Sandra, de 29 años, circulaba en bicicleta un sábado por la tarde por las calles de la colonia Roma, una de las colonias en la Ciudad de México (Cdmx) con el mayor número de usuarios de Ecobici junto con la Condesa y Cuauhtémoc.

De camino a su casa, un coche abrió sin precaución la puerta y ella no tuvo tiempo para reaccionar. La bicicleta en la que viajaba impactó de lleno contra la puerta del coche y la mujer, quien trabaja como redactora en un medio digital, cayó un par de metros más adelante y se golpeó la cabeza en el pavimento. Perdió el conocimiento por el golpe y despertó desorientada en la ambulancia. A excepción del golpe en la cabeza y algunos raspones, Sandra no tuvo más complicaciones.

El de Melissa es un caso similar. Ella iba en bicicleta por Calzada de Tlalpan cuando una camioneta que intentaba cambiar de carril para orillarse no la vio y la empujó. “Yo creo que la mayoría que anda en bici ha tenido un percance con un automóvil”, dice Melissa. “Entre ciclistas casi no chocan y con peatones es muy raro que tú puedas atropellar a un peatón. Pero entre ciclistas y carros sí hay muchos accidentes”, agrega.

La Cdmx ha incorporado gradualmente espacios e infraestructura para ciclistas, pero los altos niveles de inseguridad vial hacen que este medio de transporte no sea una opción de movilidad para una importante proporción de sus habitantes. El número de accidentes de tráfico en la Cdmx en los que estuvo involucrada una bicicleta aumentaron 44% de 2000 a 2014, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi).

La Ciudad de México, una de las más peligrosas de México para los ciclistas

En 2014, en la Cdmx hubo 162 accidentes de tránsito en los que estuvo involucrada una bicicleta. Sin embargo, no es la más peligrosa. En León, Guanajuato, hubo 285 accidente en ese mismo año. Por debajo de la Cdmx y León, estuvo Hermosillo, Sonora, con 156 accidentes de este tipo. En Monterrey y Guadalajara, donde las autoridades han construido infraestructura ciclista en los últimos años, se registraron 113 y 89 accidentes, respectivamente, durante ese año.

Sin embargo, las cifras oficiales sobre accidentes de ciclistas son todo menos confiables para Areli Carreón, miembro y fundadora de Bicitekas, una organización de ciclistas urbanos promueve el uso de la bicicleta.

Los miembros de Bicitekas detectaron que la Cruz Roja, la Secretaría de Seguridad Pública (Sspdf) y los servicios de emergencia de hospitales públicos y privados no cruzan su información, por lo que desconocen si se registran todos los incidentes o si hay algunos que se repiten sin darse cuenta.

Incluso la Secretaría de Salud (SSA) admite en su estudio Más ciclistas, más seguros, que en el 42% de las muertes en accidentes de tráfico las autoridades desconocen las causas precisas de muerte.

El 15 de mayo de 2009, Liliana Castillo Reséndiz circulaba por Av. Universidad, cerca de Mayorazgo. Se dirigía a la Facultad de Filosofía y Letras cuando un auto que venía a exceso de velocidad la atropelló. Una semana después, falleció a causa del golpe en la cabeza que recibió al caer de la bici.

Liliana era ilustradora, había participado en el catálogo de ilustradores del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) en 2008 e iniciaba su trabajo como actriz. Al momento de morir tenía 23 años.

En su honor, se colgó la primera Bicicleta Blanca en la Ciudad de México en el lugar donde fue atropellada. Las Bicicletas Blancas o Bicicletas Fantasma surgieron en Estados Unidos como memoriales para las personas que murieron mientras circulaban en estos vehículos. Con ellas se busca recordar a los ciudadanos que este tipo de accidentes pueden evitarse.

Ese mismo año, y tan sólo dos meses después de que apareciera la primera Bicicleta Blanca, dos más fueron instaladas en la Ciudad de México. Una en uno de los puentes peatonales de Chapultepec en honor de Estela de la Luz Valles, estudiante de 18 años y otra en la Condesa por Ignacio Santiago Martínez, policía en bicicleta de 25 años de edad.

Los accidentes fatales continúan. En noviembre de 2015, Monserrat Paredes fue atropellada por un conductor del transporte público que invadió el carril ciclista. Monserrat transitaba por Paseo de la Reforma, una de las principales avenidas de la Cdmx. Se dirigía de su trabajo a la universidad. Luego del accidente el chofer del vehículo huyó del lugar.

Peligrosa, pero no tanto
A pesar de estas historias, la Cdmx está entre los últimos lugares en cuanto a muerte de ciclistas en comparación con otras ciudades de América Latina, según el estudio Ciclo-inclusión en América Latina y el Caribe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Pereira, Colombia, tiene el número de muertes más elevado de la región: 1.2 muertes de ciclistas por cada 100,000 habitantes al año. Le siguen Cali, también en Colombia, con 0.8 muertes; San Salvador, El Salvador, con 0.8; São Paulo, Brasil, con 0.7 y 0.5 en Santiago, Chile. La Ciudad de México se encuentra en el penúltimo lugar de 18 ciudades con 0.07 muertes.

“Todos tenemos mucho que aprender y asumir, no podemos seguir en la lógica de que la culpa es de alguien más, del camionero, del microbusero, del ciclista, no. Todos somos usuarios de la calle y en esa medida, en esa misma proporción somos responsables de lo que ocurre en la calle” señala Carreón. “En la medida que aprendamos eso, el espacio público en el que todos participamos será más ordenado, más seguro y más eficiente”.

Fuente: Propiedades.com

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