* Con datos de medios informativos peruanos y de Mariela Aduviri, comunicóloga de Tacna.

La tarde sabatina de mañana 13 será muy distinta a la que acostumbra vivir la población peruana.

Una magna manifestación, estimada en una participación de alrededor de 50 mil personas, recorrerán las principales avenidas del país inca, cuyo epicentro será la capital nacional, Lima, para protestar contra la violencia de género que se vive en todo el país suramericano.

Bajo la convocatoria: #NiUnaMenos, «Nos tocan a una, nos tocan a todas», la marcha busca sensibilizar a la población sobre la violencia de género. Las movilizaciones comenzarán desde las 15:00 horas que, en Lima, tendrá como punto de encuentro el Campo de Marte, para recorrer Jesús María, avenida De la Peruanidad y el cruce con la avenida 28 de Julio en dirección a la Plaza Bolognesi, avenidas Garcilaso de la Vega (ex Wilson) y Nicolás de Piérola (ex Colmena) hacia la Plaza San Martín, luego Manco Cápac y Grau hasta el Palacio de Justicia.

Esta movilización en Lima contará con las garantías del Ministerio del Interior y la ruta fue elaborada en coordinación con la Defensoría del Pueblo, la Municipalidad de Lima y la Onagi. Como parte del plan de operaciones «Ni Una Menos 2016», la policía desplegará 2,500 agentes de diversas unidades para garantizar el orden público.

El jefe de la Región Policial Lima, César Gentille, recomendó a los asistentes no llevar objetos de valor, quienes acudan con niños deben colocarles tarjetas de identificación, en caso de incidentes avisar de inmediato a la policía, no efectuar pintas a la propiedad pública y privada y respetar el horario y la ruta establecida, según información del Diario El Comercio, de Lima.

Perú cuenta con una población superior a los 30 millones de habitantes, de quienes, 15 millones 500 mil 829 son mujeres. Los índices de maltrato en todas sus manifestaciones es de los más altos en América Latina.

En días anteriores se dieron a conocer, a través de distintos medios informativos y redes sociales, tal situación que muestra la crueldad que viven las mujeres por esos motivos y la poca atención que reciben de las autoridades judiciales a sus respectivas denuncias.

“Todas somos Cindy Contreras. Todas somos Lady Guillén. Todas somos Zuleimy Sanchez. Todas somos la niña a la que su papá toca cada noche. Todas somos la adolescente violada por su tío. Todas somos la mujer a la que su novio agarró a golpes. Todos somos la chica con el ojo reventado y la ropa hecha jirones a la que le preguntaron en la Comisaría «qué había hecho» para provocarlo. Todas somos Ayme Pillaca, asesinada por ayudar a una niña de 15 años a huir de una red de trata. Todas somos las más de 2,074 mujeres esterilizadas, todas somos Manta y Vilca. Tocan a una y nos tocan a todas y, por eso, este sábado 13 de agosto, nos movilizamos”, dice un mensaje distribuido a través del Facebook que sintetiza la situación de indefensión que vive la mujer peruana.

Datos del Diario El Regional de Piura, revelan que “cerca de 20 personas son violadas diariamente en el Perú, el 93 % son mujeres. Y del total de casos registrados, 71% corresponden a menores de edad. Las alarmantes cifras se desprenden del estudio del investigador Jaris Mujica, quien recopiló cifras desde el año 2000 sobre las violaciones sexuales en el país”.

Indica que “sólo en lo que va del 2016, 54 mujeres fueron víctimas de feminicidio y 118 pasaron por una situación de violencia, entre ataques físicos y psicológicos. Estos ya cobraron la vida de 498 mujeres desde el 2011, de acuerdo con el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables”.

Estas manifestaciones de la violencia contra la mujer tienen distintos rostros, entre otros: maltratos, discriminación, preferencias salariales y más. A las cifras anteriores, El Regional de Piura agrega que a esas cifras se le suma un número oculto, pues según la Adjuntía para los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo, se calcula que un 50% de mujeres agredidas no denuncian la violencia que sufren por miedo, vergüenza o desconfianza en las autoridades.

La marcha Ni Una Menos exigirá a la justicia en el Perú penas severas y contundentes para los agresores. Perú avanzó en esta materia últimamente, pero las normas no se reflejan en las sentencias.

Un estudio elaborado por Small Arms Survey llamado «Feminicidio: Un problema global», señala que cada año cerca de 66,000 mujeres y niñas son asesinadas. El Salvador es el país con más feminicidios en el mundo (197 en lo que va del 2016) pero también uno de los que ha tipificado el feminicidio en su marco legal, junto a Perú, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Bolivia y Brasil, agrega El Regional de Piura.

En el 2015, se registraron 95 casos en total de feminicidio y 198 casos de tentativa. Las cifras podrían ser mayores. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, cuatro de cada diez mujeres maltratadas prefieren solicitar ayuda únicamente a sus familiares cercanos.

No sólo existe un tema legal por mejorar, sino también un tema sociocultural. Por ejemplo, seis de cada diez personas toleran la violencia contra la mujer en el Perú, minimizándola o desestimándola.

En la marcha participará básicamente la sociedad civil y, a última hora, se informó que Keiko Fujimori, la excandidata presidencial, desistió de sumarse para evitar politizar la manifestación social.

“Somos mujeres que hemos decidido organizarnos para responder a la impunidad y el silencio que hay en torno a la violencia que sufrimos todos los días: física, sexual, psicológica y simbólica. Nos une la indignación ante la vergonzosa actuación del Poder Judicial en casos como los de Cindy Contreras, Lady Guillén y miles de mujeres anónimas. Nos une también el rechazo al silencio y complicidad que la sociedad tiene frente a estos casos”, indican en su convocatoria.

Además, recuerdan que la violencia hacia la mujer se da en varios espacios, desde el acoso sexual callejero, tocamientos indebidos, maltrato hasta el abuso sexual. De hecho, según cifras oficiales 7 de cada 10 mujeres sufren violencia por parte de sus parejas (ENDES, 2013); “sin embargo, el sistema judicial con frecuencia desmerece la evidencia presentada y deja en libertad a nuestros agresores”, precisa información pública relacionada con la marcha.

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