México entró ya en la dinámica de la próxima vista del Papa Francico. Atrás quedan los episodios del Chapo, Kate del Castillo, Sean Penn, Moreira y los últimos acontecimientos del Caribe mexicano.
Desde hace dos semanas, en el Metro aparecieron los cartelones que le dan la bienvenida al Pontífece romano y, cada día, surgen informaciones relativas a su visita, que se realizará del 12 al 18 de febrero entrante.
No son las grandes expectativas que se sucedieron cuando Juan Pablo II visitó nuestro país. Las circunstancias ahora son distintas.
En aquel entonces era la primera visita que un Papa realizaba a México, hecho que se sumaba al carisma de Joseph Wojtila, el jerarca eclesiástico que logró derrumbar el Muro de Berlín y que inició el final de la dictadura castrista en Cuba.
Todavía están mus frescas en la memoria del mundo, el encuentro que sostuvo con Ronald Reagan, mandatario estadounidense; Margaret Tatcher, la Dama de Hierro inglesa; Lech Walesa, el mejor discípulo de Juan Pablo que construyó la nueva Polonia, que se alzó del liderato de los Astilleros Gdansk y obtuvo Nóbel de la Paz en 1983, hasta convertirse en el dirigente polaco, bajo la bandera de Solidaridad, durante la celebración del Bicentenario de la Toma de la Bastilla, en Francia, evento que reunio a topdo el mundo.
Ahora, Jorge Mario Bergoglio, el Vicario de Cristo, de origen argentino, pero con raíces italianas, le devuelve a la Península Itálica, el dominio que por siglos ha tenido sobre la Iglesia Católica, con sólo unos cuantos periodos de Pontífices no nativo de este país.
Los dos más recientes son el citado polaco Wojtila y el alemán Joseph Aloisius Ratzinger (Benedicto XVI), quien renunció al Papado, a inicio de 2013.
Ratzinger era uno de los teólogos más prestigiados de la Iglesia Católica, de excelente cultura universal, aunque de corte ortodoxo en cuestiones religiosas que exigían una respuesta vaticana a las demandas de la sociedad contemporánea.
Bergoglio tendrá tendrá 13 alocuciones, entre homilías, ángelus y discursos en general, durante su visita apostólica en México, según programa difundido por el Vaticano.
Estará en la Ciudad de México. Visitará Ecatepec, Estado de México; Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Morelia, Michoacán, y terminará en Ciudad Juárez, Chihuahua, de donde volará directamente al Vaticano, de regreso.
Por supuesto, durante esos días llenará los espacios informativos de todos los medios de comunicación, pero sin el impacto que tuvo Wojtila, porque México ya es otro.
