Casaubon y Compañía

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Le exigíamos a Umberto Eco otra experiencia semejante a El nombre de la rosa y nos estremeció con El Péndulo de Foucault*

Un tijeretazo al libro.

―Estoy realmente cansado de ese Vademécum del Contribuyente. Tendría que volver a escribirlo y no tengo ganas. ¿Molesto?

―Diotallevi ―dijo Belbo, y nos presentó.

―Ah. ¿Ha venido a ver los templarios? Pobrecillo. Oye, se me acaba de ocurrir una buena: Urbanística Gitana.

―Muy buena ―dijo Belbo con tono admirativo―. Yo estaba pensando en Hípica Azteca.

―Sublime. Pero, ¿dónde la incluyes? ¿En la Eolofonía o entre los Adynata?

―Eso tenemos que verlo ―dijo Belbo, hurgó en el cajón y sacó unos papeles― La Eolofonía…― Me echó una mirada y percibió mi curiosidad―. La Eolofonía, usted bien sabe, es el arte de dar voces al viento. Pero no ―dijo dirigiéndose a Diotallevi―, la Eolofonía no es un departamento sino una asignatura, como la Avunculogratulación Mecánica y la Pilocatábasis, que pertenecen al departamento de la Tripodología Felina.

―¿Y eso de la tripolo…? ―me atreví a preguntar.

―Es el arte de buscarle tres pies al gato. Este departamento comprende la enseñanza de las técnicas inútiles, por ejemplo la Avunculogratulación Mecánica enseña cómo construir máquinas para saludar a la tía. No sabemos si dejar en este departamento a la Pilocatábasis, que es el arte de salvarse por los pelos, y no parece inútil del todo. ¿Verdad?

―Por favor, explíquenme en qué consiste toda esta historia… ―imploré.

―Sucede que Diotallevi, y yo mismo, estamos proyectando una reforma del saber. Una Facultad de Trivialidad Comparada, donde se estudien asignaturas inútiles o imposibles. La facultad tiende a reproducir estudiosos capaces de aumentar al infinito el número de temas triviales.

―¿Y cuántos departamentos hay?

―Por ahora cuatro, pero ya podrían contener todo lo cognoscible. El departamento de Tripodología Felina tiene una función propedéutica, tiende a desarrollar el sentido de lo trivial. Un departamento importante es el de Adynata o Impossibilia. Por ejemplo, Urbanística Gitana e Hípica Azteca… La esencia de esta disciplina consiste en comprender las razones profundas de su trivialidad, y en el departamento de Adynata también de su imposibilidad. Allí están, pues, la Morfemática del Morse, la Historia de la Agricultura Antártica, la Historia de la Pintura en la Isla de Pascua, la Literatura Sumeria Contemporánea, los Fundamentos de Examenología Montessoriana, la Filatelia asiriobabilónica, la Tecnología de la Rueda en los Imperios Precolombinos, la Iconología Braille, la Fonética del Cine Mudo…

―¿Qué me dice de la Psicología de las Masas en el Sahara?

―Está bien ―dijo Belbo.

―Está bien ―dijo Diotallevi con convicción― Tendría que colaborar. Este joven tiene buena madera, ¿verdad, Jacopo?

―Sí, me di cuenta en seguida. Anoche elaboró razonamientos estúpidos con mucho ingenio. Pero prosigamos, puesto que el proyecto le interesa. ¿Qué hemos incluido en el departamento de Oximórica, que no encuentro la ficha?

Diotallevi extrajo un papelito del bolsillo y me miró con sentenciosa simpatía:

―En la Oximórica, como su mismo nombre indica, lo importante es el carácter autocontradictorio de la disciplina. Por eso estimo que la Urbanística Gitana tendría que incluirse en ella…

―No ―dijo Belbo―, sólo si se llamara Urbanística Nómada. Los Adynata se refieren a una imposibilidad empírica, mientras que la Oximórica abarca la contradicción en los términos.

―Ya veremos. Pero ¿qué hemos incluido en la Oximórica? Pues las Instituciones de Revolución, la Dinámica Parmenidea, la Estática Heraclitea, la Sibarítica Espartana, los Fundamentos de Oligarquía Popular, la Historia de las Tradiciones Innovadoras, la Dialéctica Tautológica, la Erística Booleana…

A esas alturas me sentía retado a demostrar mi temple.

―¿Puedo sugerir una Gramática de la Anomalía?

―¡Estupendo! ―exclamaron ambos, y se pusieron a escribir.

―Hay una pega ―dije.

―¿Cuál?

―Si anunciáis el proyecto, se presentará un montón de gente con publicaciones fidedignas.

―¿No te decía yo que es un joven agudo, Jacopo? ―dijo Diotallevi―. Pero ¿sabe que ése es precisamente nuestro problema? Sin quererlo hemos trazado el perfil ideal de un saber real. Hemos demostrado la necesidad de lo posible. Por tanto, será necesario callar…

Para no desaprovechar y a la vez descargar el escritorio, compartimos los siguientes temas: Misticismo en el ateo; Mercurianos lunáticos; Los discípulos enófobos de Mayáhuel; Linceo y Diógenes: un estudio oftalmológico…

* Umberto Eco. El péndulo de Foucault. Biompani-Lumen-Orbis-Patria. Traducción de R. P., revisada por Helena Lozano. Cuarta edición, febrero de 1990. En las páginas 70, 71 y 72

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