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Washington, D. C., 5 de octubre de 2018.- Se está convirtiendo en una historia conocida: Un país en desarrollo con un gran potencial anuncia un nuevo e interesante proyecto de desarrollo de infraestructura. El dinero para el proyecto proviene de un préstamo que suena generoso. Los detalles del préstamo no están claros, pero la cantidad es grande y tanto los políticos como los prestamistas prometen que el proyecto será “beneficioso para todos”.

Después de la ola inicial de euforia, algunas personas comienzan a hacer preguntas: ¿Cuáles son los términos del préstamo? ¿Qué sucede si el país en desarrollo no puede devolverlo a tiempo? ¿Por qué el proyecto utiliza trabajadores extranjeros en lugar de crear puestos de trabajo para la población local?

Los países se están dando cuenta del verdadero costo del crédito demasiado fácil y de las consecuencias de quedar atrapados en una trampa de la deuda, en la que el país prestamista utiliza la deuda para obtener activos estratégicos, como puertos o influencia política. Sri Lanka optó por el arrendamiento a 99 años de un puerto clave para China cuando se enfrentaba a una difícil situación de reembolso de préstamos con pocas opciones.

En los últimos meses, los países han comenzado a reconocer el peligro. Malasia y Birmania, por ejemplo, están suspendiendo o reconsiderando proyectos respaldados por préstamos a medida que se dan cuenta de los peligros de una deuda excesiva.

Malasia se negó recientemente a seguir adelante con un proyecto ferroviario financiado mediante un préstamo debido a los costos excesivos. “Se trata de pedir prestado demasiado dinero, que no podemos permitirnos y no podemos devolver porque no necesitamos estos proyectos en Malasia”, dijo el primer ministro malayo, Mahathir Mohamad.

Birmania también redujo recientemente un proyecto, reduciendo la inversión externa en el proyecto portuario de Kyauk Pyu en más del 80 por ciento. “Mi prioridad es asegurar que no haya una carga de deuda para el gobierno de Myanmar”, dijo el viceministro de Finanzas, Set Aung.

Una alternativa mejor
Estados Unidos, el mayor proveedor mundial de ayuda exterior, evita los problemas de la trampa de la deuda trabajando con los países y las comunidades locales para establecer asociaciones a largo plazo en lugar de relaciones de deuda.

Por medio de la Corporación para la Inversión Privada en el Extranjero, por ejemplo, Estados Unidos trabaja con empresas privadas y otras organizaciones para proporcionar financiamiento para energía eólica en Pakistán y torres de telefonía móvil en Birmania. Al trabajar directamente con las comunidades locales, la ayuda y la inversión de Estados Unidos garantizan un desarrollo genuino y una transparencia que conduce a un crecimiento real.

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