Países y personas de todo el mundo ayudaron a Estados Unidos luego de los ataques terroristas contra Nueva York, Virginia y Pensilvania en septiembre de 2001.
Dieciséis años más tarde, un exitoso musical en Broadway saca a la luz la empatía y el apoyo dirigido a los estadounidenses luego de los ataques.
El musical Come From Away (Llegados de lejos) relata la historia de 6,600 pasajeros de avión que aterrizaron en Newfoundland (Canadá), luego que fuera cerrado el espacio aéreo de Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001. Su llegada a Gander, un pueblo de unos 10,000 habitantes, fue parte de la operación “Cinta amarilla”, la respuesta de Canadá al desvío de las aeronaves que no podían aterrizar en sus destinos en Estados Unidos.
El musical llegó a los titulares en marzo cuando el primer ministro canadiense Justin Trudeau, asistió a verlo junto a la asesora presidencial Ivanka Trump y la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley. “El mundo puede ver lo que significa apoyarse uno en el otro y estar ahí para los demás en los momentos difíciles”, dijo Trudeau tras ver el musical.
Propósito renovado
Kevin Tuerff fue uno de los estadounidenses varado en Gander en 2001, y su relato es uno de los varios que se narran en Come From Away.
“Esta es una historia de la amabilidad y la empatía y sobre cómo tratamos a los extraños”, dijo Tuerff, cuya versión es contada en su libro titulado Channel of Peace (Canal de paz).
“Es un relato hermoso sobre lo que el pequeño pueblo de Gander (Newfoundland), hizo aquel horrible día, nos mostraron el mejor aspecto de la humanidad”, dijo Tuerff.
Cuando Tuerff retornó a su domicilio en Texas desde Gander, inauguró el servicio “Pay It Forward 9/11” (Cadena de favores) como una manera de “reclamar” el día. “Cerré mi pequeño negocio de 40 personas y a cada uno de ellos le di un billete de cien dólares con los que fueran a hacer alguna obra buena con los extraños en la comunidad, y que luego regresaran y conversáramos sobre ello”, explicó Tuerff. Es una práctica que desde entonces repite cada año.
Actos de solidaridad
El relato de Tuerff es presentado en el Museo del Homenaje al 11S en Nueva York, donde una nueva muestra, llamada Seeds of Service (Semillas de servicio) reconoce a docenas de fundaciones y organizaciones por su positiva labor en respuesta al 11S.
El museo, como el musical de Broadway y el libro, sirven como un recordatorio de que en los días que siguieron a los ataques, los actos de generosidad y apoyo vinieron de todos los rincones del mundo.
Aliados y oponentes, por igual, se juntaron en declaraciones de solidaridad
El papa Juan Pablo II fue uno de los primeros en enviar un mensaje al presidente de Estados Unidos George W. Bush. A pesar de sus tensas relaciones diplomáticas Irán y Corea del Norte presentaron sus condolencias. Además de Canadá, otros países, incluyendo a Cuba, ofrecieron su espacio aéreo a las aeronaves necesitadas de un lugar para aterrizar.
Ciudadanos privados se sumaron a los gobiernos para ofrecer su ayuda:
- Bomberos de Hungría amarraron lazos negros en sus camiones en homenaje a las víctimas.
- Se hicieron vigilias con velas en lugares tan alejados como Groenlandia y Azerbaiyán.
- Cientos de ciudadanos se reunieron en el Centro Mundial del Comercio de Bruselas, en Bélgica.
- El sistema nacional de correos de Suiza envió gratuitamente cartas y pequeños paquetes a Estados Unidos un día después de los ataques.
- El diario francés Le Monde publicó un editorial en primera página titulado “Todos somos estadounidenses”.