Boston, 10 de noviembre de 2022.- En los 12 meses desde la COP26, las empresas se han enfrentado a lo inesperado en forma de trastornos geopolíticos, interrupción de la cadena de suministro, aumento de la inflación mundial y, ahora, la amenaza de una recesión.

A pesar de esta tormenta perfecta, el compromiso a largo plazo de las empresas con la descarbonización se ha mantenido. El número de empresas que adoptan objetivos basados en la ciencia aumentó un 179% en 2021 antes de la COP26 y continúa creciendo a un ritmo acelerado antes de la COP27. Sin embargo, al hacer tales promesas, los ejecutivos deben reconocer que el entorno para la descarbonización y el cambio climático han cambiado en poco tiempo. Vemos cuatro cambios con respecto al año pasado que condicionarán a las empresas que están priorizando su descarbonización.

De la ambición a los resultados, con monetización. Establecer metas es la parte fácil, pero cumplir esos objetivos ha resultado difícil. Este año más que nunca, las empresas se encuentran con el reto de mirar más allá de la definición de metas para atender los desafíos reales de la descarbonización.
Intervención política global. La intervención de las autoridades se ha vuelto más frecuente y más compleja en el último año. Gobiernos de todo el mundo están actuando con mayor decisión para hacer de la transición del carbono una fuente de ventaja competitiva en lugar de arriesgarse a perder el negocio verde en favor de otro país.
Adáptese ahora, no mañana. A medida que los efectos del cambio climático se vuelven más evidentes, también lo es la necesidad de mitigar mediante la reducción de emisiones y adaptarse a un clima cambiante. Las empresas líderes han comenzado a intensificar sus análisis de riesgos físicos y a adaptar su estrategia, operaciones y cadena de suministro.
Transición justa. A medida que las economías en desarrollo y las comunidades desatendidas luchan contra el impacto del aumento de los precios de la energía y los alimentos, las empresas se enfrentan a la realidad de que la transición del carbono debe abordarse de manera justa para todos.

Estos cambios se producen en un momento en que las empresas están diseñando e implementando estrategias para responder a la recesión, donde tendrán que tomar decisiones difíciles. Tres temas caracterizarán esta recesión: manejar los costos en un entorno inflacionario, restablecer las cadenas de suministro para hacerlas resilientes y examinar la inversión estratégica frente a la incertidumbre.

¿Qué significa esto para los ceos?

Adaptación estratégica. Las empresas no necesitan más escenarios climáticos, sino claridad sobre los más relevantes. Necesitan identificar las señales que indicarán lo que viene a continuación. Esto es especialmente vital dado el ritmo acelerado de los cambios de política y los avances tecnológicos. Especialmente en la recesión actual y con el cambio climático intensificándose, los ganadores adoptarán una estrategia viva, con actualizaciones trimestrales para la junta y el comité ejecutivo sobre temas estratégicos.
Necesidades de los inversionistas y prestamistas. Los accionistas están agudizando sus expectativas sobre la descarbonización y, al mismo tiempo, no están dispuestos a comprometer los rendimientos a corto plazo. Esta tensión percibida puede crear disonancia en los mercados de capital. Si bien gran parte del esfuerzo por comunicar sobre la descarbonización se ha dirigido a los accionistas, los prestamistas también se han vuelto cada vez más asertivos.
Descarbonización centrada en el cliente. Las empresas que tienen más éxito en sus transiciones climáticas comienzan la descarbonización pensando en el cliente y trabajan hacia atrás en las ofertas, las operaciones y la cadena de suministro. Más que nunca, será fundamental comprender claramente las prioridades de sostenibilidad de los clientes que atraviesan una recesión y están muy enfocados en los costos. La mayor presión sobre los costos requiere un razonamiento aún más específico de los beneficios de la baja emisión de carbono como parte de una propuesta de valor integrada.
Alianzas para resultados. La transición del carbono es un problema demasiado grande para que lo resuelva una empresa por sí sola y las empresas deben involucrar al ecosistema más amplio de clientes, proveedores y pares en toda la cadena de valor. Otro beneficio de asociarse es que puede ser una excelente manera de distribuir los costos en nuevos enfoques, que puede ser crítico durante una recesión.
Organización verde, totalmente empoderada. Los directores pueden estar completamente convencidos de la necesidad de una descarbonización agresiva, dadas las interacciones con los inversores, la junta directiva y los clientes clave. Los nuevos empleados a menudo eligen un empleador en función de sus credenciales ecológicas. Sin embargo, la tarea de cumplir con la descarbonización se ha trasladado a la gerencia media, y algunas empresas invierten poco en convencer y capacitar a ese sector para que haga el trabajo.

A medida que los ceos trazan su estrategia en estas cinco áreas para navegar su transición de carbono y energía en medio de una recesión, pueden distraerse con predicciones futuras poco realistas o con la ilusión de que pasar a un negocio más ecológico es una tarea fácil. El cambio climático se hace más evidente: urgen riesgos geopolíticos y desafíos macroeconómicos. Pero las empresas que adopten un enfoque de pragmatismo visionario estarán sobre una base sólida para navegar los cambios y superar a sus competidores menos ágiles y preparados.

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