(CODICS).- Investigadores y académicos de la Universidad Autónoma Chapingo (Uach) dieron a conocer que, desde 2014 promueven, en ejidos y comunidades en extrema pobreza, el establecimiento de biodigestores, donde mediante la fermentación anaeróbica de estiércoles de animales se produce gas metano para calentar agua, alimentos o alumbrar los hogares de campesinos e indígenas.

Dijeron que en México alrededor de 16.4 millones de personas utilizan leña como fuente de combustible para cocinar, porque difícilmente pueden acceder al servicio de gas LP por su costo elevado y lo complicado del acceso terrestre donde habitan.

El profesor-investigador Takuo Hozumi, en el marco del Programa Especial de Extensión y Vinculación Universitaria de la Uach, manifestó que el sector rural de México carece de poder adquisitivo para disponer del suministro de combustibles derivados del petróleo, de tal suerte que esta alternativa no daña la naturaleza y, mucho menos, la salud humana, como lo hace la combustión de la leña.

Por ello, Takuo Hozumi dijo que para en la Uach es importante impulsar en la comunidades rurales de alta marginación el establecimiento de estos biodigestores para producir gas metano.

Comentó que Chapingo busca ofertar alternativas tecnológicas a las localidades rurales que necesitan atender sus necesidades básicas de combustible; además, busca mejorar la salud humana, frenar la deforestación, reducir la contaminación ambiental por desechos orgánicos y restaurar la fertilidad de los suelos agrícolas de los pequeños productores rurales.

Recordó que el acopio de leña para combustión proviene de la recolección en áreas con cubierta vegetal y de tierras agrícolas donde las mujeres y niños dedican horas a la tarea de acopiar sin evaluar las consecuencias en la salud humana por inhalar el humo que genera la combustión.

Explicó que el metano es el principal componente del biogás que se produce, el cual se utiliza como combustible; los lixiviados que se generan de esta fermentación anaeróbica son fuente para elaborar biofertilizantes.

Con la participación del profesor-investigador Gerardo Noriega Altamirano, indicó Takuo Hozumi, se fomenta la fortificación de estos lixiviados. Para ello, se cultivan microorganismos en este material líquido, para que los pequeños productores comiencen a disponer de biofertilizantes para su uso en las pequeñas parcelas agrícolas de los productores participantes en esta estrategia de Extensión y Vinculación que impulsa la Uach.

Hozumi y Noriega Altamirano explicaron que los talleres de capacitación se han desarrollado desde el 2014 en comunidades como el Ejido Ojital, Santa María Álamo, Veracruz y en Xoxonacaxtla en Zacatlán, y Anayal en Hueytamalco, Puebla.

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