ShareAmerica

La Plataforma de Acción de Pekín establecida en 1995 en una conferencia de las Naciones Unidas, expone una agenda para la potenciación de la mujer e identifica 12 aspectos preocupantes. Más de dos décadas después del establecimiento de la plataforma, ShareAmerica evalúa el progreso a nivel mundial de cada aspecto crítico. Este artículo destaca el tema de la violencia contra la mujer.

Existe un serio problema mundial, la violencia contra la mujer, que afecta a la salud pública, detiene el avance de la mujer y, en general, impide el desarrollo económico de una sociedad.

Dañina y epidémica
Las investigaciones revelan que la violencia contra la mujer tiene dimensiones epidémicas: Hasta un 70 por ciento de mujeres experimentan violencia durante su vida. En muchas partes del mundo la violencia contra las mujeres y las niñas tiene raíces culturales e históricas. La violencia contra la mujer suele ser perpetrada por hombres que las víctimas conocen. Los abusos son peores en donde no existen servicios de apoyo a las víctimas y las leyes no protegen eficazmente a las víctimas mujeres o no castigan a los perpetradores.

En muchas regiones la violencia sexual se usa sistemáticamente como táctica de guerra por parte de los combatientes para hacer avanzar sus objetivos políticos. Sin importar cómo suceda, la violencia contra la mujer hace daño a todo el mundo.

Factores culturales
En países en los que sus prácticas tradicionales patriarcales subordinan a la mujer se producen mayores tasas de violencia contra ellas. Las mujeres puede que sean recluidas en el hogar, excluidas del mercado laboral y se restringe su derecho a ser dueñas de propiedades y a heredarlas. La violencia está tan profundamente arraigada en muchas culturas que millones de mujeres consideran que es un aspecto inevitable de la vida. Mujeres maltratadas quedan en silencio por miedo a las represalias.

La mutilación genital femenina es común en África y Oriente Medio. Mariya Karimjee narra su experiencia personal de mutilación en este vídeo.

Abusos relativos al matrimonio tales como matrimonios infantiles o forzados, raptos de novias y muertes por dote persisten en África y Asia Central y del Sur. En las “muertes por honor” las mujeres son asesinadas para restaurar el “honor” de la familia. Estas muertes se han venido llevando a cabo para castigar a mujeres por hablar con un hombre que no sea su familiar, por tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, por rehusarse a casarse con un hombre elegido por su familia, por faltar al respeto al esposo o por intentar divorciarse. Las muertes por honor y la mutilación genital han sido exportadas por comunidades de inmigrantes a Europa y a América del Norte.

Trata de mujeres y niñas
La trata para la explotación sexual, el matrimonio, la servidumbre doméstica y el trabajo son formas contemporáneas de esclavitud que afectan a millones de mujeres y niñas en el mundo. Las mujeres son víctimas de engaños o coaccionadas por los traficantes que les prometen empleos respetables. Las niñas son secuestradas por los traficantes o vendidas por los padres. Las mujeres y las niñas en comunidades pobres y vulnerables suelen ser objetivo frecuente, así como las jóvenes que pretenden estudiar o trabajar en el extranjero.

Es necesario un esfuerzo concertado
El cambio puede producirse por medio de campañas de concientización, centros de crisis y albergues para víctimas mujeres que proporcionen cuidados médicos, asesoría y servicios jurídicos, y leyes que protejan eficazmente a la mujer y castiguen a los ofensores. La violencia contra la mujer se puede evitar si los gobiernos se asocian con organizaciones internacionales y de la sociedad civil para proteger a la mujer en todos los sectores de la sociedad.

El compromiso con el activismo como el de la periodista Chouchou Namegabe da resultados. Nacida en la asolada por la guerra República Democrática del Congo, formó la asociación de medios de la mujer South Kivu Women’s Media Association para luchar contra la violencia ejercida sobre la mujer, en particular contra la violación sexual como arma de guerra. Al informar al público y animar a mujeres reticentes a hablar sobre los horrorosos abusos, ha creado una comunidad fuerte contra la brutal milicia que pretende expulsar a la gente de sus tierras ricas en minerales.

De modo similar, la Red contra la violencia doméstica, un grupo en China, informa y se pronuncia en contra de esta violencia. “Hace diez años nadie pensaba que golpear a su esposa era un delito, ahora mucha gente lo sabe”, dijo la cofundadora de este grupo, Li Hongtao.

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