Formación del profesorado con IA: ¿Promesa o trampa?

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Tracy Wilichowsk* Cristóbal Cobo** / Banco Mundial

Washington, D. C., 9 de septiembre de 2023.- Los países de ingresos bajos y medios (Lmic) destinan millones anualmente en capacitación docente. A pesar de estas inversiones, los programas de formación a menudo no logran dotar a los maestros con los conocimientos, las competencias pedagógicas y la preparación necesarias para fomentar las habilidades fundamentales, socioemocionales y de pensamiento crítico de los estudiantes. Estas debilidades en la capacitación docente han llevado a una realidad desafortunada en la que muchos sistemas educativos no logran preparar y apoyar debidamente a sus maestros (ver ejemplo de África subsahariana), lo que resulta en una fuerza docente que carece de los contenidos y conocimientos pedagógicos necesario para mejorar los resultados de aprendizaje de los estudiantes.

¿Puede la IA ayudar a abordar estos desafíos?
Ante esta realidad y en un entorno tecnológico en constante cambio, los responsables de políticas educativas difícilmente pueden mantener el mismo modelo de formación docente. Las herramientas de inteligencia artificial (IA), como ChatGPT, resaltan la necesidad de que los maestros adquieran las competencias digitales adecuadas para utilizar e instruir de manera efectiva con esta tecnología.

Aunque la evidencia actual es limitada, existe una cantidad significativa de estudios sobre cómo los estudiantes interactúan con la tecnología y las condiciones para una interacción efectiva entre humanos y tecnología. Partiendo de la evidencia actualmente disponible, nos propusimos comprender cuándo y en qué contextos se puede utilizar la IA como una herramienta para ayudar a los maestros actuales (y futuros):

• En primer lugar, la enseñanza, y por extensión la formación docente, es una profesión que depende en gran medida de las interacciones humanas. La evidencia producida durante la pandemia y más allá indica que la presencia de un tutor presencial es esencial para construir una relación sólida que facilite el cambio de comportamiento. Dada la importancia de las interacciones entre maestros y estudiantes, es poco probable que la IA reemplace a los maestros. Sin embargo, utilizar la IA como una herramienta para apoyar a los docentes requiere un cambio en la forma en que docentes y estudiantes interactúan con tecnología. Por lo tanto, a medida que estas tecnologías continúen avanzando y se vuelvan más complejas, la naturaleza de la capacitación docente y la forma en que los docentes interactúan con los estudiantes también deberán evolucionar.
• Los maestros deben recibir capacitación sobre cómo usar la IA, y deben realizarse pruebas exhaustivas antes de su implementación. Si se desea utilizar la IA para la capacitación docente, se deberá contar con una adecuada planificación, especialmente en entornos de bajos recursos; este tipo de intervención no debe implementarse a gran escala desde el comienzo del proyecto, sino que debe ajustarse gradualmente a partir de la experiencia de los profesores. Se necesita más investigación para aclarar exactamente cómo capacitar a los maestros para que desarrollen las competencias digitales requeridas para usar efectivamente la IA. Lo que sabemos hasta el momento es que existen diferencias significativas en la percepción de los docentes sobre la tecnología, que afectan a su disposición para aprender y adquirir nuevas competencias digitales.
• Dado el entorno tecnológico en rápida evolución, los responsables de políticas educativas deben favorecer que los maestros estén «equipados para el futuro». Con cualquier tipo de capacitación docente que se ofrezca hoy, existe el riesgo de que las inversiones en habilidades digitales específicas queden obsoletas en cinco años. Las nuevas interacciones entre seres humanos e inteligencia artificial plantean preguntas fundamentales que aún no pueden ser respondidas de manera exhaustiva por la educación. Por lo tanto, puede ser útil comprender mejor e investigar más a fondo el concepto de “trabajo aumentado” y las estrategias de mejora para la profesión docente.

Actualmente, la IA puede lograr que los maestros destinen menos tiempo en tareas rutinarias y más en interacciones de calidad con sus estudiantes. Interesantes investigaciones en otros sectores han demostrado que el acceso a la IA aumentó la productividad de los trabajadores en un 14% y tuvo un gran impacto en trabajadores sin experiencia y poco cualificados. Estas lecciones podrían ser extrapoladas también al sector educativo. Suponiendo que los maestros hayan recibido la capacitación adecuada, la IA podría usarse como una herramienta para ayudarlos a completar tareas repetitivas o no cognitivas. Así, el uso de la IA podría ayudar a docentes a invertir menos tiempo en tareas administrativas, disminuir su carga de trabajo, potenciar sus habilidades digitales y, en última instancia, concentrarse más en brindar una instrucción de calidad y en enriquecer sus relaciones con los estudiantes.

La IA tiene el potencial de cambiar el contenido y la forma en la que enseñan los maestros, lo que afectará directamente a su formación. Actualmente, los maestros están capacitados para enfocarse en utilizar la tecnología para mejorar la comprensión del contenido tradicional por parte de los estudiantes. Sin embargo, con la incorporación de la IA, el enfoque podría cambiar hacia asegurar que los maestros posean las habilidades necesarias no solo para mejorar la comprensión de los contenidos, sino también para que los estudiantes adquieran conocimientos relevantes para el mundo actual. Suponiendo que los estudiantes cuentan con las competencias básicas de alfabetización y aritmética, esta transformación puede permitir que los maestros dediquen más tiempo a promover las habilidades de orden superior, como el pensamiento crítico, la colaboración y la resolución de problemas. Esta nueva realidad presenta un dilema para los docentes de reciente incorporación, de quienes se espera que «cubran» grandes cantidades de contenido. Por lo tanto, los programas de capacitación docente deben equipar a los maestros para mantener el equilibrio entre la cobertura de contenidos y la promoción de un aprendizaje más profundo.

Un balance final
El uso de la IA para la capacitación docente plantea aún muchas incógnitas. Dado que la evidencia es limitada, los responsables de políticas educativas deben proceder con cautela. Por ejemplo, no hay garantía de que la IA no automatice ni replique métodos de enseñanza inadecuados, ya que todavía no puede diferenciar entre malas y buenas prácticas. Además, pueden surgir problemas imprevistos de equidad, ética, privacidad y seguridad. Por último, y lo más importante, al igual que cualquier otra tecnología educativa (un dispositivo, una plataforma o un software), la IA es solo una herramienta. No garantiza el éxito o el fracaso de ninguna intervención.

En última instancia, la utilidad de la IA depende de la calidad de la intervención, la preparación de la tecnología, la experiencia del usuario, las percepciones de estudiantes y docentes, los incentivos y el nivel de apoyo humano. En definitiva, se necesitan evidencias más sólidas. Esperamos que se realicen más investigaciones en este ámbito, especialmente enfocadas en la formación de docentes en contextos de bajos recursos.

Los autores agradecen a Marta Conte Dominguez por su apoyo técnico en la traducción de este texto

* Tracy Wilichowski, Analyst, Education Global Practice
** Cristóbal Cobo, Senior Education Specialist

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