Patrick Butler / IJ Net

Washington, D. C., 30 de enero de 2023.- Cuando Christo Grozev, director ejecutivo de Bellingcat supo que Rusia afirmaba que sus misiles solo apuntaban a objetivos militares en Ucrania, decidió demostrar que eso no era cierto. También se propuso revelar quiénes estaban detrás de los ataques contra escuelas, hospitales y otros objetivos civiles, y si esos objetivos eran accidentales o intencionados.

Grozev y Bellingcat, ganadores del Premio a la Innovación 2022 del Icfj, han demostrado una capacidad única para desenterrar información que el presidente ruso Vladimir Putin y el Kremlin preferirían mantener oculta. Bellingcat es una organización de periodismo de investigación especializada en el uso de fuentes abiertas y redes de periodistas profesionales y ciudadanos para sacar a la luz la verdad sobre conflictos y guerras, violaciones de los derechos humanos y los bajos fondos de la delincuencia.

Grozev y su equipo ya habían revelado quién estaba detrás de los envenenamientos del líder opositor Alexei Navalny en Rusia, y del agente doble Sergei Skripal y su hija en el Reino Unido. Descubrieron pruebas que identificaban a altos cargos rusos como cómplices del derribo del vuelo 17 de Malaysia Airlines sobre el espacio aéreo ucraniano en 2014. De hecho, en noviembre, un tribunal holandés condenó a dos rusos y un ucraniano vinculados al ejército ruso por asesinato en el desastre, basándose en parte en el trabajo de Bellingcat.

En 2022, gran parte del trabajo de Grozev se ocupó de revelar los crímenes de guerra rusos en Ucrania, no solo para llamar la atención del público sobre las atrocidades cometidas, sino también para reunir información para futuros enjuiciamientos, ateniéndose a las rigurosas normas exigidas por los tribunales penales internacionales.

Grozev explica que Bellingcat y sus socios, The Insider y Der Spiegel, tardaron seis meses en elaborar un reportaje que revelara quién estaba detrás de los ataques que han matado a cientos de civiles ucranianos. En primer lugar, el equipo exploró los datos de miles de graduados de las escuelas de cohetería del ejército ruso, y encontró probables candidatos para los trabajos de programación de las rutas de los misiles rusos.

Después compraron registros telefónicos en los mercados gris y negro rusos: una táctica controvertida que Bellingcat siempre ha utilizado con transparencia porque de otro modo es imposible obtener información de Rusia. Esos registros pusieron al descubierto «una constelación de personas que se comunican entre sí exactamente momentos antes de los lanzamientos masivos de misiles», explica Grozev. Por último, Bellingcat demostró que tiene a las personas adecuadas poniéndose en contacto con algunos de los programadores y obteniendo su confirmación.

«Identificamos a unos 30 informáticos que programan las rutas de los misiles rusos», dice Grozev. «Descubrimos que trabajan de manera muy informal. Es un trabajo de 9 a 5, y hacen otras cosas mientras programan las rutas de los misiles, como entrar en páginas de citas, vender coches, comprar monedas».

El resultado, de acuerdo con Grozev, es una «imprecisión total» en los ataques con misiles. Errar el blanco podría ser algo bueno para Ucrania, dice, «pero, a veces, errar el blanco significa dar en un jardín de infantes».

Grozev también tuvo que convertirse en un experto en misiles rusos. Los misiles del tipo utilizados en Ucrania deberían fallar sus objetivos por entre tres y cinco metros, dijo, pero estaban tan mal diseñados y construidos que normalmente fallaban por 10 veces esa distancia. Es «el tipo de imprecisión que hace que sus vehículos estén entre los peores del mundo».

Entonces, ¿el gran número de víctimas civiles en Ucrania es simplemente el resultado de errores? Difícilmente, señala Grozev: «Cada imprecisión no se castiga, en cierto modo se tolera, lo que significa que se fomenta».

Mientras Bellingcat produce artículos de investigación como éste, otro equipo documenta minuciosamente los crímenes de guerra. Los equipos trabajan por separado para que el trabajo de documentación no esté «contaminado por prejuicios».

Este equipo de 15 personas es imparcial respecto de qué bando comete los crímenes, dice Grozev. Se centran en «examinar, validar y verificar» imágenes y vídeos de fuentes abiertas, y se ponen en contacto con fuentes sobre el terreno para obtener metadatos irrefutables sobre los delitos. Normalmente, pueden identificar a qué bando pertenecía el misil que se utilizó, y se fijan en otros factores como el ángulo de ataque para saber de dónde procedía un misil. Bellingcat ha validado 1,791 incidentes de daños a civiles en Ucrania, cada uno de ellos con entre 1 y 1,000 víctimas.

Bellingcat documenta los crímenes de guerra de una forma «que sabemos que los tribunales aceptarán como prueba admisible», sostiene Grozev.

«Hemos hecho esto antes y ya hemos cometido todos los errores», dice. «Nos ceñimos a la ‘cadena de custodia’ de las pruebas y a la verificación que los fiscales quieren tener».

* Patrick Butler, es vicepresidente senior de Contenido y Comunidad de Icfj.

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