En forma inesperada, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y el senador José Narro Céspedes y dirigente nacional de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (Cnpa) dejaron a un lado sendos discursos preparados -por escrito- y se dirigieron a los más de 5 mil campesinos reunidos a las afueras del Palacio de Covián, por Abraham González, en forma por demás directa y sin tapujos.
Fue más una especie de dialogo, por momentos ríspido, que los mismos campesinos prácticamente orillaron a la funcionaria y al legislador agrario a responder las preguntas e inquietudes de los presentes, quienes reclamaron la falta de atención del gobierno del presidente López Obrador al campo mexicano.
Arriba del templete improvisado en la entrada del estacionamiento de la dependencia, Sánchez Cordero y los dirigentes de las organizaciones que integran el grupo denominado “El Campo es de Todos”, demandaron, entre otros puntos, no más discriminación y que se cumplan las promesas de campaña.
Ante este ambiente, por ratos de toma y daca, así, vieron y escuchaban las respuestas firmes y directas de la ex ministra a las mujeres y hombres rurales -que en cada momento interrumpían el mensaje de la funcionaria federal-, quienes se dieron cita en la Ciudad de México para hacerse presentes en una marcha-manifestación para a exigir al gobierno actual más atención al medio rural.
Con sombrero de palma para protegerse del candente sol de la una treinta de la tarde y con ropa ligera, Sánchez Cordero arremetió a las quejas, en voz alta, al asegurar que López Obrador “cumple con sus promesas de campaña y no hay una sola que haya dejado de cumplir, a mí me consta” y resaltó que por lo que no será la excepción en lo relativo a los campesinos.
Les dio la bienvenida a quienes – expresó- trabajan con el sudor de su frente. Les expresó su respeto y gran cariño porque “lo que como todos los días ustedes lo producen y con su trabajo hacen que tengamos en la mesa los alimentos”. Además, les reiteró apertura y disposición al diálogo, que puso en práctica en el mitin citado.
Recordó, dirigiéndose fuertemente a los presentes, que su primer acto, cuando llegó a Gobernación, fue retirar las vallas metálicas y aseguró que ya no estarán más “mientras yo esté aquí”, dijo.
Hubo varias denuncias y reclamos por la falta de atención al campo mexicano; así también demandaron la derogación de la reforma agraria de 1992 y la salida de presos políticos. De igual forma, advirtieron que no venían por dádivas, sino por soluciones a sus problemas y a exigir sus derechos.
De inmediato, la funcionaria federal dio respuesta a esas voces y prometió establecer una mesa para la revisión específica de los casos que, dijo, el subsecretario Alejandro Encinas se hará cargo de ello.
Con ímpetu, Olga Sánchez Cordero, les indicó a los presentes que ella también es productora, que tiene sembradíos y, por ello, comprendía muchas de las demandas del sector. “Yo soy una convencida del campo porque yo misma soy una productora; yo misma soy productora de naranja, de limón, de cítricos, de toronja, allá en el norte, cerca de Montemorelos y General Terán”, subrayó.
Antes de retirarse, insistió a los integrantes del movimiento “El Campo es de Todos”, que Gobernación ya no es más una instancia “oscura” para la represión, sino la “Secretaría del diálogo, de puertas abiertas” y de los derechos humanos.
La marcha campesina que llegó a Gobernación, partió del Ángel de la Independencia y al frente de los grupos estaban, además de Narro Céspedes, Francisco Jiménez Pablo, de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala Movimiento Nacional (Cnpa MN); Luis Gómez Garay, de la Unión General Obrera y Campesina y Popular (Ugocp), y José Dolores López Barrios, de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos “José Dolores López Domínguez” (Cioac-Jdld), entre otros.
