Acaban de crear otro aterrador alimento de laboratorio

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Dr. Mercola

Estados Unidos, 18 de julio de 2023.- Como era de esperar, cada vez son más los alimentos que se crean dentro de un laboratorio. El último experimento en unirse a la lista de alimentos transgénicos es la “Piggy Sooy”, una soya transgénica que contiene proteína de cerdo. Según Moolec, la compañía que desarrolló este alimento transgénico, a la soya convencional le agregaron uno o más genes de cerdo para crear una soya con un 26.6% de proteína de origen animal.

No se revelaron los genes de cerdo que utilizaron porque hacen parte de un secreto comercial. Como resultado de esta alteración genética, el interior de la soya es de color rosado. Esta compañía también está tratando de crear una planta de chícharo que produzca proteína de res. La compañía Moolec afirma que estos productos transgénicos proporcionarán un sabor, una textura y un valor nutricional similares a los de la carne, pero de una forma más económica y sostenible.

De acuerdo con el portal New Atlas: “Los agricultores cultivarán las plantas a través de prácticas agrícolas convencionales. También se cosecharán y procesarán con técnicas convencionales, y, cuando esté listo, su proteína se utilizará para crear sustitutos de carne y otros productos.

Al igual que la carne de cerdo de laboratorio, se espera que Piggy Sooy ayude a ponerle fin a la cría convencional de cerdos, así como a los problemas éticos y ambientales con los que se relaciona esta práctica.

‘Moolec desarrolló una plataforma única, efectiva y patentable para fusionar proteínas muy valiosas con las semillas de cultivos muy accesibles, como la soya’, dijo Amit Dhingra, director del departamento ciencias de la compañía. ‘Este descubrimiento abre un precedente para toda la comunidad científica que busca fusionar proteínas de origen animal con plantas a través de la agricultura molecular. Sin embargo, aún no se sabe cuándo estarán disponibles estos productos para los consumidores».

Estados Unidos autoriza la venta de pollo de laboratorio
Como si esto no fuera lo bastante aterrador, el 21 de junio de 2023, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) autorizó la venta de pollo transgénico, es decir, carne de pollo que se produce con células madre dentro de un biorreactor. Esta carne es un producto de las compañías Good Meat y Upside Foods.

Ambas compañías pretenden que su pollo de laboratorio se sirva en algunos restaurantes de lujo. Pero eso no es todo, otras 100 compañías también están creando productos alimentarios dentro de un laboratorio, desde carne molida de res a base de células, bistec y pescado impresos en 3D, hasta foie gras y mariscos de laboratorio.

Para mantener una buena salud, evite a toda costa estos experimentos de laboratorio. Me refiero a ellos como experimentos porque no puedo llamarlos alimentos. Lo peor de todo es que nadie sabe qué efectos producen en la salud y, al parecer, a nadie le interesa saberlo. Podrían pasar décadas antes de que los efectos se vuelvan evidentes y, para entonces, podría ser demasiado tarde. Por un lado, se podría perder la costumbre de cultivar y consumir alimentos enteros y reales, mientras que por el otro podría volverse casi imposible cultivar alimentos reales, ya que solo habrá semillas transgénicas.

Alterar los genes daña el genoma
En junio de 2023, el portal GMWatch informó que los investigadores descubrieron que alterar los genes Crispr-Cas daña el genoma de la planta: «Hallazgos científicos recientes sugieren que se producen efectos similares a los de la cromotripsis después de alterar los genes Crispr/Cas en el genoma de los jitomates. La cromotripsis se refiere a un fenómeno en el que suelen ocurrir cientos de cambios genéticos al mismo tiempo en un evento catastrófico. Cuando esto ocurre, muchas partes del material genético pueden intercambiarse, recombinarse o, incluso, perderse». Me parece importante mencionar que estos mismos efectos ocurren cuando se alteran los genes de las células de mamíferos y humanos. Esto se sabe desde hace mucho tiempo.

Esta es la primera vez que descubren que la Crisprtripsis también ocurre en plantas transgénicas y que las alteraciones genéticas no deseadas no solo ocurren con mucha más frecuencia de lo que se pensaba, sino que también ocurren en gran parte del genoma.

Plantas transgénicas no pueden considerarse seguras
Como se explicó en el portal Test Biotech: «Cuando se cortan ambas hebras del ADN, como sucede con la técnica Crispr/Cas, los extremos de los cromosomas pueden perder el contacto entre sí. Cuando no se repara esta ruptura en los cromosomas, los extremos que se cortaron podrían perderse, cambiar de estructura o unirse a algo más. De otro modo, la cromotripsis parece ser un fenómeno muy poco común en las plantas. Utilizar la técnica Crispr/Cas también puede causar cambios en sitios genómicos que están muy bien protegidos por mecanismos de reparación naturales. Dado que no se conocen los riesgos, deberían investigarse más a fondo en todos y cada uno de los casos.

Los hallazgos recientes revelan más información sobre la supuesta ‘precisión’ de las tijeras genéticas: aunque la nueva tecnología se puede utilizar para seleccionar y cortar partes específicas en el genoma, las consecuencias de ‘cortar’ el genoma no pueden predecirse, ni controlarse. Por lo tanto, las plantas que se obtienen de este tipo de ingeniería genética no pueden considerarse seguras y deben investigarse más a fondo en busca de riesgos. Sin análisis genómicos exactos, puede ocurrir cromotripsis sin que nadie lo note. Por ejemplo, existe el riesgo de que ocurriera en las plantas que se obtuvieron con la nueva ingeniera genética».

Edición de genes no es tan precisa como dicen
Las personas que defienden esta práctica afirman que es mucho más precisa que el mejoramiento natural e insinúan que esta precisión garantiza que solo se produzcan los cambios deseados, nada más y nada menos. Pero eso es mentira. La precisión no garantiza la seguridad, ya que una sola alteración puede producir cientos de cambios genéticos que, a su vez, pueden:

• Alterar la composición bioquímica de la planta (o tejido animal)
• Producir nuevas toxinas
• Producir nuevos alérgenos

En Europa quieren quitar las restricciones a las plantas transgénicas (Crispr)
En la actualidad, Estados Unidos no tiene normas específicas para las plantas transgénicas. Esto significa que se aplican las mismas normas para los cultivos convencionales y transgénicos. Ahora bien, a finales de mayo de 2023, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) publicó su directriz para los «Pesticidas y ciertos protectores incorporados en plantas (PIP) que se derivan de tecnologías innovadoras» y ahora requiere que todos los desarrolladores de productos transgénicos presenten datos de que las plantas que se sometieron a la edición de genes para resistir las plagas son inofensivas para otros componentes del ecosistema, no contienen niveles de pesticidas por encima de los que se encuentran en los cultivos convencionales y que tampoco dañarán la salud de los consumidores

Durante años, Europa ha tenido restricciones bastante estrictas sobre las plantas transgénicas, pero ahora quieren quitarlas. Según Test Biotech: “En Europa están tratando de quitar las restricciones que tienen las plantas que se obtienen con la tecnología Crispr/Cas. Según los documentos que se filtraron, la Comisión de la UE planea permitir que las compañías liberen sus plantas transgénicas en el medio ambiente y que puedan comercializar sus productos.

Al igual que en Estados Unidos, ahora proponen que no sea obligatorio realizar una evaluación de riesgos, ni que se investiguen más a fondo los cambios genéticos no deseados, como la cromotripsis. La nueva norma no solo aplicaría para las plantas que se utilizan en la agricultura, sino que también permitiría que liberen plantas transgénicas en el medio ambiente, sin antes evaluar los riesgos que eso implica. Testbiotech advierte que quitar estas restricciones y liberar organismos transgénicos en el medio ambiente, podría representar una amenaza para los recursos naturales de las futuras generaciones”.

Carnes de laboratorio solo son comida chatarra ultraprocesada
El creciente auge en los productos transgénicos y en las carnes de laboratorio solo provocará que nos quedemos sin alimentos enteros y reales. Es importante mencionar que muchas alternativas a la carne entran en la categoría de alimentos ultraprocesados, que ya son una amenaza para nuestra salud y la del medio ambiente.

En 2018, el grupo ecologista Friends of the Earth (FOE) publicó un informe que planteaba preguntas críticas sobre la tendencia hacia la biología sintética. En su informe, mencionan que se trata de productos ultraprocesados: «Para fabricar algunos de estos productos se emplean diversos «auxiliares tecnológicos», como organismos (bacterias, levaduras y algas transgénicas) que producen proteínas y sustancias químicas para extraer otras proteínas. Por ejemplo, se utilizan productos químicos como el hexano para extraer componentes de un alimento, como proteínas (de chícharos, soya, maíz, etc.) o compuestos (de bacterias transgénicas) para fabricar goma xantana… no es necesario revelar estos ingredientes.
“En la actualidad, tampoco se les solicita a las empresas que incluyan en las etiquetas de sus productos muchos otros ingredientes de procesamiento (por ejemplo, bacterias, levaduras, algas), lo que incluye a los organismos transgénicos para producir proteínas. La falta de transparencia dificulta que se evalúen los insumos y el impacto de su uso».

¿Es posible ponerle un alto a la industria de los alimentos ultraprocesados?
En junio de 2023, el Dr. Chris Van Tulleken, experto en enfermedades infecciosas y autor del libro titulado «Ultra-Processed People: Why Do We All Eat Stuff That Isn’t Food and Why Can’t We Stop?”, publicó un artículo en la revista Wired, en el que hizo un llamado a los políticos y médicos para proteger la salud pública a través de los alimentos reales.

“Las enfermedades que se relacionan con la alimentación, incluyendo la obesidad, los ataques cardíacos, los derrames cerebrales, el cáncer y la demencia, son la principal causa de muerte prematura en el Reino Unido. Detrás de todo este problema se encuentran los productos que se conocen como alimentos ultraprocesados (UPF). Este tipo de alimentos suelen empaquetarse en plástico y contienen aditivos que no se encuentran en la naturaleza. En los Estados Unidos y el Reino Unido, obtenemos casi el 60% de nuestras calorías de productos UPF, como pizza, pan, cereales para el desayuno, galletas y bebidas nutritivas.

“Los UPF son un subproducto de un sistema financiero complicado en el que se reutilizan los desechos de alimentos para animales para producir alimentos para humanos. Para resolver este problema, lo primero que debemos hacer es incluir en la guía oficial sobre nutrición del Reino Unido la información de que los alimentos ultraprocesados pueden causar problemas de peso y enfermedades que se relacionan con la alimentación y que se recomienda a todas las personas evitar este tipo de alimentos”.

Por desgracia, aunque el llamado que hizo el Dr. Chris Van Tulleken es admirable, no creo que los gobiernos recomienden a las personas evitar los alimentos ultraprocesados, ya que muchos países, sobre todo, los Estados Unidos, están tratando de cambiar todo su sistema alimentario por uno a base de productos transgénicos y procesados.

De hecho, forma parte importante del plan de los tecnócratas que se conoce como “El Gran Reinicio”. Remplazar los alimentos de origen animal reales con alternativas patentadas que se producen dentro de un laboratorio, les dará a los globalistas el poder absoluto sobre la población mundial. No solo eso, sino que también los ayudará a decidir sobre la salud de las personas.

Se sabe que consumir alimentos ultraprocesados incrementa el riesgo de enfermedades y ¿quién es el que más se beneficia de esta situación? Claro, las grandes industrias farmacéuticas. Durante varias décadas, la industria de alimentos procesados ha provocado enfermedades crónicas que se tratan a base de medicamentos, en lugar de una mejor alimentación.

Ahora, se excusan en el cambio climático para meternos más alimentos ultraprocesados, así que no confíe tanto en las autoridades, ya que detrás de ellas hay grandes intereses financieros y geopolíticos. Sin embargo, sí creo que la solución está en nuestras manos. Debemos defender y aferrarnos a los alimentos reales y evitar a toda costa los alimentos transgénicos y ultraprocesados.

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