Alfa mega: En busca de los restos de un supuesto héroe. ¿Quién fue Catarino Erasmo Garza Rodríguez?

0
21

Jorge Herrera Valenzuela
Twitter / Facebook

Ciudad de México, de abril de 2024.- En sus largos ratos de ocio, un hombre dedica el tiempo para leer y escribir. Dice ser prolífico escritor y que con las regalías tiene suficiente para vivir sin sobresaltos. No sé que haya publicado un betseller ni conozco el número del tiraje de cada una de sus obras. Acredita ser autor de 20 libros. El primero fechado en 1986 y el más reciente en este año.

De esas obras, la que llama la atención es una que fue escrita en 2016, titulada: “Catarino Erasmo Garza Rodríguez ¿Revolucionario o Bandido”. Consultando a historiadores, corroboré que el hombre nacido en Matamoros, Tamaulipas, en el Siglo XIX, no figura en las páginas de libros relacionados con movimientos antiporfiristas y nadie cita en sus investigaciones al “Ejército Garza”.

El caso es que el presidente de la República antes de serlo, escribió, publicó y difundió entre sus amistades el mencionado libro, revelador de la vida de un tamaulipeco con más características de aventurero que de héroe mexicano. Catarino Erasmo murió cuando pretendía liberar a presos en la prisión de la Isla Bocas de Toro, entonces en territorio colombiano y actual perteneciente a Panamá. Era el 8 de marzo de 1895.

A 129 años de ese suceso, el jefe del Ejecutivo Federal dispuso integrar un grupo combinado de militares, marinos y civiles, casi cien, para ir a buscar, exhumar y repatriar los restos del “héroe anónimo, combatiente internacional, cuya historia ejemplar y apasionante es poco conocida”

Hijo de J. Encarnación Garza y María de Jesús Rodríguez, nacido el 25 de noviembre de 1859, emigró de Matamoros a Brownsville, Texas, donde vivió a partir de 1877 y después fue errante en diferentes ciudades norteamericanas fronterizas. Se casó con Carolina Connor y tuvieron dos hijos.

Forma su Ejército
Se cuenta que Garza Rodríguez, quien no hizo estudios militares ni formó parte de grupo político, en 1892 interrumpió en Texas sus labores periodísticas (se graduó en un colegio tamaulipeco) y las de escritor, para iniciar un movimiento armado en contra del régimen del presidente Porfirio Díaz.

Catarino Erasmo convocó a profesionistas de baja clase media, agricultores pobres, ganaderos sin tierra, terratenientes ricos, así como a algunos norteamericanos. Con un puñado de hombres mal armados, principió el movimiento contra el presidente mexicano. El “Ejército Garza” tuvo, desde el comienzo, el triunfo de espaldas, es decir, lo derrotaron. Perdió la batalla.

El gobierno norteamericano no permitió el alzamiento de Catarino Erasmo. Murieron muchos. Las tropas yanquis incendiaron ranchos; hubo amenazas de linchamientos contra quienes siguieran “al mexicano revoltoso”, el cual decidió exiliarse. Marchó hacia Costa Rica, donde publicó su último panfleto en contra de Porfirio Díaz.

Interesante opinión
El colega Luis Cárdenas entrevistó, recientemente, como conductor de Primera Emisión de MVS Noticias, al historiador Alfredo Ávila Rueda, en torno a la expedición presidencial para buscar y repatriar los restos de un supuesto pionero de la Revolución Mexicana, a quien el hoy presidente de México, hace 8 años, “retrató” en152 páginas de un libro.

Una de las respuestas del miembro del Instituto de Investigaciones Históricas de la Unam, dejó perfectamente claro que Catarino Erasmo Garza Rodríguez no está considerado por los historiadores “como antecedente de la Revolución Mexicana” y “su figura ha cobrado relevancia bajo la obsesionada actual administración”.

El maestro Ávila Rueda comentó que las probabilidades de éxito son muy pocas o nulas, porque nadie sabe dónde quedó el cuerpo del tamaulipeco. También dijo que la misión presidencial se fue sin tener testimonios ni documentos que orienten la investigación. Todo se sintetiza “en una narrativa histórica construida desde el poder y refleja la obsesión actual del presidente por este personaje”.

Comentó el catedrático y autor de varias obras con temas históricos que Garza Rodríguez, en Texas, organizó a un grupo de 60 hombres, los armó y pretendió iniciar una rebelión contra el presidente Porfirio Díaz, sin mayor éxito en los 9 días que “combatió” a militares norteamericanos.

Garza Rodríguez, al que los texanos llamaron “general rebelde”, sin tener grado militar, estuvo preso 30 días por incurrir en el delito de difamación. Derrotado por los militares norteamericanos, el periodista tamaulipeco decidió salir de Texas.

Tomó rumbo hacia Centroamérica y en 1895 se detuvo en Costa Rica, donde quiso armar otra guerrilla y fracasó. Hizo una nueva publicación contra el presidente mexicano. Acompañado de algunos mexicanos supo de una rebelión entre los colombianos y encaminó sus pasos a esas tierras.

En las respuestas de Ávila Rueda se afirmó que Catarino Erasmo no fue precisamente un revolucionario, sino un rebelde. El calificativo de “bandido” solo aparece impreso en la portada del mencionado libro que escribió, en 2016, el tabasqueño.

Otra inversión presidencial
En los círculos académicos, platiqué con historiadores que calificaron de inviable a la expedición y advirtieron que el gasto millonario de pesos, de “la inversión presidencial”, debió aplicarse a reforzar los trabajos que le corresponden a la Comisión Nacional de Búsqueda, para localizar a ciento diez mil personas en desapariciones forzadas de ciudadanos mexicanos.

La expedición zarpó el 19 de febrero del Puerto de Veracruz. Viajan en el buque Huasteco, de la Secretaría de Marina, 60 marinos, 20 militares (Sedena), 11 de la referida Comisión (Secretaría de Gobernación) y dos servidoras públicas de Relaciones Exteriores. Nada más 93 personas de cuatro dependencias.

En el Diario Oficial de la Federación se hizo la publicación. La expedición debe regresar el próximo martes 16 del presente.

¿Algún día sabremos cuánto costó la ocurrencia tabasqueña?

Por supuesto, todo a cargo del erario nacional, de los impuestos que puntualmente pagamos los contribuyentes cautivos. Seguro que los 93 expedicionarios viajaron con viáticos para alimentación y hospedaje o ¿tomaron desayuno, comida y cena en el buque, durmieron en los camarotes?

Premio español a jaliscienses
A mediados del pasado marzo en Alcalá de Henares, la ONG Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco, Fundej, recibió el Premio de Derechos Humanos Rey de España.
Personalmente el Rey Felipe VI hizo el reconocimiento “no sólo por los logros de una Organización (No Gubernamental), sino también porque refuerza nuestro propio compromiso con los valores y la solidaridad”.

En esta novena edición del premio, instituido en 2002, la organización española Defensor del Pueblo y la Universidad de Henares galardonaron al colectivo jalisciense. Lo recibió la señora María Guadalupe Aguilar, fundadora y coordinadora de la Fundej que agrupa a 600 familias que tienen parientes desaparecidos. Esa ONG colabora en el País con otros organismos dedicados a la misma labor.

El premio consiste en 25,000 euros (poco más de 400,000 pesos mexicanos) y el correspondiente diploma enmarcado. Es otorgada cada dos años a organizaciones e instituciones que en España, Portugal y países Iberoamericanos que defienden, promueven y realizan trabajos relacionados con los Derechos Humanos y los valores de la democracia.

La reacción del inquilino de Palacio Nacional fue el día 21, un día después de la premiación. Estaba en Oaxaca y, por supuesto, la emprendió contra Felipe VI, quien, según el tabasqueño, “recibe a todos los que van a quejarse; van acusarme allá con el Rey de España”. Con su conocido tono sarcástico agregó que también “seguramente me acusan hasta con el Papa, pero él no les hace caso”.

Anuncio

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí