¿Por qué los aviones están usando subproductos del cerdo como combustible?

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Dr. Mercola

Estados Unidos, 28 de junio de 2023.- Las grasas animales procesadas (que pasaron por un proceso de renderizado), subproducto de la cría de animales en operaciones concentradas de alimentación animal (Cafo), suelen agregarse a los alimentos para mascotas y a varios productos de cuidado personal como jabones y cosméticos. Sin embargo, también son una parte, cada vez mayor, de los «combustibles sostenibles para la aviación» (SAF), hasta el punto de que no se cuenta con cantidades suficientes.

Un estudio a cargo de Cerulogy for Transport & Environment (T&E) reveló la creciente presión sobre los suministros de grasa animal, ya que su uso en biodiésel se multiplicó por 40 desde el 2006.

8,800 cerdos muertos como combustible para un vuelo trasatlántico
Las grasas animales se promocionan como el biocombustible sostenible más novedoso, pero a medida que aumenta su uso, ya parecen ser una fuente de combustible insostenible. De acuerdo con el informe de T&E, la demanda de grasas animales para biocombustibles podría triplicarse del 2021 al 2030. Sin embargo, en Europa, el 46% de las materias primas de grasa animal ya se utilizan como biodiésel, lo que sugiere que la oferta no seguirá el ritmo de la demanda.

En el estudio, se estimó que para un vuelo transatlántico de París a Nueva York se necesitan 8,800 cerdos muertos, en un solo trayecto. En la Unión Europea, las grasas animales se clasifican en tres grupos según sus niveles de riesgo de transmitir enfermedades. Mientras que las categorías 1 y 2 sólo pueden utilizarse para calefacción, la categoría 3 puede emplearse en una gama más amplia de aplicaciones, como alimentos para macotas, industrias oleoquímicas y biocombustibles.

Dado que el biocombustible aumenta la demanda de estas grasas de categoría 3, otras industrias podrían quedar fuera del mercado o encontrarse con productos elaborados con sustitutos de grasas animales, que suelen ser aceites más económicos. Nicole Paley, directora ejecutiva adjunta de UK Pet Food, dijo lo siguiente para la BBC: «Estas [grasas animales] son ingredientes de gran valor para nosotros y son difíciles de sustituir, y ya se les da un buen uso de forma muy sostenible… Así que desviar estos ingredientes a los biocombustibles es crear otro problema. Nos haría competir con la industria de la aviación. En lo que respecta a las arcas del sector de la aviación, a la industria de alimentos para mascotas le resultaría muy difícil competir».

Dickon Posnett, de Argent Energy, que produce biodiésel a partir de residuos, añadió: «Si se incentiva mucho el uso de estos lípidos, grasas animales y aceites de cocina en la aviación, harán falta en otras áreas, sin duda. Así que, si quieren aumentar la sostenibilidad de la aviación, a costa de la sostenibilidad de los camiones, adelante. Pero esa es una decisión que le corresponde al gobierno».

Reino Unido considera prohibir grasa animales en combustible para aviones
Las consecuencias imprevistas de verter grasas animales en biocombustible son muy probables y podrían afectar a muchas industrias. El aceite de palma es un sustituto que podría paliar la escasez de grasa animal, pero su producción industrial puede perjudicar al medio ambiente de diversas maneras.

Matt Finch de T&E dijo lo siguiente para la BBC: «No existe un suministro interminable de animales o grasa animal. Así que, si se pone una fuente de demanda adicional masiva de cualquier lugar de la aviación, en este caso, las industrias donde la grasa se utiliza hoy en día, será necesario buscar alternativas. Una de esas alternativas es el aceite de palma. Así que la aviación, de manera indirecta, será responsable de incrementar la cantidad de aceite de palma que pasa por los sistemas europeos».

El aceite de palma, que se produce a partir de la pulpa del fruto de la palma aceitera, también es algo polémico. Su uso es tan generalizado que se encuentra en cerca de la mitad de los alimentos de consumo frecuente y en productos de consumo habituales, como biocombustibles, cosméticos y otros productos de cuidado personal, velas y productos farmacéuticos.

Consumir aceite de palma en alimentos ultraprocesados no le hará ningún favor a su salud, pero el aceite de palma para cocinar es preferible a los aceites de semillas como la soya y el girasol por su menor porcentaje de ácido linoleico. Sin embargo, el cultivo de aceite de palma ha sido señalado como responsable por la deforestación y la destrucción del hábitat de los orangutanes y otros animales salvajes, además de los daños al medio ambiente, derivados de las plantaciones de monocultivos.

Incluso el aceite de palma «sostenible» se ha calificado como engañoso, pero si usted utiliza este aceite, las tarjetas de puntuación del aceite de palma pueden ayudarle a orientarse hacia las empresas que lideran el camino hacia una producción más sostenible. Ahora bien, para su uso como biocombustible, el aceite de palma está vinculado a la deforestación directa, además de suponer un alto riesgo de «cambio indirecto del uso de la tierra», que T&E describió como «la roturación de tierras para permitir la expansión de la superficie agrícola total con el fin de satisfacer la demanda adicional de tierras para energía…».

«Aunque los biocombustibles de aceite de palma procedentes de zonas deforestadas después de 2008 no pueden beneficiarse de la RED [la Directiva sobre Energías Renovables de la UE], estas emisiones indirectas siguen socavando el principal objetivo del uso de biocombustibles, que es reducir las emisiones de CO2».

El informe de T&E continúa de esta manera: «Si los materiales no sostenibles están reemplazando los usos actuales de las grasas animales, el cambio de usos puede, por tanto, socavar de forma significativa los beneficios climáticos del uso de biocombustibles de grasas animales. En la industria oleoquímica y la de alimentos para mascotas, por ejemplo, el aceite de palma se considera el sustituto más factible por tener las propiedades más similares a las grasas animales y ser la opción más económica al alcance. Si el aceite de palma virgen sustituyera a las grasas animales, las emisiones de CO2 de los biocombustibles de grasas animales podrían ser hasta 1.7 veces peores que las del diésel convencional».

Ante las posibles consecuencias negativas para el medio ambiente de ampliar el uso de grasas animales en el combustible de aviación, el Reino Unido está considerando prohibir o limitar los tipos de grasas animales y aceites de cocina que se utilizan en el combustible para aviones. Con las probables restricciones, esto significa que es probable que los vuelos que recarguen combustible en Gran Bretaña sólo utilicen pequeñas cantidades de grasas animales como combustible.

A pesar de esto, la BBC informó lo siguiente: «En la UE, las aerolíneas tendrán el objetivo de usar el 6% combustible sostenible para el 2030, del cual el 1.2% debe provenir del e-queroseno. En el supuesto de que el 4.8% restante proceda en su totalidad de grasa animal, se necesitarían unos 400 cerdos por cada vuelo transatlántico».

¿Se trata de un caso similar al del etanol?
Aprovechar un subproducto para crear biocombustible parece una buena idea, hasta que se presentan las consecuencias imprevistas. Ya vimos una historia similar con el etanol. El etanol se promociona como una solución que respeta el medio ambiente, pero en realidad es parte del problema, ya que hace que valiosas praderas se conviertan en cultivos de maíz con un alto contenido de sustancias químicas.

Entre 2008 y 2013, las abejas disminuyeron un 23% en Estados Unidos, sobre todo en el Medio Oeste, las Grandes Llanuras y el valle del Misisipi, donde la producción de granos, en especial del maíz para biocombustibles, casi se duplicó durante el mismo periodo. Además, de acuerdo con el Grupo de Trabajo Ambiental (EWG), más de 8 millones de acres de pastizales y humedales se convirtieron en maíz entre el 2008 y el 2011.

En total, desde que el gobierno de Estados Unidos empezó a exigir etanol en los combustibles en 2007, se han perdido más de 1.2 millones de acres de praderas en favor de los cultivos de maíz (y soya). Convertir praderas más diversas en cultivos de maíz para biocombustibles es lo contrario de lo que se necesita para salvar el medio ambiente.

Un estudio de 2022 publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (Pnas) reveló que la agricultura industrial necesaria para producir maíz para etanol lo hace, al menos, un 24% más intensivo en carbono que la gasolina. No obstante, la expansión agresiva de la producción de biocombustibles a base de etanol de maíz sigue siendo una parte clave de la Norma de Combustibles Renovables (Rfs2) de la Ley de Independencia y Seguridad Energética de 2007.

En referencia al estudio de Pnas, un comentario de Jason Hill, del Departamento de Bioproductos e Ingeniería de Biosistemas de la Universidad de Minnesota, explica: «Los defensores del etanol han argumentado que así se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), pero como demuestran Lark et al. en Pnas, sucede lo contrario. Los autores concluyen que las emisiones de GEI del ciclo de vida del etanol producido para cumplir el Rfs2 no son inferiores a las de la gasolina, e, incluso, es probable que sean mayores. Esto se debe a que el uso de más maíz para biocombustible ha provocado un aumento de la intensidad y la extensión del cultivo de maíz en Estados Unidos.

Por lo tanto, el Rfs2 no sólo no mitiga el cambio climático, sino que es contraproducente. Además, los autores concluyen que el Rfs2 ha exacerbado otros problemas medioambientales que suelen asociarse a la producción de cultivos en hilera, como la mala calidad del agua y la erosión del suelo».

Presión por la “sostenibilidad” podría ser parte del problema
Encontrar usos para los subproductos de animales de las Cafo ignora el daño sistémico subyacente que causa la agricultura industrial. Las Cafo todavía son uno de los principales contaminantes en todo el mundo. Incluso, los CDC señalan: «El sector agrícola, que incluye las Cafo, es el principal contribuyente de contaminantes a lagos, ríos y depósitos. Se ha constatado que los estados con altas concentraciones de Cafo experimentan una media de 20 a 30 problemas graves de calidad del agua al año, como consecuencia de problemas de gestión del estiércol».

En lugar de volver a la agricultura regenerativa, en la que el ganado y los cultivos se integran en un sistema simbiótico y complementario que imita el funcionamiento de la naturaleza, las empresas agroquímicas están empeñadas en crear «biocombustibles» y utilizar la edición genética, la ingeniería genética, los productos químicos y otras «tecnologías» para crear líneas de semillas híbridas, cultivos resistentes a los vientos, las inundaciones y las sequías y otros elementos agrícolas creados en laboratorio.

Todo esto se presenta como parte de un futuro mejor y «sostenible», pero ¿en verdad lo es? Aunque es atractiva la noción de un mundo libre de contaminación y «más verde», en última instancia no se trata del medio ambiente: se trata de crear un sistema de control en el que los recursos del mundo sean propiedad de los más ricos entre los ricos, mientras que el resto de la población puede controlarse mediante la asignación de esos recursos y esto incluye la energía.

Algunos, incluso, sostienen que la guerra contra las emisiones de carbono es un error. Como señaló un médico del medio oeste en Substack: «Como ecologista que soy desde hace mucho tiempo, una de las cosas más deprimentes que he visto en mi vida ha sido cómo los grandes contaminadores se han apropiado del movimiento ecologista y lo han transformado de algo que luchaba contra la destrucción de nuestro aire y nuestra agua en una cruzada fanática contra el (inofensivo) dióxido de carbono. Lo que es más triste aún, esta cruzada se ha convertido, poco a poco, en una guerra y adoptó las mismas jugadas que los partidos que anhelan el poder total sobre la ciudadanía».

A la hora de considerar biocombustibles «verdes» como la grasa de cerdo y el etanol de maíz es importante no perder de vista el panorama general de los acontecimientos. Si en verdad existiera una opción sostenible para los combustibles, el cáñamo podría ser uno de los principales candidatos, pero, incluso, esto podría enfrentar los mismos obstáculos que ya hemos visto cuando se intenta producir cualquier cosa a gran escala, ya sea un cultivo o un animal de granja. Además, es posible que requiera subsidios para hacerlo rentable.

Como explicó A Midwestern Doctor: Existen varias opciones para convertir cultivos en energía. La más común es obtener etanol del maíz, que es una idea que no me parece muy buena. Esto se debe a que el etanol daña los motores de los coches (salvo los diseñados para él), reduce el kilometraje de la gasolina y sólo se utiliza porque las subvenciones gubernamentales (que se usan para conseguir votos del Medio Oeste, donde se cultiva gran parte de nuestro maíz) incentivan esta práctica.

Otro enfoque habitual consiste en utilizar la biomasa residual de forma directa y (por lo general) quemarla para generar energía. Muchos piensan que lo mejor es utilizar cáñamo industrial (que es similar, pero no igual, a la marihuana). Esto se debe a que la planta es fácil de cultivar y produce una gran cantidad de fibra (celulosa) y aceite que pueden utilizarse para producir papel, textiles (telas), hormigón, plástico, alimentos y biocombustibles.

Al principio, el cáñamo era una materia prima muy popular (por ejemplo, Henry Ford fabricó un coche con cáñamo que funcionaba con aceite del mismo). Por desgracia, numerosas industrias que se veían amenazadas por el posible impacto económico del cáñamo colaboraron con éxito para crear una histeria en torno a la marihuana (por ejemplo, Reefer Madness) para que el cáñamo también se retirara del mercado.

Los materiales a base de cáñamo tienen muchas aplicaciones importantes. Creo que la aplicación más crítica del cáñamo (y la razón por la que debe cultivarse a gran escala) son los plásticos que pueden fabricarse a partir de él, ya que los que obtenemos en la actualidad del petróleo son muy perjudiciales para el medio ambiente. En este momento, sin embargo, no tengo la certeza de que, sin subvenciones similares a las que recibe el etanol, pueda llegar al mercado un combustible a base de cáñamo que sea rentable».

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