Ciudad de México, 6 de enero de 2021.- Durante muchos años, Estados Unidos fue un ejemplo mundial de democracia activa y real. Su principio filosófico que guiaba a la vida de los norteamericanos, basado en su visión y hacer de tipo pragmático, cuyo principio es buscar lo que funciona más que nada y modificar ese pensamiento cuando fuera necesario, es contrario al pensamiento latino en el que su base es la filosofía romana en la que el rey, presidente, líder o cualquier persona que encabece los gobiernos, tiene derecho a violar las leyes porque son creación de él. “Dios creó al hombre a imagen y semejanza de él”, dice el principio bíblico que en mucho guía al pensar latino.

La ruptura socio-política que se dio esta tarde en la Unión Americana no es otra cosa que la ruptura abierta y total de aquel principio anglosajón. Eso explica lo acontecido tras las fronteras del río Bravo.

De hecho, los tres últimos inicios de siglo han mostrado un cansancio social del estatus quo que han llevado a las revoluciones, no tanto armadas y cruentas, sino con cierto manejo político-social, pero que, igualmente, terminan con el estatus quo imperante en cualquier país.

Alejandro Diz, en su libro: Historia de la idea europea, expone un texto que es bastante ilustrativo sobre lo que podría ocurrir en Estados Unidos, actualmente.

Uno de los pasajes de este libro sostiene que los países que dominan a otros países acaban por ser dominados por estos últimos. Lo hacen a través de su cultura, formas de ver y vivir la vida, con sus costumbres y demás expresiones de los pueblos dominados.

Desde hace décadas, la población norteamericana se ha vuelto tremendamente influenciada por los valores latinoamericanos que incluye, por supuesto, la comida y las formas de ser latina. Ya existe una integración real entre el ser anglosajón y el ser latino, tanto allá como en los países del sur del río Bravo.

Esta situación llevó a que algunos comentaristas latinoamericanos consideraran que, con la toma del Capitolio, los gringos ya se volvieron latinos.

Para muchos les vino a la mente el pasaje de la toma de posición del presidente Felipe Calderón en México (2006-2012) cuando tuvo que entrar a rendir protesta a la Cámara de Diputados por una puerta trasera, ya que la sede de la Cámara Baja estaba totalmente bloqueada por grupos político sociales de supuesta tendencia izquierdista, que ahora están en el poder, aunque quienes mandan son priistas.

Ese es el escenario que presenta Estados Unidos ante el próximo fin de gobierno de Trump. En respuesta el presidente electo, Joe Biden, se limitó a decir que la democracia de Estados Unidos está bajo ataque y pidió a Trump dar mensaje para calmar a la ‘turba’.

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