El origami es el arte japonés del papel plegado en tanto el término kirigami distingue el correspondiente al papel recortado. Es un supuesto aceptado que tan pronto surgió el papel, en China, alguien buscó en los dobleces una figura escondida —o la proyección de lo mental— y otro alguien más lo cortó delicadamente con el mismo fin. Bajo este principio resulta que el origen del origami y del kirigami es milenario.

Con mayor acercamiento a la práctica diaria, el origami (del japonés ori, doblar y de gami o kami, papel), papiroflexia o cocotología  —independientemente a su inserción en el rubro de expresión artística— exige para su práctica el espacio, el tiempo y la paciencia en asociación a la abstracción, además de fina coordinación digital y el acercamiento a las manifestaciones de la vida y el hacer humano. Disciplina práctica en la educación durante la infancia, la continuidad durante el desarrollo del individuo permite la recreación de formas animales, vegetales y antropomórficas de alta calidad y complejidad. Ya sumergidos en la pureza del concepto, el término en español de papiroflexia —o el sumamente esporádico de cocotología— también exige la diferenciación, ya que en sentido estricto “el origami es papiroflexia pero no toda papiroflexia es origami” puesto que los requisitos para el origami son básicamente un trozo de papel cuadrado o rectangular y el doblado manual de éste (sin ayuda de tijeras ni navajas), por lo cual y a falta de un vocablo específico en este caso concreto, es correcto inserta al español  el término japonés sin demérito de esa otra disciplina paralela que es la papiroflexia. Hay una variante en cuanto a las figuras creadas con papel plegado sin uso de tijeras ni pegamento a fin de obtener figuras de formas variadas, para algunas de estas destacadas expresiones es dable insertarlas en el término de “esculturas de papel”.

El kirigami es el arte y la técnica de cortar el papel con las tijeras. Hay una gran diferencia con los «recortables», éstos necesitan un trazo o dibujo previo para la labor, en tanto en el kirigami el trabajo de las figuras es realizada directamente con las tijeras y ello lo que lo convierte en una técnica considerablemente creativa y de depurada habilidad. El término es una derivación de las palabras japonesas kiri, cortar, y gami, papel. El kirigami contiene muchas variantes. El kirigami milenario practicado en oriente desarrolla complejos modelos decorativos de alto valor artístico. Hay un kirigami arquitectónico que únicamente con el uso cuchillas desarrolla modelos de alta complejidad. En la suma de la práctica el kirigami adquirió finalidades diferenciadas en materia didáctico educativa, en terapias de integración, personalización de un mensaje, etcétera; la destreza en este método permitía la creación de  delicados modelos en las ventanas a manera de cortinajes y dotaba de individualidad todo escrito legal o religioso. De manera directa, en México, el denominado “papel picado”, cuya función decorativa da distinción particular a las ceremonias sociales y religiosas, es un derivado de esta pericia fijada en el término de “tradicional”. (En un pasado no remoto, era común la realización de retratos mediante el papel cortado.)

Sea una expresión del origami o del kirigami, prácticamente cualquier papel resulta adecuado para la búsqueda de la expresión humana. En ambas, los volúmenes, las texturas, el juego de luz/sombra aportan imágenes con resultados únicos e irrepetibles siempre y cuando la reproducción mecánica sea sólo un asunto comercial que no lo hace deleznable, es sólo que la finalidad ya corresponde a otra esfera. Papel, meditación y paciencia son los requisitos principales para la realización de estas expresiones humanas.

En el terreno de lo práctico, estas disciplinas son ayuda fundamental para el diseño en la confección de empaques y contenedores de productos; para idear formas y volúmenes tridimensionales en módulos de exhibición, en las representaciones arquitectónicas, matemáticas, biológicas… prácticamente en todo lo que el humano deseara representar hasta poco antes de la aparición de los programas específicos mediante el ordenador o computadora electrónica.

En la milenaria historia del papel las aplicaciones van en asociación, así, es posible afirmar que el origami y el kirigami nacen poco después de que el ser humano, traspuesta la finalidad de transmitir la información por escrito  busca qué más lograr con el material y ésta es, afortunadamente, una práctica inagotable.

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