Ciudad de México, 10 de noviembre de 2022.- La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Agricultura) emitió el acuerdo por el que se modifica y amplía, por segunda ocasión, la vigencia del similar que establece una red de zonas de refugio en aguas marinas de jurisdicción federal frente a la costa oriental de Baja California Sur, en el corredor marino de San Cosme a Punta Coyote, publicado el 16 de noviembre de 2012.

En el acuerdo, publicado hoy en el Diario Oficial de la Federación y fundamentado en opinión técnica del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), se establecieron 12 polígonos como zonas de refugio pesquero -nueve totales temporales y tres parciales temporales- por un nuevo periodo de cinco años.

La dependencia federal detalló que en las zonas de refugio pesquero totales temporales se encuentran las localidades de San Marcial, San Mateo, Estero de Tembabiche, San Diego, La Habana, Estero San José, El Pardito, Norte de San Francisquito y Punta Coyote.

En ellas no podrá llevarse a cabo ninguna actividad de pesca comercial, didáctica, de fomento o de consumo doméstico sobre ninguna especie de flora o fauna acuáticas durante un periodo definido, mientras que la pesca deportivo-recreativa sólo se permitirá en la modalidad de «captura y libera», apuntó.

Indicó que en las zonas de refugio pesquero parciales temporales sólo se podrán realizar actividades de pesca comercial, deportiva-recreativa o de consumo doméstico sobre una o varias especies de flora y fauna acuática, durante un periodo definido y solo mediante el uso de artes o métodos de pesca específicos de carácter altamente selectivo.

Subrayó que lo anterior aplica para las zonas El Pardito Oeste, donde se podrá realizar pesca de consumo doméstico y captura de cochito, pargo amarillo, pargo mulato, cabrilla sardinera y cardenal, al usar exclusivamente piola con anzuelo y arpón.

Precisó que los pescadores de La Brecha podrán capturar pesca de sardina con atarraya, de macarela con línea de mano y anzuelo del número nueve, así como de calamar mediante el uso de poteras, estas tres últimas especies destinadas exclusivamente a su empleo como carnada.

En la zona El Guano sólo se llevará a cabo pesca de sardina con atarraya para su empleo exclusivo como carnada en la pesca ribereña, refirió en el documento publicado hoy.

De acuerdo con Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, las zonas de refugio son áreas delimitadas en las aguas de jurisdicción federal con la finalidad de conservar y contribuir -natural o artificialmente- al desarrollo de los recursos pesqueros con motivo de su reproducción, crecimiento o reclutamiento, así como preservar y proteger el ambiente que lo rodea.

Las disposiciones establecidas no aplican para las especies acuáticas en un estatus de protección en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, Protección ambiental-especies nativas de México de flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo y especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio-lista de especies en riesgo, publicada en el Diario Oficial el 30 de diciembre de 2010.

Agricultura señaló que quienes contravengan el acuerdo se harán acreedoras a las sanciones establecidas en el artículo 133 de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables y demás disposiciones legales aplicables.

La vigilancia del cumplimiento de este acuerdo estará a cargo de la Secretaría, por conducto de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), y la Secretaría de Marina, cada una en el ámbito de sus respectivas competencias.

Conocimiento científico, base de políticas públicas en pesca mexicana
La investigación científica es la base más eficaz para conservar y aprovechar los recursos pesqueros y acuícolas de manera sustentable y, a su vez, contribuir a la seguridad alimentaria y nutrición de la población, destacó el director general del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), Pablo Arenas Fuentes.

“La investigación es fundamental para el manejo responsable de los recursos naturales, en particular los del mar y los sistemas acuícolas. Sin la investigación, estaríamos navegando a ciegas”, expresó.

En el marco del Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció en 2002, refirió que el conocimiento científico es esencial en la toma de decisiones y el establecimiento de las políticas públicas del país.

Recordó que la ONU estableció el 10 de noviembre como el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, con el objetivo de hacer hincapié en el uso responsable de la ciencia para beneficio de las sociedades y, de manera particular, la erradicación de la pobreza y en pro de la seguridad humana.

Arenas Fuentes comentó que los científicos cuentan con una “bola de cristal para consultar el futuro”, es decir, un conjunto de instrumentos científicos y datos técnicos para determinar la magnitud, temporalidad y mecanismos para las vedas, las cuotas de captura y el manejo de las especies acuáticas, por ejemplo, información que se comparte con las autoridades y la población.

El Inapesca –que cuenta con 14 Centros Regionales de Investigación Acuícola y Pesquera (Criaps) a nivel nacional– emite más de dos mil opiniones, dictámenes técnicos, normas y planes de manejo para la administración de los recursos pesqueros cada año, señaló. “Es un esfuerzo enorme y una inversión del gobierno para mantener nuestros recursos naturales”, enfatizó.

Subrayó que la ciencia y la tecnología también son el motor para impulsar la industria pesquera en casi 12 mil kilómetros de litorales y, por tanto, la generación de alimentos, empleos y la economía nacional. Es indispensable recordar que bajo el agua se tiene riqueza y es fundamental usarla de manera adecuada y sustentable, insistió.

Destacó que México tiene la decimotercera zona económica exclusiva más grande, con una superficie total superior a 3.2 millones de kilómetros cuadrados y se coloca entre los países con las áreas más grandes del mundo.

Datos de Agricultura estiman que México se ubica en el lugar 15 de la producción pesquera mundial, al alcanzar 1.75 millones de toneladas y esta actividad genera, al menos, 350 mil empleos directos e indirectos, indicó.

Comentó que el consumo per cápita promedio es de 14 kilogramos, por lo que existen oportunidades de crecimiento, ya que el consumo mundial supera los 20 kilogramos por persona, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

A 60 años de su creación, dijo, el Inapesca se ha consolidado como una de las principales instituciones en la materia y ha llevado el rumbo del sector con base en el conocimiento técnico y científico. “México es un país rico en recursos acuáticos y, por ende, sus ríos, lagos, costas y mares son centrales para su futuro”, subrayó.

Entre los logros del Inapesca se encuentran la aportación de bases técnicas para ampliar de nueve a 12 millas el mar territorial de nuestro país; participó en la promulgación del decreto sobre las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva y sus trabajos han facilitado la emisión de permisos, métodos y artes de pesca, niveles, vedas y tallas mínimas de captura.

También se suman las cartas Nacional Pesquera y Nacional Acuícola, el Plan de Acción Nacional para el Manejo y Conservación de Tiburones, Rayas y especies afines, así como de estudios orientados en la protección de especies capturadas incidentalmente —atún y camarón— y en riesgo —como la totoaba—.

En fechas recientes el Instituto describió tres montañas submarinas en Punta Eugenia, Baja California, y Michoacán con apoyo del Buque de Investigación Pesquera y Oceanográfica “Dr. Jorge Carranza Fraser” –uno de los más modernos del mundo y equipado con la más alta tecnología—.

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