En un principio la Vida enfrentaba dos caminos: la eternidad y la reproducción: eligió la segunda con su bagaje de las mínimas alegrías y el dolor repetido en cada generación y la continuación ligada. Ésta es quizá la solución efectiva para consumar el punzante transitar humano en el serpentín de su desarrollo hacia una realidad inimaginable: “El ascenso del hombre” según postulara el polaco doctor Jacob Bronowski; la eternidad conlleva la complicación de la inactividad, de la postergación indiferente bajo el principio de una noción de infinito en un espacio y/o tiempo que no comprendemos.
Con la unión de un ovulo fecundado por un espermatozoide inicia un ciclo de nueve meses para el desarrollo embrionario, la multiplicación asombrosa que constituirá el inicio de una complejidad para continuar ―en el exterior― el desarrollo de una vida autónoma y única, irrepetible, trascendental en sí misma y, a la vez, interdependiente
(La renovación celular variable crea un organismo regenerado consumado y reiniciado constante e ininterrumpidamente hasta la disolución final).
1 madre y un padre (2).
4 abuelos.
8 bisabuelos.
16 tatarabuelos (triabuelos).
32 trastatarabuelos (tetrabuelos).
64 pentabuelos.
128 hexabuelos.
256 heptabuelos.
512 octabuelos.
1024 eneabuelos.
2048 decabuelos.
4096 ancestrales.*
8,190 vidas soberanas en el transcurso aproximado de 300 años para concatenar la presencia de cada uno del “nosotros”, con sus paraísos perdidos y sus infiernos encontrados, su hambre y su sed, sus conflictos heredados ligados a su tragedia, con dudas perdurables, triunfos esquilmados, tropelías santificadas, virtudes fingidas, falsedades impuestas, alegrías y tropiezos en desuso u ocultos en cada día de cada una de las vidas antecesoras. Por todos ellos y por todo ello: aquí estamos. Sirva esto para no escupir con ligereza en la senda del pasado.
* Con información tomada de maluescritora.blog (María Luisa De Francesco). Creaciones personales. Publicado el 29 de abril del 2021 y visitado el 20 de abril del 2023.
