Una falda ajada y un rebozo terciado

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Según la región geográfica su sobrenombre era: “guacha”, “india”, “juana” o “juanita”, “maría”, “adelita”, “valentina” o “galleta”, representan la imagen de las mujeres compañeras, cocineras, contrabandistas de armas y municiones, amigas, heroínas, mujerzuelas, novias, amantes, esposas y guerrilleras a la manera de Josefa Bohórquez en la novela de Elena Poniatowska. [1]

Ángeles Flores, la real y verdadera Juana Gallo, zacatecana: “No tenía caballo. Su imagen lejana al celuloide, sin afeites para una iluminación ―extraña a su tierra natal―, tenía de lo humano todas las flaquezas, distante a la forzada imagen de la personificación acicalada y bronca creada en el exceso de la fantasía. Aquella inculta mujer vestida con ‘… una blusa negra, rebozo, lentes oscuros, falda gris, medias de popotillo, sombrero de paja ala ancha, un bordón y su perro “Jazmín”…’ [2] mujer pequeña, de piel morena clara, ojos oscuros, mirada brava… frente amplia y despejada, nariz recta, labios gruesos, cabello negro y abundante… La verdadera ‘Juana’ nada tuvo que ver con la Revolución, era más una católica a su manera… y su  filiación con los movimientos armados  proviene de su paso por las cantinas de los hermanos Enciso, ‘El Porvenir’ y de otras de menor jerarquía en Zacatecas, en las que, independientemente a ‘echarse’ sus tragos, aprovechaba para vender sus tacos de papa, de frijoles, de queso, de chile rojo, guisados con manteca, junto con “los relojes” (gorditas rellenas de chorizo con huevo)… Ángela Ramos Aguilar, ‘Juana Gallo’, murió por un infarto en el año de 1958 en su minúsculo y humilde cuarto amueblado con ‘… una silla, un espejo roto, una cama con dos cobertores y dos cuadros religiosos’.” [3] Quizá una vida así no tenga más gloria que la reducida y evanescente de la localidad, digna sólo para referencia chusca y rebuscadas similitudes, pero, aún con ello, más que la vilipendiada gloria de la otra ‘Juana Gallo’ [4]/[5], adulteradora de toda aquella dolorosa realidad mexicana,  existencia perteneciente a su tierra y como ella austera, reseca y relegada.” [6]

“Valentina Ramírez Avítia, Amelio Robles Ávila [única veterana reconocida como hombre], Adela Velarde Pérez [la Adelita enfermera] y María Aria Bernal [María Pistolas]… [7] “María de la Luz Espinoza Barrera… La duranguense Valentina Ramírez Avítia, soldado, y la coronela Clara de la Rocha…” [8] ; “…Son memorables las actuaciones de las coronelas zapatistas Rosa Bobadilla y Amelia Robles, de la duranguense Valentina Ramírez Avítia, de la coronela Clara de la Rocha y de la Subteniente Encarnación Mares…” [9] “María Quinteras, Clara Ramos, María de la Luz [¿?], Clara de la Rocha y Ángela Giménez…” [10] Todas ellas ―unas pocas mencionadas reiteradamente― fantasmas en la historia, con nombre, apodo o en el anonimato, son figuración de la machorra, la travestida, la loca, la descocada, la promiscua, la ilusa, la puta [11], cocinera, lavandera, correo, financiera, espía… mujeres que abandonaron por múltiples razones el hogar familiar: la sujeción al hombre ―otras veces precisamente para seguirle―, tierra y bienes…, ejemplificaron no sólo a la mujer con vestimenta de hombre, en el espacio de “el baile de las balas” durante las revoluciones mexicanas que fueran, en ocasiones, más sanguinarias que los “machos”, deslenguadas, broncas, sin la limpieza y alisado impuestos en los sets cinematográficos: a pie, a caballo, apeñuscadas en el tren, descalzas, con huaraches o botas, con la cuchara en la mano, en la masa, sumisas hasta el sacrificio de su tranquilidad y vida… armadas con fusil y cananas, con la lanza y el machete…

Adelita, Adela Velarde Pérez, enfermera amada por el sargento Antonio Gil del Rio Armenta integrante de las fuerzas de Pancho Villa; aquella otra que diera origen a la polka “Jesusita en Chihuahua” [12]al parecer es imaginaria y solo queda “corporizada” en las notas musicales que, según los historiadores, era de las predilectas del “Centauro del Norte”; María Valentina de Jesús Ramírez Avítia, alias “la “Valentina Gatica” o sencillamente “La Valentina”; “Carmen Alanís y Juana Gutiérrez de Mendoza y La China [13] fueron tres de las mujeres a quienes se les conoce como coronelas y tenían gente a su cargo… Una de las figuras clave de la revolución fue la coronela Carmen Amelia Robles Alanís (o Ávila) recurrió a la vestimenta de varones tomando por nombre ‘Coronel Robles’.” [14] “… Rosa Bobadilla y María Esperanza Chavira, ambas coronelas zapatistas, a la villista Carmen Parra, alias coronela Alanís [¿?], a Clara de la Rocha, ‘comandante de guerrilla’, o, a Carmen Vélez (la Generala) quien comandó a más de trescientos hombres en Tlaxcala… Catalina Zapata Muñoz, “capitán primero zapatista”, y Ángela Gómez Saldaña, agente confidencial zapatista.” [15]

“En 1939, el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Lázaro Cárdenas del Rio, reconoce la veteranía de 432 mujeres de entre las muchas participantes en la Revolución… Aunque no minusvalora el papel de las mujeres anónimas que estuvieron activamente en las acciones militares, este trabajo se aleja del estereotipo que las identifica sólo como soldaderas, acompañando a los combatientes, para mostrar que hubo un importante número que pertenecía a la clase media urbana y que, a partir de su propia percepción del fenómeno revolucionario, tomó parte desde diversos e importantes ámbitos…” [16]

En el espacio de la tipografía están las activas periodistas: Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, directora del periódico Vesper; Guadalupe Rojo viuda de Alvarado, directora del periódico “Juan Panadero”; Julia Sánchez alias “Julia Mata”, colaboradora en “El látigo justiciero”; Dolores Jiménez Muro coronela redactora del Plan Político y Social; María Hernández Zarco, impresora; Hermila Galindo Acosta de Enríquez Topete, fundadora de la revista “Mujer Moderna…” ya en el plan de luchadoras: Carmen Alanís, Juana Gutiérrez de Mendoza y alguien denominada La China comandaron un batallón formado con viudas, hijas y hermanas de combatientes muertos…” [17]

Gerardo Güereca Hernández, en Torreón Antiguo, sobre un pedestal destaca que en el crucero de la Calzada Ávila Camacho y Saltillo 400 está el “Monumento a La Soldadera”, creada por el escultor Vladimir Alvarado, dedicado a las mujeres que acompañaran a los combatientes federales o revolucionarios. Con cuatro metros de altura y un peso de tres toneladas, en su inicio descansaba sobre una base proyectada por el arquitecto Samuel Alatorre ―eliminada posteriormente―. Su placa decía:

“A la mujer mexicana,

‘Adelita de la Revolución’

Que en las horas iluminadas de la lucha,

Fue inspiración y fuerza de la tarea

De crear un México de Justicia Social.

  1. Ayuntamiento [de Torreón] 1979-1981.

Y aclara entre paréntesis: “En realidad, “La Adelita” era la Soldadera del Ejército Federal y “La Valentina” la del revolucionario, pero ambas valiosas para nuestra historia.” [18]

“La Soldadera” (1966), película mexicana de Producciones Marte, S. A., con la actuación de: Silvia Pinal, Jaime Fernández, Narciso Busquets, Sonia Infante, Pedro Armendáriz Jr., Víctor Manuel Mendoza, Chabela Vargas, Mario García González, Aurora Clavel, Alicia del Lago… bajo la dirección de José Bolaños ―de quien proviene del argumento y guion―; en el renglón de la música aparece el nombre de Raúl Lavista [Peimbert] [19], la dirección fotográfica de Alex Phillips… película/documental distante a la mísera vida en el conflicto con la inconcebible labor de lavado y planchado. Aquí priva la mugre de maquillaje y lejos está la hediondez normal en el tiempo y espacio bélicos.

Faltan en la historia los rostros prematuramente marchitos de la mujer en la hosquedad silenciosa, las dentaduras oscurecidas, las prendas de vestir ajadas y remendadas ―a veces hasta el exceso― que determinan a “los jodidos”, a los combatientes sin futuro, porque “irse a la bola” fue decisión ―o forzamiento― de hombres y mujeres desenraizados del sosiego, con un nimio prestigio, y cuya sangre y vida son omisión en su pueblo y en el panteón cívico.

[1] nombre real de Jesusa Palancares Hernández en Hasta no verte Jesús mío de Elena Poniatowska. Editorial Era, S. A. 15ª. Edición 1977.
[2] Ramón Durón Ruiz. “El mañana”, lunes 16 de julio de 2007.
[3] Ídem.
[4] Para un juicio complementario ver “La historia documental del cine mexicano” de Emilio García Riera en su tomo 7. ERA, 1975, que en sus páginas 377 y 378 reproduce los corrosivos comentarios de José de la Colina y los correspondientes aparecidos en el anuario Image et son, con firma de Guy Gauthier (1965) y los del Monthly Bulletin (1965).
[5] “Juana Gallo” (1960). Producción dirección, argumento y adaptación de Miguel Zacarías, realizada en los Estudios Churubusco y locaciones en Zacatecas con el infaltable corrido debido a la inspiración y lírica de Ernesto Juárez Frías (cineasta con 15 películas en su historial, pianista, pintor, violinista, escritor, poeta y cantor.) Autorización para su estreno: 29 de junio de 1961. (108 minutos de duración).
[6] Fragmento del texto “Juana” publicado en el periódico MiAmbiente número 819.
[7] Martha Eva Rocha Islas. Los rostros de la rebeldía. Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. 2015. páginas 105 y 106.
[8] Martha Eva Rocha Islas. Visión Panorámica de las mujeres durante la Revolución Mexicana. Páginas 214 y 215 de Historia de las Mujeres en México. Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. 2015. inherm.gob.mx Visitado el 7 de enero del 2019.
[9] Comunicado [2015] del Curso Historia de las mujeres de México. Novena Sesión: Visión General de las Mujeres durante la Revolución Mexicana; por la doctora Martha Eva Rocha Islas. 3 de marzo de 2015. inerhm.gob.mx Visitado el 11 de enero del 2019.
[10] Katya Maldonado Tovilla, citada n el Informador del 7de marzo del 2010. informador.mx Visitado el 7 de enero del 2019.
[11] Recordemos de pasada ―y no es cosa innecesaria― que éste término peyorativo y de bajeza social es el apocope de “prostituta”.
[12] Autoría del teniente coronel Quirino Mendoza y Cortes (Tulyehualco, Puebla, 10 de mayo de1862-Ciudad de México, 9 de noviembre de 1957).
[13] Francisco Pineda Gómez. La revolución del sur, 1912-1914, página 401. Editorial Era, S. A. 2005.

“―Ay, vale, este coronel ha de ser muy valiente.
“―¿Qué?, ¿no te fijas? Si es La China, la coronela China.”
Y que me le veo las orejas, pus las tenía abujeradas; y ésa nos iba arriando, que a bajar al gobierno. Y entonces conocí, verdaderamente, a la coronela China…
―¿Nos podría describir más, un poco más, a la coronela China?
―Era trigueña de tez, media delgada, alta, muy delgada.
―¿De dónde era ella?
―No sé de dónde haiga sido. Era ella costeña, pero no sé de… Era prieta costeña…
―Porque, tengo noticia de una señora que se levantó aquí en Puente de Ixtla, que le decían la China…
―No, no sé decirle; ésa no me acuerdo yo…
―¿Ella también traía hombres bajo su mando?
―Bastante gente. Pero, en la revoltura allí, quién iba a saber cuántos serian.

Joaquín Campos Rodríguez
Ejercito Libertador.

[14] gob.mx visitado el 6 de octubre del 2018.
[15] Alicia Rita Rueda-Acedo. Elena Poniatowska: estampas femeninas de la Revolución. jstor.org Visitado el 6 de octubre del 2018.
[16] Martha Eva Rocha Islas. Presentación, María Teresa Franco, página 9. Los rostros de la rebeldía. Veteranas de la Revolución Mexicana, 1910-1939. Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones Mexicanas-INEHRM. Primera edición 2016. De la página 475 a 487 aparece la “Lista de Veteranas de la Revolución Mexicana”. Aquí hay nombres desafortunadamente extraños por el olvido en los años y otros que uno esperaba ver y otros esperados pero ausentes.
[17] Belinda Lorenzana. Las mujeres de la Revolución Mexicana. nuevamujer.com Visitado el 1 de octubre del 2018.
[18] Gerardo Güereca Hernández, en Torreón Antiguo, publicado el 15 de noviembre del 2014
[19] Otras películas musicalizadas por don Raúl Lavista son: “Dos monjas” de Juan Bustillo Oros, “Distinto amanecer” de Julio Bracho, “La otra” y “Macario” de Roberto Gavaldón, “Susana, carne y demonio” y “Simón del desierto” de Luis Buñuel… Música mexicana: La era posnacionalista (V). Raúl Lavista. musicaenmexico.com.mx Visitada el 30 de diciembre del 2018.

El pianista, compositor y director de orquesta Raúl Lavista Peimbert, musicalizador de centenares de películas mexicanas de diverso género, fue socio fundador de la Sociedad de Sautores y Compositores de México. Nació el 31 de octubre de 1913 y falleció el 19 de octubre de 1980 en la Ciudad de México. sacm.org.mx Visitado el 31 de diciembre del 2018.

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