En la mayoría de las sociedades contemporáneas, incluida la mexicana, el prejuicio hacia la depresión es muy fuerte, lo que se manifiesta con la negación de la enfermedad, por lo que el paciente puede recibir el diagnóstico médico hasta siete años después de presentados los primeros síntomas, coincidieron especialistas.

Durante la mesa Más ciencia menos depresión, organizada ayer en el Museo de las Ciencias Universum, de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), el investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la Máxima Casa de Estudios, Ricardo Pozas Horcasitas, dijo que existe estigmatización y descalificación de aquello que brinda la solución a la depresión.

“La gente no acepta la depresión, la gente no considera estar deprimida y tiene una tremenda presión por el éxito.

“Psiquiatra y loco están indefectiblemente ligados; tú dices ‘yo voy al psiquiatra’ ¡cállate, no me avergüences! decir psiquiatra es decir loco y decir loco remueve todo, incluso los valores que le dan imagen y sentido a la familia. Las familias juegan con apariencias y esas apariencias son introyectadas por la gente a tal nivel, que no reconoce a través del nombre, el problema de las emociones, el problema de la depresión porque hay una tendencia generaliza a negar, tendencia que es enseñada por los padres y reproducida por los hijos”, lamentó el doctor en sociología política por la Escuela de Altos Estudios de París.

Sergio Aguilar Gaxiola, fundador del Centro para la Reducción de Disparidades en Salud de la Universidad de California, en Davis, señaló que muchas personas no consideran los síntomas depresivos una enfermedad.

“Hay estudios, por ejemplo, en Estados Unidos en toda la población, y en población específicamente hispana, en los cuales, la gran mayoría son de origen mexicano, que demuestran que más de 50 por ciento de aquellas personas que sufrían o sufren de una depresión mayor no tenían idea de que era lo que les estaba pasado. Hay datos que indican que es necesario que una persona acuda un promedio de 5 veces a consultar a su médico antes de recibir el diagnóstico de depresión. Muchas de las personas no se sienten cómodas con la palabra depresión”, comentó.

En videoconferencia, agregó que de acuerdo con los estudios realizados, los pacientes niegan tener depresión, utilizando hasta 50 palabras para describir su estado de ánimo. “Hemos documentado que las personas utilizan afligido, decaído, agüitado, sin ganas de vivir, derrotado, apurado, abandonado, atrapado, acorralado, despreciado, arrepentido, apachurrado, achicopalado, desconcentrado”.

La depresión
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión, catalogada como la principal causa de discapacidad. Este trastorno puede llevar al suicidio, que es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años. Anualmente, se quitan la vida cerca de 800 mil personas.

En México, más de 10 por ciento de la población tiene depresión, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Salud (SSA), trastorno mental que combina factores biológicos, sociales y psicológicos.

“Una de cada 4 personas en México ha sufrido algún problema en el estado de ánimo como es la depresión (…) La tristeza no es lo mismo que la depresión, los deprimidos están tristes, pero no es una tristeza como la de alguien que ha tenido una perdida y que es algo que se tiene que restaurar con el tiempo, la depresión no tiene que ver con la voluntad, es una alteración del estado de ánimo”, explicó María Emilia Lucio Gómez Maqueo, profesora titular de la Facultad de Psicología de la Unam.

Acerca de los síntomas de la depresión, Alejandro Córdoba, asesor responsable del Programa de Salud Mental de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (Sedesa), señaló que “la persona deprimida no se logra concentrar, tiene deficiencias en el trabajo y en la escuela (…) Si lo calculamos en función de años de vida perdidos por discapacidad, en este momento en México está entre la segunda y tercera causa”.

Al ser una enfermedad multicausal, el psiquiatra dijo que el tratamiento debe ser integral: farmacológico y psicosocial.

La periodista Juana Inés Dehesa fue la moderadora de Más ciencia menos depresión que formó parte del ciclo de mesas redondas organizadas por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia y la Coordinación de Humanidades, ambas de la Unam, institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (Fccyt). Con este suman seis encuentros donde se abordaron los temas de violencia, adicciones, pobreza, conciencia y dependencia.

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