Ciudad de México, /PRNewswire/.- Desde su descubrimiento por las culturas mesoamericanas del Valle de México, estas estructuras monumentales causaron asombro y curiosidad. Los aztecas, sin poder explicarlas, atribuyeron su construcción a los dioses. De ahí su nombre. Que, sin embargo, nadie conoce en realidad.

Estas ruinas sin nombre, edificadas al inicio de nuestra era, sorprenden porque no hay antecedentes de que en Mesoamérica se hubiera construido nada, ni lejanamente semejante, con anterioridad. Los olmecas dejaron pocos ejemplos de arquitectura monumental que la lluvia disolvió y Cuicuilco, en el Valle de México, es poco más que un cúmulo. Incluso, los mayas, siglos más allá difícilmente pueden presentar tan prodigiosa traza urbana, contando a Chichen Itzá

Por ejemplo, los constructores de las Pirámides de Giza, en Egipto, presenta la sucesión de pirámides previas como los ensayos necesarios para obtener el ángulo de reposo preciso que requiere una estructura piramidal para no colapsar. Y así podemos ver intentos previos, algunos catastróficos o, precipitadamente corregidos, para llegar al objetivo.

En las pirámides teotihuacanas no hay ensayos previos. Los ingenieros sabían exactamente cuál es el ángulo de reposo correcto para que una estructura de tierra comprimida mantenga el ángulo adecuado sin provocar deslizamiento en el talud o sea tan plana que a la postre de los siglos resulte en un cúmulo. Aun ahora, las represas de materiales graduados son tenidas como obras de alta dificultad a las que muchos ingenieros prefieren eludir.

Teotihuacán presenta un verdadero conjunto de logros de ingeniería, como nivelaciones de plazas y calzadas, obras hidráulicas de abastecimiento de agua potable y alcantarillado en torno a un río perfectamente encausado. Aparecen, por primera vez, techos planos en palacios bien diseñados que todo evidencia el uso de una ingeniería madura, de la cual no se encuentran desarrollos previos.

Sería fácil atribuir su diseño a visitantes de fuera de América, pero para el Siglo Primero las culturas desarrolladas como Roma, China, o incluso la India o Medio Oriente, no muestran rasgos similares o tan desarrolladas en el aspecto hidráulico sanitario.

Evidentemente, los ingenieros diseñadores de Teotihuacán adquirieron esos conocimientos de culturas desconocidas, posiblemente foráneas, pero que aún hoy permanecen ocultas en el subsuelo teotihuacano.

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