Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola*.
Datos comprobados

A menudo, las compras se denominan como «terapia de compras», y algunas personas sugieren que comprar artículos, especialmente ropa nueva, puede hacerle sentir mejor. El problema es que estas emociones positivas desaparecen con rapidez, al contrario del exceso de ropa. De hecho, la moda rápida es uno de los principales factores coadyuvantes del problema de los desechos en el mundo, ya que ahora la ropa es la categoría de más rápido crecimiento.

Podría creer que hace su parte al donar ropa que ya no desea a obras de caridad o al dejarla en un contenedor de recuperación de ropa en las tiendas, pero la mayoría no llega a beneficiar a nadie. La triste realidad es que una gran parte de estas prendas desechadas, aproximadamente el 85%, simplemente terminan en el basurero de algún lugar, ya sea localmente o en el extranjero.

En el siguiente informe del programa Marketplace de la cadena canadiense CBC News, la periodista Charlsie Agro investiga las declaraciones hechas por los programas de recuperación de los comerciantes minoristas, y lleva a una familia canadiense detrás de escena para mostrarle lo que realmente sucede con la ropa donada en la organización benéfica local.

Por supuesto que las organizaciones benéficas prometen vender la ropa de segunda mano a las personas necesitadas, mientras que la mayoría de los programas de recuperación de las tiendas prometen que su ropa desechada se utilizará para hacer ropa nueva. Pero ¿qué tan verdaderas son estas declaraciones?

¿Qué sucede realmente con la ropa donada?
Una vez que deja su ropa en un centro de donación local, ¿qué le sucede? El programa Marketplace visita uno de los nueve almacenes del Ejército de Salvación, en Toronto, donde terminan la ropa sobrante, las prendas de vestir que no se vendieron o estaban demasiado gastadas para venderse.

El jefe de donaciones del Ejercicio de Salvación de Canadá indica que, tan solo en los últimos dos años, han observado que la cantidad de ropa que termina allí ha aumentado del 15% al 20%. Señala que, la moda rápida es uno de los principales factores que promueven este incremento. De acuerdo con Marketplace, ahora los habitantes de Canadá compran 400% más ropa que en los años 80.

Según un informe de The Atlantic realizado en 2014, las compras de ropa en los Estados Unidos aumentaron alrededor de un 500% en ese mismo período de tiempo. Marketplace expone que, en los Estados Unidos, se estima que 25 mil millones de libras de desechos textiles terminan en los basureros cada año.

Lo que es aún peor, muchos tejidos no se biodegradan bien, debido a sus fibras sintéticas. Además, liberan químicos y tintes tóxicos, lo que se suma al problema de contaminación del agua a nivel mundial. La gran cantidad de desechos textiles que se generan al año ha convertido a la moda rápida en una de las industrias más contaminantes del mundo, indica Marketplace.

Muy pocas prendas de ropa pueden ser o son recicladas
En un esfuerzo por reducir este desperdicio, diversas marcas importantes de moda han comenzado programas de recuperación de ropa. Por ejemplo: Levi’s, Nike, H&M y Adidas. Las tiendas cuentan con cajas de donación y, con frecuencia, su comercialización promete reciclar sus prendas viejas, para «cerrar el círculo» y «convertir lo viejo en algo nuevo».

Los programas de recuperación ayudan a aliviar la culpa de los compradores, al hacerles sentir que hacen una buena obra. Pero, también promueven la adquisición de prendas nuevas, ya que muchas ofrecen descuento en las compras nuevas por cada prenda donada.

Pero, la pregunta es, ¿estos programas de recuperación abordan realmente el problema o simplemente lo perpetúan bajo la falsa apariencia de un «consumismo consciente»? Los anuncios de H&M prometen utilizar sus jeans viejos para hacer nuevos. Pero ¿es cierto?

Según la ambientalista Elizabeth Cline, entrevistada en el programa, menos del 1% de la ropa se recicla y se convierte en ropa nueva. Collect, una empresa de reciclaje a cargo de las donaciones hechas a diversos minoristas importantes, incluyendo H&M, afirma que el 35% de la ropa donada se recicla en artículos como acolchado para alfombras, lienzos para pintores y material de aislamiento, y no en prendas de vestir.

Una de las razones principales por las que se recicla muy poca cantidad de nuestros desechos textiles es porque la mayoría de las prendas son elaboradas con fibras mezcladas que son difíciles de separar y reutilizar. Cline también señala que incluso las prendas de un solo tipo de fibra, como lana o algodón puro, son difíciles de reutilizar, ya que el proceso de reciclaje disminuye la calidad del nuevo artículo. «Debilita los hilos de algodón y lana», indica, «lo que resulta en un producto de calidad inferior».

«La conclusión es que, la tecnología aún no llega a ese punto», indica Marketplace. «Es demasiado costoso y toma mucho tiempo fabricar ropa nueva de prendas viejas». Además, Cline considera que los programas de recuperación son una «victoria ambiental fácil» para estas empresas. Les brinda un aura de sostenibilidad, mientras que les permite continuar con sus negocios usuales, y no requieren hacer cambios significativos en su fabricación y modelo de negocio. De hecho, los programas de reciclaje generan poco impacto en la causa del problema. «Esta medida no hace que la moda rápida sea más sostenible», indica Cline.

¿Qué tan rápido cambia la moda?
Como señaló Marketplace, la industria de la moda solía tener cuatro estaciones: invierno, verano, primavera y otoño. ¡Ahora, las colecciones se actualizan cada semana, si no es que casi todos los días! Puede entrar a una tienda H&M los lunes y miércoles de la misma semana y podría encontrar una nueva variedad de artículos.

Al igual que Cline, Claudia Marsales, gerente principal de gestión de residuos y medio ambiente de Markham, Ontario, tampoco le ha impresionado los esfuerzos de reciclaje de las empresas minoristas. Marsales le indica a Marketplace que, con el volumen actual de ventas, las tiendas de moda rápida podrían tardar 12 años en reciclar lo que venden en 48 horas.

En su opinión, los programas de recuperación son una propuesta perdida y nada más que una forma de publicidad ecológica engañosa. Realmente no toman ninguna acción para abordar «el modelo comercial fracturado de la moda rápida», señala Marsales. Los comerciantes minoristas de moda rápida fabrican demasiada ropa y la venden a un costo muy económico. La mala calidad hace que la ropa sea desechable, y reciclar un poco de las prendas muy desgastadas no aborda, sino que elude el problema real.

En resumen, el problema principal es el modelo de negocios de la industria, y los programas de reciclaje son una forma sencilla de hacer que la industria parezca más responsable sin alterar la forma en que hacen negocios.

La ropa donada no llega a las personas necesitadas
Muchas personas tienen la impresión errónea de que sus donaciones se distribuirán entre las personas necesitadas, ya sea localmente o en otro lugar. Sin embargo, esa no es la realidad. Según un informe de ABC News realizado en 2006, más del 90% de las donaciones de ropa a organizaciones benéficas termina en recicladoras textiles.

En los Estados Unidos, solo el 10% se vende a personas con dificultades económicas que buscan alguna ganga. Incluso, cuando los artículos se envían al extranjero a áreas como África, no se donan, sino que se venden de un intermediario a otro. En general, a lo largo de la cadena de distribución, lo que no puede venderse siempre termina en un basurero.

Marketplace señala que, Nairobi, Kenia, es el comprador principal de las prendas desechadas en las regiones occidentales. Cada año, compra 22 millones de dólares de ropa desechada tan solo de Canadá. En conjunto, África oriental importó la enorme cantidad de ropa usada por un valor de US$ 151 mil millones de regiones occidentales en 2015.

Por lo tanto, en última instancia, es posible que muchas de las prendas casi sin usar que pudo haber donado se vendan con fines de lucro en los mercados de ropa usada en Kenia y otras naciones con menos recursos económicos. Sin embargo, el problema es la baja calidad de las prendas, ya que dificulta la venta de los artículos.

Simplemente, los kenianos no quieren invertir el dinero que han obtenido de forma ardua en algo que se romperá o hará jirones en unas cuantas lavadas, y lo que no se venda en estos mercados locales será quemado o arrojado a la basura de nuevo.

África no quiere sus desechos
En el Continente Africano, las importaciones de ropa de segunda mano se han convertido en un grave problema de desechos. También, amenaza la capacidad de los productores locales para ganarse la vida. La ropa usada se vende por menos del 10% del costo de una prenda fabricada localmente, lo que hace que la industria de la confección local sea incapaz de competir.

Por lo tanto, el problema se ha vuelto tan grande que, en marzo de 2016, Kenia, Uganda, Tanzania, Burundi y Ruanda propusieron la prohibición de todas las importaciones de ropa usada para 2019 para impulsar las industrias textiles y de confección locales. En agosto de 2016, el ministro de Estado de Tanzania también anunció la implementación de un programa de capacitación de sastrería destinado a educar a una nueva generación en el arte de la confección y diseño textil.

Un informe de febrero de 2018 de Aljazeera señaló que Ruanda, Tanzania y Uganda acordaron implementar la prohibición, pero enfrentaron «amenazas de sanciones comerciales de los Estados Unidos, que indican que la prohibición viola los acuerdos de libre comercio». Kenia declaró que no podía cumplir con la fecha límite propuesta para la prohibición de 2019, ya que la producción textil nacional aún no era capaz de satisfacer la demanda local.

¿Cómo convertirse en parte de la solución?
Al final, Marketplace aborda una pregunta que de seguro ya imagina, ¿qué puede hacer con la ropa que ya no quiere? La solución principal debería ser obvia; es decir, comprar menos. Comprar solo lo que necesita le permitirá comprar más artículos de alta calidad con mayor vida útil. Una prenda de vestir bien elaborada podría continuar utilizándose durante años, si no hasta décadas.

Si un artículo aún está en buenas condiciones, pero por alguna razón ya no se ajusta a su cuerpo o estilo de vida, primero debe preguntar si alguien lo quiere o necesita. Algunas personas han comenzado a hacer reuniones de intercambio de ropa, que es una excelente manera de minimizar el desperdicio y apoyar mutuamente su capacidad económica.

Los refugios locales para mujeres y centros de crisis también pueden aceptar sus donaciones. Como último recurso, puede donar la ropa que aún esté en buenas condiciones a una organización benéfica acreditada que atienda las necesidades de su comunidad local. Por ejemplo, la organización benéfica de su iglesia local podría distribuirla entre las personas necesitadas de la comunidad. La otra opción es readaptar y reutilizar las prendas de vestir. Por ejemplo, puede verificar si hay bordadores de colchas locales y donarles telas en buen estado.

Sin embargo, al final del día, la verdadera respuesta radica en reducir el consumo total. Un tema que Marketplace no abordó, pero que está relacionado con la moda desechable es la dura realidad de los trabajadores de los talleres clandestinos que sufren para producir los productos que compramos a bajo precio y desechamos sin pensar en lo que se necesitó para fabricarlos.

Si lo analiza un poco, ¿cómo podría un minorista vender una camiseta por 5 dólares, a menos que pagara casi nada por la mano de obra? Además, otro tema preocupante es la contaminación ambiental causada por la industria textil.

Industria textil también es fuente importante de otro tipo de contaminación
Se utilizan más de 60 clases de químicos diferentes en la producción de hilados, pretratamientos y acabado de telas. Cuando se fabrican las telas, se les agrega entre el 10% y 100% de su peso en químicos. Incluso, las telas hechas 100% de algodón que no es orgánico están recubiertas con un 27% de su peso en químicos.

Estos químicos no solo podrían afectar la salud humana, sino que también terminan en nuestro entorno, durante el procesamiento inicial y una vez que la ropa se desecha en un basurero. Como indica el libro Environmental Deterioration and Human Health, en el capítulo dedicado a los efectos en la salud causados por las aguas residuales de la industria textil: «El efluente textil es una fuente muy importante de degradación ambiental y enfermedades humanas. Alrededor del 40% de los colorantes utilizados en el mundo contiene cloro unido orgánicamente, un agente cancerígeno conocido.

Los químicos se evaporan en el aire que respiramos o los absorbemos a través de nuestra piel; se manifiestan como reacciones alérgicas y pueden causar daño en los niños, incluso antes de su nacimiento. Esta contaminación química puede alterar el funcionamiento normal de las células y, a su vez, causar trastornos en la fisiología y mecanismos bioquímicos de los animales, lo que podría causar el deterioro de funciones importantes, como la respiración, osmorregulación, reproducción e incluso la mortalidad.

Los metales pesados, presentes en los efluentes de la industria textil, no son biodegradables; por lo tanto, se acumulan en los órganos principales del cuerpo, y con el tiempo comienzan a descomponerse, lo que puede causar diversos síntomas de enfermedades. Por lo tanto, los efluentes textiles sin tratar o tratadas de forma insuficiente pueden ser perjudiciales tanto para la vida acuática como terrestre, ya que podrían afectar negativamente en el ecosistema natural y causar efectos a largo plazo».

Consideraciones de los consumidores conscientes
Antes, no pensaba mucho en la ropa que utilizaba, y me sorprendí al saber el daño ambiental debido a la moda rápida económica que se produce actualmente. Ahora, por lo general adquiero cinco prendas nuevas al año y casi siempre es para reemplazar mi ropa interior.

Desde entonces me he dedicado a utilizar ropa orgánica producida de manera sostenible y apoyar el movimiento «Care What You Wear». De igual manera, incluí en mi tienda virtual una línea de ropa orgánica cultivada y confeccionada en los Estados Unidos, y apoyamos a Sito, una marca de ropa orgánica con certificado Gots emitido por la agencia de certificación biodinámica Demeter.

Podrá obtener más información acerca de estas certificaciones (y la razón por la que son tan importantes) a través de mi entrevista de 2017 con Marci Zaroff, fundadora de la primera fábrica textil certificada orgánicamente en los Estados Unidos. El Proyecto Orgánico Biodinámico Mercola-Reset también apoya a 55 agricultores con certificado orgánico de la India para implementar la producción biodinámica de algodón en 110 acres de tierra.

La agricultura biodinámica es orgánica por naturaleza, pero va un paso más adelante, ya que opera bajo la premisa de que una granja debe ser completamente regenerativa y autosuficiente. Esta agricultura combina las plantas y animales para formar una red de vida; es decir, un ecosistema autosuficiente que beneficie a la comunidad circundante.

Reset (Regenerativo, Entorno ambiental, Sociedad, Economía, Textiles) pagará a todos los agricultores biodinámicos orgánicos en nuestro proyecto una prima del 25% sobre los precios convencionales del algodón, que se les pagará directamente a los agricultores. Entonces, en el futuro, deberá analizar con detenimiento al eliminar y «reconvertir» su guardarropa. Recuerde que, ser un consumidor consciente no se limita a los alimentos y productos para el hogar.

Su ropa podría ser una fuente de productos químicos peligrosos y los artículos de moda rápida de bajo costo tienen graves repercusiones en el medio ambiente y personas que trabajan en la industria. Como consumidor, sus elecciones pueden ayudar a orientar la industria de la moda hacia procesos de fabricación más humanos y respetuosos con el medio ambiente, y no solo para mostrar una fachada de sostenibilidad a través de programas de reciclaje que no reducen los desechos textiles ni los problemas de contaminación ambiental de nuestro planeta.

* Joseph Mercola es un ameritado médico norteamericano que promueve los tratamientos alternos para la salud. Sus artículos diarios se traducen a varios idiomas y cuenta con miles de seguidores en todo el mundo.

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