Por fin, las aproximadamente 12 mil toneladas de desechos sólidos (basura) que, cada día, se recolectan en la Ciudad de México, tendrán un destino útil. Generarán electricidad limpia para las 517 mil luminarias del alumbrado público urbano, mil edificios públicos y 30 por ciento del suministro del Sistema de Transporte Colectivo (Metro).

Literalmente, la basura se transformará en energía para iluminar y mover a la Ciudad de México, según información de UnoTV.

“Estamos iluminando la ciudad, estamos dándole energía al Metro y todo a través de la basura. Gestión de residuos sólidos, lo que antes la Ciudad de México acumuló durante su historia, ahora lo estará transformando en una medida sustentable”, afirmó Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México (Cdmx).

La basura siempre fue un dolor de cabeza para las administraciones capitalinas hasta llegar a convertirse en uno de los 7 caballos del apocalipsis y se complicó más cuando intereses políticos, económicos y gremiales intervinieron para dificultar cualquier posible solución.

La basura, tradicionalmente, ha sido coto de poder para algunos líderes del sector urbano de Limpia y Transporte, sección gremial adherida a la otrora poderosa Confederación de Trabajadores de México (CTM).

La mayor concentración de la basura se dio en décadas pasadas donde ahora se asienta el complejo de oficinas multinacionales Santa Fe; más tarde, se localizó en terrenos de Meyehualco, predios ubicados en la Delegación Iztapalapa, que prohijó a líderes como Rafael Gutiérrez Moreno, conocido popularmente como el “Rey de la Basura”, y su esposa, Guillermina de la Torre, llamada la “Zarina de la Basura”, cuyo hijo Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, llegó a ser presidente del PRI en la Ciudad de México.

En los últimos años, el destino de la basura han sido los Bordo Poniente y Bordo de Xochiaca, sitios que se localizan en los límites de la Ciudad de México con Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, convertido, igualmente en un emporio de riqueza para líderes de los pepenadores, y en cuyos alrededores se ubican algunas ciudades perdida, asiento de esos pepenadores.

Ambos corresponden a lo que anteriormente fue el Lago de Texcoco y forman parte del sistema de vasos reguladores y canales de esta zona del oriente del Valle de México. Bordo Poniente tiene 4 etapas. Las tres primeras tuvieron un manejo muy limitado de residuos, al no canalizar adecuadamente los líquidos que se generan -lixiviados-, por lo que no se protegió debidamente el suelo, no se utilizó ningún sistema para aprovechar los gases ni se midió la deformación del suelo.
La etapa 4 mejoró e innovó, por lo que ahora cada celda utiliza una geomembrana que protege el suelo, se está midiendo la deformación del mismo, los lixiviados se tratan, los gases que se recuperarán una vez que deje de funcionar esta etapa, para generar electricidad.

Bordo Poniente, el tiradero más grande del mundo
Según de la información de UnoTV, en sus 400 hectáreas se encuentran enterradas más de 70 millones de toneladas de desechos. A partir de ellos se contempla capturar un millón de toneladas de dióxido de carbono para generar 508 giga watts de energía limpia anualmente.

“Nos van a permitir diversificar la matriz energética de la nación e ir alcanzando las metas de generación energética limpia que ordena la ley de transmisión energética, 25 por ciento de energías limpias para el 2018, 30 por ciento en el 21; 35 por ciento para el 2024”, comentó Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía (Sener).

El proyecto tendrá una inversión de 3 mil millones de pesos de la iniciativa privada, con financiamiento de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (Shcp).
“Por lo que hoy se está anunciando en la ciudad es importante nivel global, el bordo de la Ciudad de México es el más importante del mundo y, por lo tanto, el que mayor capacidad tiene de generar gas y ese gas convertirlo de manera eficiente en energía eléctrica, lo que en la Shcp aportar al proyecto es financiamiento”, dijo José Antonio Meade, titular de Hacienda.

Se espera que comience a funcionar en el 2018. Con él, el gobierno de la Ciudad de México ahorrará 500 millones de pesos en el pago de energía eléctrica.

El proyecto data de unos 15 a 20 años, pero no se había concretado hasta ahora.

En la zona oriente del Valle de México se construye el nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México, por lo que toda esta región está sufriendo modificaciones importantes en su entorno que han impactado no sólo a los municipios mexiquenses aledaños, sino, incluso, a las Delegaciones Iztacalco e Ixtapalapa de la Ciudad de México.

El proyecto presentado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) para esta región consiste en crear un desarrollo urbano similar al existente en Santa Fe, al poniente de la Ciudad de México.

Las directrices de las construcción de nuevas ciudades, que promueve la Secretaría de la Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), van en esa dirección, al buscar que las nuevas ciudades se ubiquen cerca de los lugares de trabajo. Esto ha ocasionado un gran desarrollo habitacional, lo que ha impactado tanto la vida social como la plusvalía de la tierra, tanto en el oriente de la Ciudad de México como en lo municipios conurbados de esta zona del Estado de México.

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