Cómo mejorar la cobertura periodística sobre delitos sexuales

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Sahar Majid*/ICFJ

El 16 de diciembre de, 2012, una estudiante de medicina de 23 años se subió a un autobús de Nueva Delhi con un amigo y fue fatalmente violada por seis hombres.

La violación impulsó manifestaciones masivas a lo largo y ancho del país, y hasta llegó a los medios internacionales.

Si bien el sistema judicial cumplió con su rol, los medios de la India se comportaron insensiblemente, haciendo incluso el esfuerzo de publicitar el hecho para ganar dinero y fama. A continuación te mostramos qué fue lo que hicieron mal y cómo esta cobertura pudo ser mejor.

Revelar la identidad de la víctima
En la India, revelar la identidad de una víctima de cualquier ofensa sexual (no sólo de violación) es punible. El Consejo de Prensa de la India también advierte contra la identificación de las víctimas. Obedeciendo esta ley, los periodistas no publicaron el nombre real de la víctima, pero le dieron un nombre imaginario: “Nirbhaya», que quiere decir “sin miedo”. Las historias se referían a “la violación de Nirbhaya”, “el caso Nirbhaya”, “la violación grupal de Nirbhaya», etc.

Sin embargo, hay algunos puntos que deben ser considerados
De acuerdo con un informe publicado por la Oficina Nacional de Registro de Delitos en 2014, 93 mujeres son violadas cada día en la India, y esta cifra aumenta gradualmente cada año. De 24.923 mujeres violadas en 2012, se pasó a 33.707 en 2013. En tales circunstancias, ¿cómo pueden los periodistas y los medios centrar toda su atención en un solo caso?

Poner este caso en un nivel distinto, dándole una identidad especial e intentando glamorizar a la víctima al darle un nombre ficticio, va no solo contra la ética del periodismo, sino que es también una injusticia para con las otras víctimas. Si los medios de comunicación pretenden exponer de manera más eficaz estos delitos, no deben tratar a los casos de alto perfil como hechos aislados.

Llevar testigos a la televisión
Tras el crimen, Zee News llevó al único testigo la violación, el amigo de la víctima, a la televisión, para entrevistarlo cuando el caso todavía estaba abierto y siendo investigado.

En tales circunstancias, llevar un testigo clave a la televisión es una violación de la sección 228A del Código Penal de la India, que hace hincapié en la protección de la identidad de la víctima. Llevar a su amigo a la TV fue una forma indirecta de revelar la identidad de la víctima, de violar su privacidad y también de ir contra la ley. Para evitar eso, los medios de comunicación deberían haber entrevistado al amigo como una fuente anónima en lugar de revelar su identidad, lo que hizo que al final se conociera el nombre de la víctima.

Recrear el crimen
“Crime Patrol”, un show televisivo indio sobre crímenes reales, recreó la tragedia solo un mes después del incidente, programado para salir al aire entre el 11 y 12 de enero de 2013.

En general el show narra casos menos conocidos. Pero la violación ya se había ganado la cobertura de medios nacionales e internacionales; el público lo sabía todo. La emisión del episodio no era más que una forma de comercializar la tragedia.

Bharatiya Stree Shakti, una organización no gubernamental, desafió la transmisión del episodio, argumentando que pretendía lucrar con la tragedia. Afirmó que el programa “aumentaría el sufrimiento de la familia de la víctima, y dañaría los sentimientos de las mujeres en general”. Finalmente el Consejo de Radiodifusión evitó que el canal emitiera el capítulo en la fecha pautada.

Sony TV, sin embargo, no se rindió de emitir el episodio. Después de ocho meses –y cuando los acusados estaban por ser sentenciados tras un rápido juicio– se le dio permiso para emitir el programa.

Conclusiones
Cubrir responsablemente delitos como la violación tiene que ver más con la ética que con la ley. La ética de los medios y de los periodistas puede jugar un rol en este sentido.

Todo se comercializa, estoy de acuerdo. Los canales de noticias y de entretenimiento funcionan en base a sus ratings. Los crímenes de alto perfil siempre son lucrativos para los medios. Pero la ética es más importante que el lucro.

En un país donde una mujer es violada cada 20 minutos —y en el que ni la sentencia a muerte de cinco de los convictos por el crimen de Nueva Delhi pudo disminuir el índice de violaciones en la India— la actitud irresponsable, poco seria e insensible de periodistas y medios para dar cobertura a los casos de violación tiene más responsabilidad en la perpetuación de ese crimen que la laxitud de las leyes.

Antes de culpar al sistema judicial por las débiles leyes contra la violación, los periodistas deberían evaluar sus propias actitudes respecto de ese crimen. Cuando, en lugar de concientizar al público, intentan lucrar con la tragedia, las chances de que la ley pueda reducir el delito son mínimas.

* Sahar Majid es pasante de Icfj. Está haciendo una maestría en la Escuela de Missouri de periodismo, centrada en mejorar la cobertura de los delitos sexuales en la televisión nacional de Pakistán. Este artículo es parte de su investigación.

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