Fernanda Wenzel / IJnet

Washington, D. C., 9 de octubre de 2023.- La Red de Investigaciones de los Bosques Tropicales (RIN) preguntó a sus becarios de 2022 sobre las metodologías innovadoras que hay detrás de sus impactantes coberturas. A continuación, ofrecemos una versión abreviada de la guía completa —también disponible en portugués— publicada en el sitio web del Pulitzer Center.

Cuando iniciamos esta investigación (publicada por primera vez en Intercept Brasil, en portugués), sabíamos que el principal motor de la deforestación en la Amazonia brasileña era el acaparamiento de tierras públicas no designadas, que pertenecen a gobiernos federales o estatales y aún no se han convertido en tierras indígenas o áreas protegidas.

Nuestra hipótesis era que esta apropiación es una industria muy organizada, que mueve mucho dinero y se produce a gran escala. En un punto de la investigación, decidimos centrarnos en la mayor deforestación de la Amazonia.

Metodología
Usamos Mapbiomas Alerta para buscar la mayor deforestación registrada y la encontramos: 6,500 hectáreas en el sur de Pará, Brasil.

Descargamos el archivo cartográfico (o polígono) de la deforestación y utilizamos el software geoespacial de código abierto Qgis para cruzarlo con los polígonos del Cnfp (registro forestal público del gobierno federal). Esto nos permitió confirmar que la deforestación se produjo dentro de un terreno público no designado.

Decidimos utilizar este enfoque porque queríamos encontrar a los acaparadores profesionales de tierras. Sabíamos que lo primero que hace un acaparador es talar el bosque y que el costo de deforestar 1,000 hectáreas ronda los US$200.000.

Lo singular de nuestro enfoque es que no queríamos contar solo la historia de los acaparadores de tierras, sino también la de la tierra misma. La propia deforestación fue una de nuestras protagonistas.

Así que nuestra investigación tomó dos caminos diferentes. Por un lado, trabajamos para averiguar quién estaba detrás de la apropiación. Superpusimos los polígonos del CAR (documento de catastro rural) de Pará con la zona de deforestación y encontramos dos CAR registrados allí, a nombre de dos hombres. Utilizamos tanto las CAR como las bases de datos del Sigef, el sistema de datos catastrales del Incra, la agencia agraria de Brasil, para buscar otras propiedades a nombre de ellos o de sus familiares.

Después descargamos los datos de deforestación de Prodes, la base de datos oficial de deforestación de Brasil y los superpusimos con las otras CAR y las propiedades de Sigef, para comprobar si también habían sido deforestadas. Utilizamos datos de la agencia nacional de medio ambiente Ibama (disponibles públicamente aquí y aquí) y expedientes judiciales tanto del tribunal federal como del tribunal del Estado de Pará para verificar su historial de delitos medioambientales. Utilizamos el sitio web de información empresarial CruzaGrafos para ver si tenían empresas a su nombre y utilizamos los GTA (archivos que muestran el transporte de ganado) para ver si eran ganaderos y, en ese caso, a quién vendían el ganado.

Utilizamos las redes sociales para ver cómo eran estas personas, qué tipo de vida llevaban, qué tipo de trabajo tenían y qué importancia tenían en sus comunidades. Tras reunir todas estas pruebas en una hoja de cálculo, contamos con elementos suficientes para afirmar con seguridad que uno de los hombres que registró la tierra a su nombre en el CAR era probablemente un apoderado. Pero el otro pertenecía a una familia de terratenientes locales, que producen soya y ganado y tienen influencia política en la comunidad local.

La segunda parte fue contar la historia de la tierra. Nuestro socio tecnológico, Earthrise Media, utilizó imágenes por satélite de alta resolución para mostrar cada paso de la deforestación, desde la tala selectiva hasta la deforestación a gran escala y el uso del fuego. A través de un expediente judicial abierto en Pará después de que Semas (la agencia medioambiental del estado) multara a los acaparadores de tierras por esta deforestación, también descubrimos qué tipo de maquinaria utilizaron para talar el bosque: motosierras y tractores. El expediente judicial incluye un informe elaborado por los empleados de Semas tras llegar a la zona de deforestación, en el que describieron lo que encontraron en el lugar.

Para encontrar este expediente judicial, buscamos en Digesto (base de datos de expedientes judiciales de pago) y luego localizamos el expediente correcto en el sitio web de los tribunales de Pará. Con esa información, pedimos a un abogado que nos consiguiera el expediente judicial completo —en Brasil, esto solo lo pueden hacer los abogados, y solo si el caso no está bajo secreto.

Juntando todas estas piezas y hablando con fuentes locales, pudimos calcular cuánto dinero gastaron en la deforestación (US$2.5 millones) y cuánto dinero ganarían si vendieran las tierras después (US$25 millones).

Una vez que tuvimos toda la evidencia que pudimos reunir, fuimos al terreno para captar el entorno —una comunidad cuya economía se ve afectada por el acaparamiento de tierras, la deforestación y la minería ilegal—, tomar fotos y hablar con algunas fuentes locales.

El principal desafío fue reconstruir la historia de los personajes y de la tierra, al contar con pocas fuentes locales y no poder acercarnos demasiado a la zona por motivos de seguridad. Lo que aprendí, sin embargo, es que cuanto más tiempo pases buscando pruebas y cotejándolas, más blindada estará tu historia. Pero no lo olvides: tienes que organizar muy bien estas pruebas; de lo contrario, quedarás sepultado bajo la información.

También aprendí que, en algún momento, hay que dejar el trabajo de oficina y poner los pies en el suelo. Por duro que sea, siempre te aportará una visión mucho más realista de la historia, que podrás compartir con tu lector.

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