Ciudad de México, 19 de abril de 2023.- La Tierra nos brinda un entorno habitable, recursos naturales, aire limpio y agua fresca, y es nuestra responsabilidad asegurarnos de que las generaciones futuras también puedan disfrutar de estos beneficios. Es hora de tomar medidas significativas para proteger nuestro medio ambiente y hacer frente a los desafíos ambientales que enfrentamos actualmente, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.

Por ello, cada año, el 22 de abril se conmemora el Día Mundial de la Tierra el cual se originó en 1970 en Estados Unidos, cuando más de 20 millones de personas se reunieron para protestar por la crisis ambiental que se estaba viviendo. Esta fecha busca generar conciencia mundial sobre el cuidado de nuestro planeta, hacernos responsables de nuestro impacto en él y en la necesidad de tomar medidas urgentes para alcanzar un equilibrio entre el impacto que tenemos los seres humanos en los seres vivos y la naturaleza.

En relación a lo anterior, Viña Concha y Toro integra a su misión la sustentabilidad como eje central del negocio (ya que cuenta con la certificación como Empresa B) yendo más allá, haciendo vinos de alta calidad con una sólida gestión sustentable. A medida que cultiva, cosecha, produce y distribuye sus vinos para acercarlos a tu mesa, protege el medio ambiente y apoyan a sus comunidades poniendo especial foco en grandes desafíos globales:

1. Agua: Riego por goteo, 100% de su riego es a través de este sistema, respaldado, además, por tecnologías para estimar las necesidades hídricas del viñedo con precisión, por lo que su huella hídrica en 2020 fue de un -48% menos que el promedio de la de la industria.
2. Cambio Climático: Reducción de la emisión de gases de efecto invernadero (desde 2014 hasta la actualidad) de un 32% y la meta de reducirlas a cero al 2050 y avanzar hacia una economía baja en carbono.
3. Energía: Incorporación de energías renovables, contando con plantas solares instaladas en sus campos de norte a sur con las cuales sus bodegas y plantas de envasado se abastecen de electricidad renovable, por lo que en 2020 alcanzamos un 100% de abastecimiento renovable.
4. Economía Circular: Cuenta con plantas de tratamiento de residuos industriales líquidos e industriales como plásticos, vidrios y cartones, de las cuales 5 son plantas con tratamiento biológico que tratan el agua antes de ser entregada a los cauces naturales para un nuevo uso.
5. Bosques y biodiversidad: Cuenta con 4,200 hectáreas de bosque nativo, albergando diversas especies de flora y fauna.
6. Comunidad: Contribuye a mejorar prácticas en la industria y desarrollar alianzas que generen bienestar y prosperidad para sus colaboradores.

De hecho, con el objetivo de disminuir al máximo el impacto ambiental del embalaje de sus productos, la compañía trabaja en conjunto con sus proveedores y clientes para garantizar que el embalaje utilizado sea sostenible y eficaz. Asimismo, dado que un envase más ligero implica menos emisiones asociadas y un menor impacto ambiental del mismo, la compañía trabaja continuamente en la disminución del peso de sus insumos de embalaje, principalmente botellas de vidrio e insumos de cartón. Esto, con el propósito de lograr una utilización eficiente de los recursos, la cual permite ahorrar más de 13 mil toneladas de vidrio y 300 toneladas de cartón anuales.

En la actualidad, Viña Concha y Toro ha logrado reducir el peso del 98% de sus botellas. Por ejemplo, Casillero del Diablo, Diablo, Reservado de Concha y Toro y Gran Reserva, que a pesar de que no utilizan botellas retornables, es importante destacar que las botellas de vidrio utilizadas tienen en promedio un 30% de material reciclado.

Haciendo énfasis en Gran Reserva la cual es el más reciente lanzamiento de la Viña y refuerza su misión de sustentabilidad, la etiqueta está hecha 100% de papel reciclado y las cajas donde se transportan las botellas están hechas 100% de cartón reciclado. Además, parte de su objetivo global es establecer y mantener redes de conservación que logren perpetuar los procesos naturales para los que la vida en el planeta depende.

En México, también busca cuidar el medio ambiente, por lo que Gran Reserva dona parte de su presupuesto de marca para apoyar el programa de Naturalia que trabaja para conservar la población de jaguares en Sonora.

La filial argentina de la compañía, Bodegas Trivento, se está posicionando en la industria vitivinícola como un referente en materia de sustentabilidad. Esto, tras alcanzar la gestión de 2.7 millones de kilos de residuos sólidos por año, impulsando un sistema de economía circular para gestionar al máximo los residuos que deja el proceso de elaboración del vino.

Actualmente, Trivento recicla el 97% de sus residuos sólidos, pues realizó un convenio con una cooperativa de recuperadores urbanos para separar el 3% restante de residuos reciclables que no se estaba gestionando. Esta es una acción que por una parte permitirá a Trivento alcanzar su meta ambiental este 2023, y por otra generará inclusión social al aportar trabajo formal e ingresos genuinos. Las marcas que forman parte de estos viñedos argentinos y se encuentran de venta en México son: Trivento Reserve Malbec, Trivento Reserve Rosé Malbec, Trivento Reserve White Malbec y Trivento Golden Reserve.

En el caso de Bonterra Organic Estates en California, sigue prácticas agrícolas regenerativas con el objetivo de cuidar la salud del suelo, reequilibrar el ciclo del agua y fomentar la biodiversidad y la resistencia de los ecosistemas. Además, los viñedos de Bonterra están certificados por Fish Friendly Farming y California Certified Organic Farmers (Ccof). La marca de vino que se vende en México de origen californiano es 1000 Stories.

Es así como la compañía y sus filiales avanzan hacia una elaboración de vinos de alta calidad con una filosofía que incorpora en toda la cadena productiva iniciativas que contribuyen a conjugar un equilibrio entre el crecimiento sostenido, la creación de valor para sus grupos de interés y su compromiso de convertir a la viña en un líder en prácticas medioambientales.

Mercado de segunda mano reduce aumento de misiones de CO2 en el mundo
Hemos escuchado sobre el récord del día más caluroso en México, es cada vez más constante que se activen los días de contingencia que buscan equilibrar la calidad del aire y ni qué decir de la reducción en la calidad y cantidad de agua. Uno de los mayores causantes del cambio climático es el dióxido de carbono (CO2); son múltiples las actividades que impulsan el exceso de emisiones de éste en el ambiente, pero como sociedad, también hemos contribuido en ello desde la moda.

La industria de la moda en México es una de las más contaminantes, no sólo en temas de consumo de agua o energía sino también de emisión de CO2. De acuerdo con Treebute, el uso promedio de una prenda nueva es de sólo siete usos antes de sacarla del armario, esta situación implica que si el fast fashion continúa, las emisiones de CO2 aumentarán casi en 50% para 2030.

“La era del consumo rápido y desmedido nos ha hecho comprar más de lo que necesitamos, una práctica que no es sostenible, pues lo que decides comprar y lo que tienes en tu armario está relacionado con el desastre ecológico que atravesamos en la actualidad”, afirma Ana Isabel Orvañanos, country manager de GoTrendier, comunidad líder en venta y compra de moda de segunda mano en México. “La producción, transporte, venta, consumo, utilización y desecho de la ropa es responsable de, al menos, 10% de las emisiones mundiales de contaminantes ambientales y esos porcentajes van en aumento, pero al adquirir una prenda usada evitamos el 80% de emisión que genera una prenda nueva”, comentó.

De acuerdo con Profeco, la industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos. Además de reducir la calidad del aire, las emisiones de CO2 también generan degradación en los suelos, lo cual provoca erosión y afecta la calidad de los alimentos. También provoca la destrucción de la selva tropical, pues fomenta la tala de miles de árboles con el objetivo de fabricar tejidos a base de celulosa, una fibra semisintética que, según Sustain Your Style, es material base de ropa de moda de bajo precio-calidad.

El modelo de negocio del Fast Fashion consiste en ofrecer a los compradores productos en tendencia a precios muy bajos, lo que provoca el desecho anual de millones de toneladas de ropa, las cuales terminan quemadas o enterradas en tiraderos. Esta cifra de prendas desechadas es equivalente a un camión de basura por segundo.

La también llamada “moda rápida” resulta muy rentable para la industria textil, pero es insostenible y muy peligrosa para el medio ambiente. En contraposición se ha propuesto el Slow Fashion, una tendencia que implica pensar antes de comprar y responde a la economía circular. Se trata de un modelo de producción y consumo que busca compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar, revender y dar una segunda vida a las prendas que alguien más ya utilizó. De esta forma, el ciclo de vida de la ropa se extiende, al tiempo que se contribuye a reducir el gasto y el impacto al medio ambiente.

“Los consumidores pueden generar un impacto positivo muy relevante al utilizar prendas el doble de tiempo que lo hacemos ahora, con ello, según datos de la ONU, evitaríamos un 25% de las emisiones de CO2 que la industria de la moda emite. Si bien organizaciones sociales, ecológicas y algunas empresas abogamos por la economía circular, el apoyo de los gobiernos o instituciones públicas es clave, ellos deben promover leyes y regulaciones también para el uso de energías renovables, consumo consciente y reciclaje o desecho responsable, no deben seguir existiendo vertederos que contaminan el agua y el aire. Por su parte, las empresas deben asumir modelos de producción sostenible e impulsar acciones que beneficien al ambiente, e incluso impulsar o integrar en su oferta la economía circular a través del mercado de segunda mano”, compartió Orvañanos.

La plataforma que al día de hoy reporta más de 7 millones de usuarias y 4.5 millones de prendas vendidas desde 2016 constantemente busca aliados que permitan contrarrestar el daño ambiental. En el marco del Día de la tierra generan un reto ECO que busca aumentar la participación de consumidores de moda de segunda mano con el objetivo, no sólo de que más personas se unan a la economía circular, sino también de lograr, a través de puntos por publicación, compra y venta, llegar a los 3 millones de ellos para recaudar fondos y donar 200 árboles con Pronatura México A.C., la asociación civil más longeva en México.

“El objetivo de sumar acciones y encontrar aliados, como lo que hoy representa para nosotros Pronatura México A.C. es la oportunidad de tejer acciones y redes en pro del ambiente y desde diferentes nichos por esta razón hemos decidido desde 2019 donar árboles para sumar a acciones que mitiguen la acumulación de gases de efecto invernadero, conservar la biodiversidad o apoyar la filtración de agua al subsuelo y más desde otro lugar”, concluyó.

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