Guía de viajeros. La Sierra Gorda de Querétaro, Arqueología mexicana… número 77… páginas 78 a 85.
8.- Diego Prieto Hernández. Las misiones de fray Junípero en la Sierra Gorda queretana, Arqueología mexicana… número 77… páginas 54 a 61.
9.- La arquitectura precolombina en Mesoamérica. Editorial Jaca Book SpA, Milano, Italia, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Conaculta, 2009. María Teresa Uriarte, editora; páginas 149 a 152.
10.- Margarita Velasco Mireles. Arqueología mexicana… número 77… páginas 28 a 37.
11.- Las Misiones Franciscanas de la Sierra Gorda. fundacionserra.com
12.- Salustiano Vicedo, o.f.m. Fray Junípero Serra, apóstol de Sierra Gorda y California. franciscanos.org/santoral
13.- Las misiones franciscanas de la Sierra Gorda. fundacionserra.com Resulta recomendable de menos un vistazo a Cinco siglos de identidad cultural viva. Camino Real de Tierra Adentro. Instituto Nacional de Antropología e Historia, Consejo Editorial de la Administración Pública del Estado de México. José Luis Perea, coordinador.
14.- Con el riesgo de redundar, queden algunas fechas destacadas con respecto al espacio queretano de la Sierra Gorda y sus alrededores tomados de Cronología, Arqueología mexicana… número 77… página 80 y sin firma.

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