«Se estima que uno de cada tres mexicanos será diagnosticado con algún tipo de tumor maligno en algún momento de su vida. Este diagnóstico tiene un enorme impacto en la calidad de vida de la persona y afecta a sus familias y círculos sociales por los altos costos económicos del tratamiento a largo plazo», dijo el director de Investigación del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), Luis Alonso Herrera, durante el Simposio Frontiers of Science que inició ayer en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.
Actualmente el cáncer se ha vuelto una epidemia mundial; sin embargo, esto no implica que no pueda controlarse o prevenirse. De hecho, médicos e investigadores trabajan incansablemente para entender los mecanismos del cáncer y así encontrar tratamientos y terapias más efectivas ya que, además, existen cánceres con mayores probabilidades de prevención y detección temprana, como el de mama, cérvico uterino y gástrico.
Thomas Meyer, director cofundador del Instituto Max Planck para la biología infecciosa en Berlín, estudia desde hace años los efectos que tiene la bacteria Helicobacter pylori en el desarrollo de tumores cancerosos en el estómago.
«Hay mucho cáncer gástrico en México y lo que trato de discutir con ustedes es cómo la infección por Helicobacter pylori se convierte poco a poco en un tejido canceroso y, dado que el cáncer es una enfermedad genética, debemos preguntarnos cómo está induciendo mutaciones además de las mutaciones ya existentes que nos hayan pasado nuestros padres», explicó Meyer, durante la plática sobre biomedicina que impartió durante el simposio organizado por la Sociedad Max Planck y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que concluye mañana.
El cáncer gástrico es una de las causas más comunes de muerte entre los cánceres, principalmente porque sus síntomas se suelen confundir con otras patologías, además de que no hay una cultura médica preventiva, así que su diagnóstico suele ser tardío.
Adicionalmente, han descubierto que esta bacteria provoca una sobreproducción de células madre y muchos científicos sospechan que éstas juegan un papel muy importante en el desarrollo del cáncer.
Si bien el cáncer gástrico es difícil de detectar a tiempo, se puede prevenir con revisiones periódicas con un especialista, una visita que debería volverse rutinaria para los mexicanos, ya que se estima que el 80 por ciento de la población mexicana habrá estado expuesta a esta bacteria durante su vida, advirtió Meyer.
¿Prevenciòn es viable en el país?
«Actualmente, 4 de cada 10 casos de cáncer pueden prevenirse mientras que otros se pueden detectar y diagnosticar temprano, lo que les permite a los pacientes recibir un tratamiento óptimo; sin embargo, el acceso a la prevención y a los programas de detección temprana es limitado en algunos casos en México; los esfuerzos en algunas áreas están desorganizados y generalmente les falta el presupuesto para alcanzar un funcionamiento óptimo», dijo Luis Alonso Herrera, quien, además, añadió que más del 70 por ciento de los casos de cáncer en general se diagnostican en etapas avanzadas en nuestras instituciones.
Aunado a esto, actualmente no existe un registro nacional de cáncer en México que pueda brindar cifras exactas sobre el estatus de la investigación, en relación a los recursos humanos, económicos e infraestructura.
¿Qué opción tienen los pacientes que no tienen acceso a un tratamiento de cáncer en México? La respuesta, de acuerdo con Herrera, es la misma investigación. Los protocolos de investigación no sólo les permiten a los pacientes tener acceso a un tratamiento, sino que, además, apoyan los avances de la ciencia.
A la fecha, el INCan tiene 59 investigadores en 30 grupos de investigación, una cifra aún baja si se toma en cuenta el tamaño de la población. Para que la investigación pueda ser un hecho, el presupuesto que se le destina es fundamental, y desde 2010 el porcentaje de recursos enfocados a la investigación básica en México ha ido disminuyendo.
En este escenario la industria privada representada por las farmacéuticas tiene una posición importante, «más del 70 por ciento de las iniciativas financiadas por la industria farmacéutica se llevan a cabo en instituciones privadas, debido en gran parte a un exceso de regulaciones y una administración difícil de manejar en las instituciones gubernamentales», lamentó Herrera.
Instituciones como el INCan siguen trabajando en hacer una diferencia, y ya existen avances, como la Unidad para Investigación de fase 1 que actualmente está en busca de patrocinadores para atraer estudios de este tipo, y otra aportación es la Clínica de Cáncer Hereditario.
Ensayan molécula para localizar cáncer de mama en etapas tempranas
Elder de la Rosa, del Centro de Investigaciones en Óptica A.C (CIO) y su equipo de investigación combinan la nanotecnología y las propiedades lumínicas de los materiales con el objetivo de crear una molécula capaz de identificar las proteínas presentes en el desarrollo del cáncer de mama.
Antes de que se manifieste físicamente un tumor o una protuberancia hay proteínas que se expresan y podrían ser detectadas. «Es una forma que el cuerpo tiene para avisar que algo no anda bien. A este fenómeno se le llama ‘proteínas sobre expresadas’ y cada tipo de cáncer produce un tipo de proteína muy característica.
«Nosotros estamos diseñando una molécula para detectar la sobre expresión de la proteína HER 2, la cual, es característica del cáncer de mama más agresivo. No todos los cánceres de mama la expresan, pero sí el más agresivo», explicó el especialista.
El investigador del Departamento de Nanofotónica del CIO comentó que, en etapas tempranas del cáncer, las proteínas sobre expresadas son mínimas así que «nuestro desafío fue diseñar una herramienta para encontrarlas en cantidades mínimas».
Hasta ahora, con las pruebas que se han realizado in vitro, se han obtenido resultados alentadores. «Comúnmente cuando se trata de combatir el cáncer se aplica un medicamento a ciegas; sin embargo, diseñar una molécula que se adhiera a la proteína sobre expresada marca una ventaja significativa. Más que curar el cáncer tratamos de encontrar esos anticuerpos que detecten a las moléculas sobre expresadas en bajas concentraciones. Lo más difícil de nuestra investigación ha sido lograr la correcta adhesión entre los anticuerpos y HER 2», precisó De la Rosa.
Ahora, la luminiscencia en las moléculas que se «pegan a HER 2» cambia cuando interactúan. «El componente lumínico que agregamos a las moléculas nos permite monitorear qué le está pasando, y sí, mi terapia funciona. Así, esta herramienta nos permite detectar las proteínas sobre expresadas, tomar imágenes de las células cancerígenas y aspiramos a crear un tratamiento para destruirlas», dijo el experto en detección molecular para aplicaciones biomédicas.
Este herramienta podría funcionar también para una entrega dirigida de medicamentos, lo que se considera una alternativa a la quimio y radioterapia -tratamientos muy agresivos que dañan tanto las células buenas como las malas- mientras que con este método se podrían combatir de forma precisa a las células cancerígenas, informó durante la conferencia: «Bionanofotónica para detección de imágenes y terapia», que se realizó ayer dentro del Simposio Fronteras de la Ciencia, en el Museo Nacional de Antropología, encuentro organizado por la Sociedad Max Planck y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
