Un nuevo rostro para Bernard

0
103

Nacido en el transcurso del año de 1090, en Fontaine-lès-Dijon y fallecido el 20 de agosto de 1153, Bernard de Fontaine, su nombre original, ―Bernardo de Claraval, en lengua española―, fue el superior en la abadía cisterciense de Clairvaux (de ahí si nombre de Bernard de Clairvaux) precursor ―con siglos de antelación― al fervor por María Santísima a quien dirige sus pensamientos y oraciones, favoreció la formación de la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón (Pauperes Commilitones Christi Templique Salomonici), la Orden del Temple, los popularmente conocidos bajo el término de “Caballeros Templarios” cuyo lema fuera “Non nobis Domine, non nobis, sed Nomini Tuo da Gloriam (“No a nosotros Señor, no a nosotros, sino a tu Nombre sea dada la Gloria.”). [1]

El Templo de San Bernardo de Claraval. Ciudad de México.
“La Iglesia de San Bernardo se sitúa en la esquina de las calles 20 de Noviembre y Venustiano Carranza, justo al sur del Zócalo de la Ciudad de México… fue parte de un convento del mismo nombre […] patrocinado por Juan Márquez de Orozco, un comerciante que dejó su fortuna a la iglesia con la estipulación de que el dinero se utilizara para fundar un convento de la Orden Cisterciense. Después de la muerte de Márquez Orozco, Juan Retes de Largache, marqués de San Jorge, se convirtió en benefactor del convento y adquirió el terreno para la iglesia y el convento. El convento fue fundado en 1636, por tres de las hermanas Orozco y dos monjas, todas del Convento de Regina Cœli. En el siglo XVIII, Miguel de Berrio y Saldivar (o Zaldívar), conde de San Mateo de Valparaíso [2], se hizo cargo de unos trabajos de reparación y utilizó piedra de tezontle cortada geométricamente, La iglesia fue rededicada en 1777. [3]

El luminoso Templo de una sola nave con su bello altar en estilo neoclásico y su doble portada de sutil estilo barroco, la correspondiente al norte ―la que da a la calle de Venustiano Carranza― acoge en su nicho principal una imagen de San Bernardo y la que ahora enfrenta al oriente contiene una escultura con la figura de la Virgen de Guadalupe. Una placa alusiva hecha en bronce informa: “Las Religiosas Concepcionistas del Convento del Dulcísimo Nombre de María del Glorioso San Bernardo. Fundado el 30 III 1636 en este lugar. Celebramos 350 años de su fundación, 1986”.

“Durante el periodo de la Reforma bajo el gobierno de Benito Juárez, se cerraron todos los monasterios y conventos y este convento en especial fue demolido, a excepción de la iglesia. Su demolición allanó el camino para la apertura de la calle que se convertiría en 20 de Noviembre…” [4]

“El 14 de diciembre de 1933 se emite el decreto queda clara (sic) de utilidad pública el alineamiento de la Diputación y Ocampo y su continuación hasta la calzada de Chimalpopoca para formar la avenida que se denominará 20 de Noviembre…” [5]

El Convento ―con su Iglesia en honor a San Bernardo de Claraval― aparece en el “Plano y  demostración de cómo estaba la Plaza mayor de esta Ciudad de México”  [6] fechado en las proximidades de 1760 que ilustra “La Plaza Mayor de la ciudad de México en los siglos XVI y XVII” de Antonio Rubial García. La amplia construcción ocupaba el espacio que iba de la calle de la Monterilla (hoy 5 de febrero) hasta la calle de Porta Cœli (hoy José María Pino Suárez) en el sentido poniente a oriente; el frente de la iglesia (en línea hacia el norte en una línea ideal a partir de su cúpula) nacía la Callejuela de San Bernardo que daba al espacio del Baratillo.

“Así, con la rúbrica del entonces secretario de Estado y del Despacho de Gobernación, Eduardo Vasconcelos, se da respuesta al Decreto del C. Presidente Constitucional Substituto de los Estados Unidos Mexicanos, Abelardo L. Rodríguez. La justificación para la demolición de los inmuebles que se encontraban en la ruta de la apertura partía de varias premisas, entre las que se encontraban: el embellecimiento de la ciudad como necesidad urgente, el estancamiento del comercio debido al trafico citadino, la carencia de vías amplias apropiadas para la comunicación vehicular en las arterias del primer cuadro e incluso la importancia estética de abrir camino que le diera a la Plaza de la Constitución y la Catedral Metropolitana…” [7]

En lo referente al templo de San Bernardo: “La Iglesia resultaba afectada en gran parte, pues todo el espacio ocupado por la portada del Oriente quedaba fuera de la línea. Estudiado detenidamente el caso por la junta de Monumentos, se aprobó la iniciativa del Arquitecto Vicente Urquiaga que consistía en conservar el templo, cortar el tramo para alinearlo y reconstruir en la nueva Avenida, a los pies [es decir, bajo el coro] de la Iglesia la portada que se había desarmado. […] no sólo quedó intacta la portada en su nuevo sitio, sino que el revestimiento de tezontle interesante, luce más ahora y se le aprecia mejor.” [8] que, en su entradilla asienta: “En nombre de la modernización y ordenamiento urbano, desaparecieron el Portal de las Flores y el antiguo callejón de San Bernardo para dar paso a esta avenida eminentemente comercial que hoy es parte emblemática del paisaje del Centro Histórico de la Ciudad de México.” [9]

“Entre el Zócalo y la actual calle de Venustiano Carranza existía un estrecho andador peatonal que fue conocida como la callejuela o el callejón de la Diputación,  este paso separaba el antiguo paso del antiguo palacio del Ayuntamiento y el Palacio de Hierro del Portal de las Flores y el Puerto de Liverpool. En la década de los 30 esta zona se transformó por completo para abrir la Avenida llamada 20 de Noviembre… inaugurada el 20 de noviembre de 1936…” [10]

La ancha perspectiva que hoy disfrutamos, la visión del amplio espacio cívico-político-religioso es, pues, una invención nacida de una “necesidad publica” que no llega a los cien años. [11]


Notas importantes:

[1] El Salmo 115:1 dice: “No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros. Sino a tu nombre da gloria…”. La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento. Página 641. Antigua versión de Casidoro de Reyna (1569) revisada por Cipriano de Valera (1602) y cotejada posteriormente con diversas traducciones y con los textos hebreo y griego. T. S. E. L. F. 1975.
[2] El marquesado de Jaral del Berrio fue un título nobiliario creado el rey Carlos III en favor de Miguel de Berrio y Zaldívar
[3] El predio fue originalmente propiedad de Gonzalo Juárez de Córdoba, contador mayor del real tribunal, pasó ―por venta―a propiedad de las monjas de Santa Brígida y ellas vendieron predio y casa a los condes de San Mateo de Valparaíso ligados por matrimonio con la del marques del Jaral del Berrio. Ana María de la Campa y Cos y Miguel Berrio Zaldivar trasladaron su residencia a la ciudad capital de la Nueva España en donde fincaron la única construcción a cuatro niveles, hoy conocida bajo el título de Palacio de Iturbide.
[4] Iglesia de San Bernardo (Ciudad de México). wikipedia.org visitada el 22 de noviembre del 2018.
[5] Conociendo el Centro Histórico. La avenida 20 de Noviembre. centrohistorico.cdmx.gob.mx Visitada el 22 de noviembre del 2018.
[6] Antonio Rubial García. Zócalo. La Plaza Mayor de la ciudad de México en los siglos XVI y XVII. Página 37. arqueología mexicana, numero 116. julio-agosto del 2012.
[7] La avenida 20 de Noviembre. centrohistórico.cdmx.gob.mx Visitado el 4 de noviembre del 2018.
[8] Guadalupe Lozada León. ¿Cómo nació la polémica Avenida 20 de Noviembre en la Ciudad de México?
[9] realtosehistorias.mx Visitado el 4 de noviembre del 2018.
[10] Tomado de “La Ciudad de México en el Tiempo, Avenida 20 de Noviembre” canalonce.mx Visitado el 4 de noviembre del 2018.
[11] Los croquis divulgados en Arqueología Mexicana número 116 con el tema de Zócalo, exigen a la imaginación un vislumbre de la realidad plasmada en los documentos históricos reproducidos en sus páginas 25, 36, 37, 38/39 y 40/41, una perspectiva como la veían en aquel pasado.

Anuncio

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí