Londres, GB.– El Instituto de Investigaciones Credit Suisse dio a conocer hoy su estudio semestral titulado CS Gender 3000, en el cual se ratifican hallazgos previos en torno a que las empresas que cuentan con mayor participación de mujeres en los puestos de toma de decisiones siguen generando un mayor retorno de mercado y rendimientos superiores. En este sentido, el estudio desacredita la noción del llamado síndrome de la ‘abeja reina’, desafía la idea del ‘precipicio de cristal’ y profundiza en cuanto a la información en materia de diversidad de género, en el ámbito de los sectores de capital de riesgo y microfinanzas.

Introducido por primera vez en 2014, el estudio es un análisis del reporte Credit Suisse Gender 3000 (CSG 3000), que se conforma de datos provenientes de 27 mil directivos senior en más de 3 mil empresas, examinadas por analistas de Credit Suisse, alrededor del mundo. Con los datos del CSG 3000, el estudio analiza si la evidencia sigue ligando la diversidad de género con un mejor desempeño y se enfoca particularmente en aquellas empresas que reportan más del 50% de representación femenina en puestos directivos, organizaciones microfinancieras y empresas de capital de riesgo.

Desacreditando el llamado mito de la ‘abeja reina’
¿Promueven las mujeres a otras mujeres? En el estudio se analiza la noción ampliamente discutida del llamado síndrome de la ‘abeja reina’, que expone la idea de que las mujeres que llegan activamente a los mandos más altos de una organización, excluyen a otras mujeres de ir ascendiendo hacia puestos en la alta dirección.

La información del CSG 3000 contradice esta idea. Los hallazgos demuestran que mundialmente las mujeres CEO se inclinan sustancialmente a rodearse de otras mujeres en altos puestos. Las mujeres CEO (Director general) tienen 50% más probabilidades que los hombres de colocar a una mujer en el puesto de director financiero (CFO, Director de finanzas) y 55% más probabilidades de colocar a mujeres para dirigir las divisiones de negocios.

Estos hallazgos, por otro lado, desacreditan firmemente la noción del llamado síndrome de la ‘abeja reina’ en los sectores de capital de riesgo y las microfinanzas. De hecho, entre el 25 y 30% de las personas en cargos de CEO dentro de microfinancieras son mujeres y cerca del 50% de los oficiales de crédito también son mujeres. A su vez, las microfinancieras que se encuentran a cargo de una mujer, se concentran más en clientes mujeres (59% abiertamente van dirigidas a la mujer, frente a un 43% de las microfinancieras a cargo de un hombre). Además, tienen mayor participación de mujeres en sus juntas directivas (44% vs 23%), son más proclives a tener una mujer como presidenta de la junta (43% vs 16%), a tener a más mujeres entre sus clientes (76% vs 60%). Es evidente que las instituciones microfinancieras a cargo de una mujer atraen a más mujeres a su gerencia y a más clientes mujeres.

Aunque la representación de la mujer en cargos de socio en las empresas de capital de riesgo sigue siendo baja, aquellas organizaciones de este tipo, fundadas por mujeres, tienen mayor porcentaje de socios mujeres que el promedio de la industria (43% vs 7-8%). Adicionalmente, aquellas empresas de capital de riesgo fundadas por mujeres tienden a invertir más en mujeres emprendedoras y un 17.4% de las rondas de financiamiento van a empresas de mujeres, frente al promedio de la industria que es del 12%. Las mujeres claramente apoyan y promueven a otras mujeres, no solamente en el sector corporativo, sino también en los sectores de las microfinancieras y de capital de riesgo.

Rentabilidad superior para el ‘Club del 50%’
Nuestro exclusivo análisis sigue demostrando que entre más mujeres existen en puestos de alta dirección, mayores son los retornos para los accionistas. Los números y mediciones en torno al desempeño financiero también han justificado este mayor rendimiento en el mercado accionario, según los datos. Desde el 2013 hasta mediados de 2016, el rendimiento superior de aquellas empresas que cuentan con un 25% de mujeres en altos mandos, alcanza una tasa compuesta de crecimiento anual (Cagr) del 2.8%, 4.7% para el 33% y 10.3% para aquellas con más del 50%, frente a una disminución anual del 1% para el índice MSCI ACWI durante el mismo período.

El crecimiento de las ventas en las 61 compañías que conforman el ‘Club del 50%’ ha promediado el 8% anual desde el 2008, frente a una desaceleración de 20bps para el índice MSCI ACWI sobre una base completamente ajustada. La rentabilidad superior continúa para el crecimiento de ganancias por acción (EPS), aunque menos pronunciada, con un 12% anual frente al 9% para el índice MSCI ACWI sobre una base completamente ajustada desde el 2008. Durante ese período, la rentabilidad sobre activos (ROA) promedió 5.7% para el 50% de las compañías, es decir, una prima del 20% al ROA promedio de 4.7% para el MSCI ACWI, mientras que el apalancamiento (deuda neta/patrimonio) del 34% se encuentra 28% abajo.

Por otro lado, el estudio también revela que el mercado está dispuesto a pagar un sobreprecio del 19% a un múltiplo de libro para aquellas compañías del Club del 50% con una mujer en el cargo de CEO. Estas compañías muestran una rentabilidad financiera (ROE) del 19% arriba en promedio y una distribución de dividendos del 9% mayor.

Desafiando la idea del “precipicio de cristal”
En el estudio también se explora la evidencia del llamado fenómeno ‘precipicio de cristal’ al que le hacen frente las mujeres CEO: la idea de que a las mujeres ejecutivas se les designan puestos directivos como último recurso, cuando todas las demás opciones se han extinguido y, por lo tanto, se les plantea una trampa donde están destinadas al fracaso. Las evidencias muestran que el precio de la acción tiene menor rendimiento (casi un 10% anualizado) desde 8 meses antes del nombramiento de una mujer al cargo de CEO, mientras que las mujeres llevaron a empresas a tener rendimiento superior de entre 8 y 12 meses después del nombramiento (14.4% anualizado).

No obstante, y tras analizar el desempeño financiero real de las compañías, la evidencia de este fenómeno resulta mezclada. El estudio indica que no hay diferencia significativa en la rentabilidad financiera (ROE) en una compañía con un CEO hombre o mujer y que, de hecho, a las mujeres se les designa a compañías con mayores retornos sobre la inversión, en términos de flujo de caja. Después de verificar la rentabilidad sobre activos (ROA) de las compañías, aquellas con nombramientos de hombres tuvieron una caída del 12% frente al 16% para mujeres CEO en los últimos 12 años antes de llegar al mando, aspecto que podría explicar el bajo rendimiento de mercado de aquellas compañías con nombramientos de mujeres CEO.

Así también, la evidencia indica que las mujeres CEO se inclinan más hacia la venta de activos, una vez que toman el mando de una empresa, que los hombres. Sacando partido del análisis HOLT que también realiza Credit Suisse acerca de la calificación de éxito operativo en torno a adquisiciones o ventas y la capacidad del vendedor o comprador de mejorar el crecimiento y capacidad de precios, el análisis señala que las mujeres CEO tienen considerablemente mayor éxito y crecimiento operativo relativo a sus contrapartes masculinos y mejor habilidad para la fijación de precios a la hora de valorar y realizar operaciones de fusiones y adquisiciones.

“La diversidad de género tanto en juntas directivas y, particularmente en cargos de alta dirección, es de enorme beneficio, no solamente a las compañías, sino también a sus accionistas”, indicó Stefano Natella, encargado de investigación global de mercados. “La alta dirección administra a la compañía mientras que las juntas directivas las supervisan. Para entender el impacto total de la diversidad de género, nos debemos abocar hacia la dirección. Nuestra base de datos exclusiva, CS Gender 3000 nos permite ligar el desempeño de las compañías con su estructura administrativa. Los datos nos demuestran que existe una fuerte correlación entre aquellas compañías con alto grado de diversidad en sus mandos directivos y su desempeño”.

La presencia de la mujer en las juntas directivas y altos mandos

  • En el mundo, la diversidad en la sala del consejo ha aumentado de 12.7% para fines de 2013, hasta el 14.7% para fines de 2015, es decir, un aumento del 16% en dos años y un aumento del 54% desde el 2010. Los cinco países que encabezan la lista de los que tienen mayor representación femenina en sus juntas directivas son Noruega (46.7%), Francia (34.0%), Suecia (33.6%), Italia (30.8%) y Finlandia (30.8%).
  • Sin embargo, los hallazgos muestran que no hay una correlación consistente entre mayor diversidad en las juntas directivas y mayor participación de mujeres en cargos de alta dirección. Paradójicamente, los esfuerzos realizados en torno a aumentar la diversidad de género en las juntas directivas puede de hecho, limitar la cantidad de talento femenino disponible en la alta dirección y, por lo tanto, dificultar una representación mayor de mujeres en puestos ejecutivos hacia el futuro. La edad promedio de los hombres integrantes de juntas directivas en Europa es de 60 años, y de 64 en los Estados Unidos, dato que apunta hacia una edad cercana al retiro. Las mujeres integrantes de juntas directivas promedian 55 años de edad en Europa y 60 en los Estados Unidos, lo que indica que las mujeres en sus mejores años como altas ejecutivas, están siendo desviadas hacia posiciones en juntas directivas y alejadas de los altos mandos, desde donde podrían tener mayor capacidad para realizar cambios estructurales.

La participación de la mujer en cargos directivos (es decir, en el puesto de CEO y en puestos que reportan al CEO) demuestra que hay un promedio global del 13.8% comparado al 12.9% en el 2014. No obstante, un comparativo con concordancia exacta de datos, revela que la representación ha aumentado mucho menos del 13.6% al 13.8%. Apenas 3.9% de los CEO en el estudio CSG 3000 son mujeres, una cifra que prácticamente no ha cambiado desde hace dos años.

Alrededor del mundo, las mujeres ocupan cargos de dirección financiera (CFO) en un 14.1%, aunque la cifra está muy sesgada hacia Asia, donde las mujeres ocupan estos puestos en un 22%. Los servicios compartidos siguen siendo el más importante contratante de mujeres en altos mandos, con un 33% de mujeres en puestos directivos globalmente y esto resalta la manera en que el camino de una mujer hacia el máximo peldaño se sigue concentrando en esa área.

A manera de crítica, las mujeres ocupan el 9.9% de las direcciones de unidades de negocio (que ha sido una plataforma de lanzamiento tradicional hacia puestos de altos mandos y puestos en juntas directivas) frente a un 8.5% en el 2014, lo que supone un incremento del 18%. Sin embargo, ya que solamente una de cada diez mujeres encabeza estas unidades de negocio, con el índice actual de progreso se alcanzaría la paridad de género hacia el 2070.

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