Washington, DC.- Impunidad, corrupción y abusos cometidos por las fuerzas de seguridad fueron las principales violaciones de derechos humanos en México en 2015, denunció hoy el gobierno de Estados Unidos.

Según el informe anual sobre derechos humanos en el mundo, publicado hoy por el Departamento de Estrado de EU, la participación de la Policía y de las Fuerzas Armadas en “graves abusos”, como “ejecuciones ilegales, tortura y desapariciones”, es uno de los “problemas más significativos” de México.

La impunidad y corrupción en las fuerzas de seguridad y el sistema de justicia de México “siguen siendo problemas graves”, subraya el documento citado.

“La impunidad ante los abusos de derechos humanos continuó siendo un problema en el país, con índices extremadamente bajos de persecución para todas las formas de crimen“, agrega.

Entre las principales violaciones de los derechos humanos en México, el informe señala que grupos de crimen organizado “mataron, secuestraron e intimidaron a ciudadanos, migrantes, periodistas y defensores de derechos humanos”.

Otros problemas que “persistieron” son las “precarias” condiciones en las prisiones, las detenciones y arrestos “arbitrarios” y las amenazas y violencia contra los defensores de derechos humanos, periodistas, inmigrantes, y mujeres.

Otras de las preocupaciones que manifiesta el documento citado, en el caso de México, están la violencia doméstica, abuso a personas discapacitadas, amenazas y violencia contra indígenas, amenazas a personas lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (Lgbt), tráfico de personas y explotación infantil.

“Ni información general sobre las investigaciones del gobierno acerca de casos de derechos humanos, ni información de casos específicos está disponible fácilmente para el público”, indica el informe.

Simplemente hechos: Informe anual del Departamento de Estado sobre derechos humanos
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El Informe por Países sobre Derechos Humanos, publicado anualmente por el Departamento de Estado, es con diferencia el documento más leído entre sus publicaciones. Más de un millón de lectores lo acceden en línea cada año.

Además, dice Michael Kozak, uno de los principales asesores en la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado, los lectores pueden ordenar la base de datos en línea adjunta por país o por tema, como por ejemplo, derechos humanos de la mujer o de grupos minoritarios, libertad de expresión o condiciones en las prisiones.

¿Quién utiliza esta información y cómo?
El informe anual no trata de “hacer juicio” de otros países. Por el contrario, afirma Kozak, “lo hacemos para informarnos a nosotros mismos, de manera que cuando vayamos a tomar decisiones lo hagamos con los ojos abiertos para saber con quién estamos haciendo tratos”.

El Departamento de Estado ha identificado siete maneras en las que se utiliza el informe frecuentemente:

  • El presidente Obama (Barack) y funcionarios del Departamento de Estado, incluido el secretario de Estado, lo revisan antes de reunirse con jefes de estado y personalidades de la sociedad civil del extranjero.
  • Ayuda al Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial (Cerd) a evaluar la aplicación de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial por los Estados partes.
  • Organizaciones no gubernamentales dependen de los datos en el informe para realizar sus informes y programación.
  • Catedráticos lo usan como una herramienta de investigación y enseñanza.
  • Sirve a empresas y organizaciones para ejecutar análisis de riesgo para inversiones internacionales y desarrollo de negocios.
  • El Departamento de Justicia de Estados Unidos y abogados de derechos humanos lo utilizan como referencia cuando adjudican casos de asilo.
  • El Congreso de Estados Unidos basa su legislación y decisiones sobre políticas en la información contenida en el informe.

Basado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de las Naciones Unidas y en subsecuentes tratados sobre derechos humanos, los informes por países no determinan conclusiones legales, califican a los países o declaran si han fracasado en el cumplimiento de las normas.

“Proporciona al lector información que le permita tomar una decisión. Simplemente se trata de dejar que sean los hechos los que hablen por sí mismos”, afirma Kozak.

¿Cómo consigue Estados Unidos esa información?
“Hacemos las mismas preguntas en cada país” y cada uno es considerado en base a las mismas normas independientemente de sus relaciones con Estados Unidos, explica Kozak. Cada embajada de Estados Unidos tiene un funcionario encargado de derechos humanos que reúne la información del gobierno anfitrión, informes de prensa, organizaciones locales no gubernamentales y otros que se preocupan por la situación de los derechos humanos en el país.

Parece irónico que los países con buenos antecedentes en derechos humanos con frecuencia tengan largos informes, anotó Kozak, al indicar que lo que ocurre es que en esos casos se dispone de más información porque esas sociedades son más transparentes, tienen una prensa libre que informa sobre las denuncias de abusos, con un sistema legal abierto y sindicatos libremente activos y activistas de derechos humanos.

Para mantener el tamaño del informe en una forma manejable, el funcionario de derechos humanos de Estados Unidos identifica un ejemplo representativo de cada abuso en lugar de anotar cada instancia.

Los informes reflejan la importancia de los derechos humanos en la estrategia general de seguridad nacional de Estados Unidos. Kozak observó que aunque el enfoque de “simplemente hechos” no produce un cambio de la política de Estados Unidos hacia un determinado país, “significa que sabemos con quiénes estamos tratando y sin pretender ante nosotros de que por el hecho de que otro gobierno coopere con nosotros en algunos temas es porque debe estar respetando los derechos humanos de su pueblo”.

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