Rodrigue Katembo conoce el peligro. Como jefe guarda en el Parque Nacional de Virunga en la República Democrática del Congo, él pone su vida en peligro para proteger las valiosas maravillas naturales de su país. Fue apresado y torturado durante varios días a causa del trabajo que realiza.
El parque nacional, el más antiguo en toda África, es el hábitat de una importante población sobreviviente de los gorilas de la montaña, que comparten los límites del parque con leones, elefantes de bosque e hipopótamos.
Más de 150 de sus colegas guardas han perdido la vida en la década pasada a manos de los cazadores furtivos y los grupos rebeldes. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos ha tratado de proteger a los guardas. En 2011 emprendió un programa piloto en Virunga para ayudar a las familias de los guardas caídos.
Katembo dijo que siendo joven pudo haber perdido su pasión por la vida silvestre. En la República Democrática del Congo, convulsionada por la guerra, fue obligado a ser un niño soldado a los 14 años. Vio cómo mataron a su hermano. Con ayuda de su madre pudo escapar y en 2003 se dedicó a ser un protector de la vida silvestre.
En 2017 Katembo ganó el Premio Ambiental Goldman para África, por su heroísmo en Virunga, incluyendo el haber participado clandestinamente para documentar “los sobornos y la corrupción en la búsqueda para perforar pozos en busca de petróleo en el Parque Nacional Virunga”.
“Estoy trabajando por el bienestar de las futuras generaciones”, dijo Katembo al diario The Guardian. Reconoce los riesgos personales, pero afirma que “realmente vale la pena hacer este sacrificio”.
Actualmente, Katembo ejerce como director del Parque Nacional Upemba, ubicado en la parte sudeste de su país, donde su trabajo ya está mostrando resultados. En 2015 no había elefantes viviendo en el parque. Ahora hay 68 que merodean en Upemba.
“Muchas veces como jefe guardas uno dirige las patrullas”, dijo Katembo. “Uno se fija en las huellas y se sigue a la fauna silvestre, pero cada vez que se hace esto uno queda asombrado por la belleza de la vida silvestre en el Congo. Siempre se ven cosas nuevas y se hacen nuevos descubrimientos — es maravilloso”.
