Don Juan: arquetipo y rechazo

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El barroco Tirso de Molina (fray Gabriel José López y Téllez ―24 de marzo de 1579‒20 de febrero [12 de marzo] de 1648), aporta al teatro español del siglo XVII ―concretamente en 1630― el personaje complejo y discutido de don Juan en su texto de El burlador de Sevilla y convidado de piedra (a esta aparición del clásico personaje don Juan Tenorio, le precede la obra  representada por la compañía de Jerónimo Sánchez con el título Tan largo me lo fiais (algunos lo atribuyen a Andrés de Claramonte, dramaturgo y actor español “a caballo” entre los siglos XVI y XVII):

«No hay plazo que no llegue

ni deuda que no se pague

(…)

Mientras el mundo viva

no es justo que nadie diga:

¡Cuán largo me lo fiais!

siendo tan breve el cobrarse»

Al burlador don Juan[1] lo retomaran posteriormente (Jean Baptiste Poquelin) Moliere, Wolfgang Amadeus Mozart (Don Giovanni [2] con libreto de Lorenzo Da Ponte[3]) [4], seguido de cerca por un poema satírico extenso de (George Gordon) Lord Byron, José Zorrilla…[5].

              Las diferencias entre el inicial don Juan de Tirso de Molina  y el de José Zorrilla estriba en el más allá.En tanto que el de Molina muere irredento, en la obra del romántico Zorrilla [y Moral]  (Don Juan Tenorio. Drama religioso‒fantástico [6], 1844) al final llega la contrición y es por doña Inés quien desde un “más allá” teatral salva el alma del condenado para mostrar que el arrepentimiento en el último momento es suficiente para la rehabilitación del ser en su esencia espiritual.

Mas es justo, quede aquí

al universo notorio

que, pues me abre el purgatorio

un punto de penitencia,

es el Dios de la clemencia

el Dios de don Juan Tenorio.

              Le siguen de cerca El estudiante de Salamanca de José de Espronceda con la fantasmagoría aledaña al personaje español:

Era más de media noche,

antiguas historias cuentan,

cuando en sueño y silencio

lóbrego envuelta la tierra,

los vivos muertos parecen,

los muertos la tumba dejan…[7]

la dama engañada es doña Elvira quien muere por suicidio; aquí es pública y notoria verdad que el mismo diablo vino a Salamanca para llevar a don Félix de Montemar con él.

Una variación reciente al don Juan Tenorio de Zorrilla es La sombra del Tenorio ―obra en cuatro actos estrenada en 1994 ― obra de José Luis Alonso de Santos.


[1] “… en España, Andrés de Claramonte, Alonso de Córdova y Antonio Zamora; en Italia, Cicognini, Andrei o Goldini; en Francia, Dorimon, De Villiers y, el más conocido de todos, Molière y en Inglaterra varios dramaturgos de menor importancia, como Dryden… Y en realidad en España la obra de Zorrilla es de menor relieve que una sorprendente obra de don José de Echegaray, el hijo de Don Juan, en donde el castigo divino a las tropelías del personaje le viene porque su hijo, como consecuencia de las frecuentaciones del padre en los lupanares, nace con sífilis…” (obra reseñada por George Bernard Shaw). Alfredo Rodríguez López-Vázquez. Don Juan, Mozart y Don Giovanni: el mito del burlador y la estatua vengadora. academia edu. Visitado el 28 de julio del 2019.

[2] Il dissoluto punito, ossia il Don Giovanni, título en italiano, K. 527.

[3] Con Da Ponte como libretista, Mozart creará: Le nozze di Figaro y Cosi fan tutte.

[4] Fusionado al conocimiento de las aventuras de Giacomo Casanova, cercano al círculo social de Mozart y a quien trató en Viena.

[5] Un sumamente largo etcétera con sus transformaciones mentales, espirituales y escenarios.

[6] Es en la leyenda toledana El capitán Montoya, escrito en octosílabos por Zorrilla en su obra Poesía (octavo tomo, 1840) donde yace el origen de Don Juan Tenorio. es.wikipedia.org Visitado el 15 de octubre del 2024.

[7] José de Espronceda. El estudiante de Salamanca. Colección Averroes. Consejería de Educación y Ciencia. Junta de Andalucía. ecm.es Visitado el 28 de julio del 2019.

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