Sao Paulo, Brasil, /PRNewswire/.- En una reciente Reunión Ordinaria del G100 Brasil, Núcleo de Estudios del Desarrollo Empresarial Económico, que contó con la participación de su miembro honorario, Plaza 10, profesor Delfim Netto, se debatió sobre el escenario político y económico de Brasil y las perspectivas para los próximos meses.

A causa del riesgo político, en la actualidad resulta difícil plantear escenarios para Brasil. Vivimos una fase aguda del Lava Jato y ante este terremoto cualquier previsión resulta difícil. El gobierno aceptó la apuesta que aprobará las reformas. De acuerdo a Delfim, «El Lava Jato representa un avance significativo de las instituciones y de aquí a algunos años el país crecerá un 1% más al año, simplemente porque las instituciones estarán más fuertes y las relaciones entre el sector privado y el gobierno serán menos problemáticas».

No puede crecer la idea de que no hay salida. Las fuerzas por detrás del impeachment, el empresariado, cúpula política y medios de comunicación tienen que continuar con el esfuerzo para que todo mejore. Tenemos que avanzar con las medidas que se necesita tomar porque no hay un Plan B. La crisis de los estados es la materialización del problema fiscal y muestra lo que puede suceder si no se hace la reforma de la previsión social.

¿Cómo hacer para que el país vuelva a crecer? El responsable será el programa propuesto por el gobierno, sobre el cual no hay divergencia. Lo que faltaba era el apoyo político, algo que Temer consiguió construyendo un «parlamentarismo de coalición». La perspectiva es tener dos años de ajustes duros y ocho años de gobiernos razonables.

No habrá un ajuste fiscal sin la perspectiva de crecimiento. La alternativa del gobierno es tener éxito en la inversión en infraestructura. El mundo crece poco y continuará así, pero en ese escenario tenemos poca importancia y cualquier cambio tiene un efecto significativo para nuestra economía. Estos ajustes y la realización de buenas subastas de privatización de la infraestructura son la salida para que volvamos a crecer.

Hubo un optimismo excesivo que se está corrigiendo. La expectativa es de un crecimiento del 0.5% en 2017. La elección de 2018 aumenta el desafío de este proceso económico y político. Y lo que sucederá con Brasil en un año no depende de Trump, sino de lo que nosotros consigamos hacer.

El sector empresarial necesita poner en marcha sus agendas y una de las reformas que debe acelerarse es la que refiere al trabajo. Avanzar en esto ayudará a la recuperación del empleo y, en consecuencia, de la economía.

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