Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola
Datos comprobados

El olor a pasto cortado, el caldo de pollo de su madre o las hojas quemadas pueden transportarlo a algún recuerdo, uno que puede recordar de una manera repentina.

Según los neurocientíficos Rachel S., los llamados recuerdos provocados por algún olor vienen acompañados de emociones y se sabe que activan los «sustratos neurolobiológicos del procesamiento emocional». Herz, profesor adjunto de psiquiatría y comportamiento humano en la Universidad de Brown.

La investigación publicada en Learning and Memory agregó que los olores pueden modular la consolidación de la memoria, incluyendo los recuerdos relacionados con el miedo, y se podrían usar terapéuticamente para ayudar a las personas a recuperar recuerdos o tratar trastornos del estado de ánimo relacionados con los recuerdos, como trastorno de estrés traumático (Tept).

«Si se pudiera usar el olor para provocar un recuerdo, aunque fuera de una experiencia traumática, podríamos aprovechar eso [terapéuticamente]», dijo el autor del estudio Steve Ramirez, profesor asistente de psicología y ciencias del cerebro en la Universidad de Boston, en un comunicado de prensa.

Teoría de la consolidación de memoria
La teoría predominante de la formación de la memoria, es decir, la consolidación de sistemas, sugiere que los recuerdos primero se procesan en el hipocampo del cerebro y crean detalles en la memoria. Sin embargo, a medida que los recuerdos se vuelven más viejos o más remotos, se vuelven menos dependientes del hipocampo y más dependientes del procesamiento por el frente del cerebro: la corteza prefrontal.

Durante esta transición, que ocurre durante el sueño, los recuerdos pueden perder muchos detalles contextuales. Además, los recuerdos que se recuperan después de una experiencia implican la reactivación de células en el hipocampo, pero se cree que la recuperación de una memoria posterior implica la reactivación de células en la corteza prefrontal.

La teoría de consolidación explica por qué a medida que pasa el tiempo los recuerdos son menos detallados o claros, así como por qué las personas con daños en el hipocampo tienen problemas para crear nuevos recuerdos, mientras que aquellos con daño en la corteza prefrontal no pueden recuperar recuerdos.

La teoría, es solo una teoría y también tiene algunos obstáculos. Los investigadores señalaron en Learning and Memory: “[L]as personas recuperan recuerdos alegres y muy detallados. Del mismo modo, varios estudios demostraron que existe actividad en ambas estructuras durante el recuerdo reciente y remoto de la memoria … y que el daño al HPC [hipocampo] a veces afecta la memoria remota y reciente».

En especial con el TEPT, las personas pueden recuperar recuerdos intensos años después de que ocurrió el trauma, lo que contradice a la teoría de consolidación y lleva a los investigadores a realizar un estudio para aclarar algunas de estas contradicciones.

Los olores alteran la forma en que se procesan los recuerdos
En un estudio realizado a ratones, los investigadores del Centro de Neurociencia de Sistemas de la Universidad de Boston asustaron a los ratones con descargas eléctricas mientras estaban en un recipiente especial para crear recuerdos de miedo. La mitad de los ratones fueron expuestos al olor del extracto de almendras durante las descargas, mientras que la otra mitad no se expuso a ningún olor.

Al día siguiente, se realizó el mismo experimento, pero sin descarga eléctrica. El grupo que recibió olores estuvo expuesto al olor del extracto de almendras mientras estaba en el recipiente especial, mientras que el otro grupo se mantuvo igual. La idea era incitar a los ratones a recuperar el terrible recuerdo de estar conmocionados, algo que hicieron todos los animales, como lo demuestra la activación significativa del hipocampo.

La sesión de recuperación de memoria se repitió 20 días después. En el grupo sin olor, la corteza prefrontal se activó, lo que sugiere que fue responsable de procesar la memoria del miedo, como lo anticiparon los investigadores. Pero, en el grupo de olor, se observó actividad significativa en el hipocampo. Ramirez señaló: «[Este hallazgo sugiere] que podemos desviar el hipocampo para que esté conectado en un momento en el que no esperaríamos que estuviera porque la memoria es demasiado antigua. El olor puede actuar como una señal para revitalizar o revigorizar con detalle esa memoria».

Es posible que los olores retrasen el procesamiento de una memoria en la corteza prefrontal o que un olor reactive el hipocampo para restaurar los detalles de una memoria que se desplazó a la corteza prefrontal. Aunque aún no se conocen los detalles, es posible que se aprovechen los olores para ayudar a las personas con Tept a recuperar los recuerdos traumáticos, de modo que puedan ser suprimidos o disminuidos mediante intervenciones conductuales.

«Ahora que sabemos que el olor puede cambiar los recuerdos para ser más dependientes del hipocampo, podríamos desarrollar estrategias que comprometan o desconecten el hipocampo», dijo Ramirez, y agregó: «Podemos ver la memoria como su propio tipo de droga, un antidepresivo o un [reductor de ansiedad]. Y [el olor] podría ser un factor de experiencias controlables que podríamos proporcionarle a las personas. Puede ser una herramienta muy poderosa».

Los recuerdos provocados por el olor son más emotivos
El recuerdo provocado por el olor se denomina el «fenómeno de Proust» después de una anécdota literaria en la que Marcel Proust mordió una galleta bañada en té de tilo y fue transportado a un momento de su infancia que había olvidado por mucho tiempo. Los recuerdos provocados por el olor son muy distintos a los otros estímulos, como los verbales o visuales.

Aparte de ser más raros y menos frecuentes, provienen de los primeros años de la vida, en general de la primera década. Además, los recuerdos autobiográficos provocados por los olores son mucho más emocionales y tienen la percepción de transportar a las personas al tiempo y lugar en que ocurrieron sus recuerdos.

La intensidad de los recuerdos provocados por el olor tiene relación con la forma en que el cerebro procesa el olor. Los olores viajan a través de su bulbo olfativo, que es la región en su cerebro que analiza los olores. Está estrechamente relacionado con su amígdala e hipocampo, regiones del cerebro que manejan la memoria y la emoción.

De acuerdo con Herz: “Los recuerdos provocados por el olor son muy viscerales porque la neuroanatomía del olfato tiene una conexión privilegiada y única con los sustratos neurales de la emoción y el aprendizaje asociativo. La corteza olfatoria primaria incluye la amígdala, que procesa la experiencia y el recuerdo emocional, así como el hipocampo, que participa en el aprendizaje asociativo. Por lo tanto, el acto de oler activa el complejo amidada-hipocampo».

Recuerdos provocados por el olor tienen influencia en la salud psicológica y física
Las emociones provocadas por el olor de los recuerdos positivos pueden influir en la salud psicológica y fisiológica al aumentar el estado de ánimo, reducir el estrés y la inflamación.

«Cualquier olor que provoca un recuerdo feliz en una persona tiene el potencial de aumentar las emociones positivas, disminuir los estados de ánimo negativos, perturbar los antojos, disminuir el estrés y las respuestas inmunológicas inflamatorias y, por lo tanto, tiene un efecto positivo sobre el bienestar psicológico y fisiológico», escribió Herz, y señaló que las personas también pueden experimentar efectos únicos como mejoras en la autoconfianza, motivación y vigor, según las emociones que provocan un recuerdo específico.

Por ejemplo, si un olor desencadena el recuerdo de un campeonato deportivo, podría motivarlo y desencadenar efectos fisiológicos beneficiosos y convertirse en un agente terapéutico confiable. Del mismo modo, los olores que provocan recuerdos agradables se podrían usar como recordatorios de lugares y eventos seguros o felices, que se vuelven útiles en el tratamiento de afecciones psiquiátricas para reducir el estrés y ansiedad.

La anatomía única de las vías olfativas apunta a la importancia de los olores en las emociones, el aprendizaje, la memoria y más. Mientras que otros sistemas sensoriales atraviesan el tálamo para llegar a la corteza, los olores se transmiten directamente al sistema límbico en el cerebro, que está relacionado con la memoria y los procesos emocionales.

Es por eso que los olores tienen una influencia tan poderosa en el estado de ánimo, la adquisición de información e incluso las interacciones sociales. Como se señaló en Frontiers in Behavioral Neurosciences, los olores influyen en la memoria que es un comportamiento importante: «De hecho, el olfato está muy involucrado en los comportamientos esenciales para la supervivencia de las personas y la especie, incluyendo la identificación de los depredadores, el reconocimiento de las personas para la procreación o la jerarquía social, la ubicación de los alimentos, así como el vínculo entre las parejas de apareamiento y las díadas que cuidan bebés».

Aromaterapia: otra forma en que los olores influyen en el estado de ánimo y más
La Aromaterapia es el uso de olores a base de plantas para influir en el estado de ánimo y el bienestar, es diferente a los recuerdos provocados por el olor. En el caso de los efectos psicológicos y fisiológicos inducidos por los recuerdos provocados por el olor, éste tiene tales efectos debido a los recuerdos y emociones que se le atribuyen como resultado de la experiencia personal pasada.

Esto no quiere decir que la aromaterapia no sea beneficiosa para la salud y el bienestar, solo que su funcionamiento es diferente y más generalizado. Muchas culturas antiguas, incluidos los chinos, indios, egipcios, griegos y romanos, utilizaron aceites esenciales en cosméticos, perfumes y medicamentos con fines que van desde lo espiritual hasta lo terapéutico.

En la actualidad, la aromaterapia se usa en entornos de atención médica, spas y hogares, por aromaterapeutas profesionales y aficionados, mientras que la investigación respalda sus muchos usos y beneficios. Por ejemplo, los dos componentes terpenoides primarios del aceite esencial de lavanda, linalool y acetato de linalilo, tienen efectos reductores de ansiedad, y se sabe que el aceite esencial de lavanda tiene un efecto calmante sin efectos secundarios como la sedación. La lavanda también tiene un efecto en el sistema nervioso y se cree que cuando se inhala actúa a través del sistema límbico, en particular en la amígdala y el hipocampo, aunque puede tener efectos más allá del estado de ánimo y la ansiedad.

En un estudio realizado a pacientes sometidos a cirugía de corazón abierto, se colocó un hisopo de algodón que contenía aceite esencial de lavanda en la máscara de oxígeno durante 10 minutos. La aromaterapia condujo a reducciones significativas en la presión arterial y la frecuencia cardíaca, y los investigadores concluyeron que podría «usarse como una intervención de enfermería independiente para estabilizar los signos vitales mencionados».

Más allá de la lavanda, un estudio realizado en ratas demostró que la inhalación de aceite esencial de manzanilla romana durante dos semanas redujo los comportamientos depresivos, mientras que los aceites esenciales colocados todas las noches en toallas alrededor de las almohadas de los pacientes con demencia resultaron en un sueño más prolongado y de calidad, ademas de menos probabilidades de despertarse temprano.

Aunque es mejor consultar a un aromaterapeuta experimentado antes de profundizar en los aceites esenciales, en general, si busca sentirse con energía y más animado, considere los aceites como el de menta, toronja, limón, neroli y naranja silvestre, mientras que los aceites más calmantes incluyen lavanda, manzanilla, bergamota, ylang ylang y vetiver. Para obtener más información, consulte nuestra Guía Sobre Aceites Herbales.

Pérdida del sentido del olfato también es una señal de que algo anda mal con la salud
Es importante prestar atención a cualquier cambio en su sentido del olfato, incluyendo la pérdida del mismo. En un estudio realizado a 3,005 adultos que viven en comunidad, aquellos que tenían un sentido del olfato disfuncional tenían más probabilidades de morir en los próximos cinco años que aquellos con buen sentido del olfato. De hecho, se consideraba que la función olfativa era uno de los predictores más fuertes de mortalidad a cinco años y los investigadores sugirieron que podría «servir como un referente para la regeneración celular lenta o como un marcador de exposiciones ambientales tóxicas acumulativas».

La incapacidad para identificar olores también es un síntoma temprano de trastornos neurológicos, que incluyen enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson. Por lo tanto, debe realizar un seguimiento de su sentido del olfato de forma constante y usarlo para recuperar recuerdos, aumentar el estado de ánimo y como un indicador de su salud en caso de que se disipe.

Aunque los recuerdos provocados por el olor pueden ser herramientas poderosas para la salud y el comportamiento, dependen en gran medida de la casualidad, ya que se debe introducir un olor en el momento preciso en que se produce un evento memorable; luego, ese olor se debe introducir para provocar un recuerdo. Con mucha frecuencia sucede que todos los que leen esto lo han experimentado, pero si busca una forma más directa de aprovechar el poder de los olores en su salud, la aromaterapia podría ser de gran ayuda.

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