Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola
Datos comprobados

Este producto se ha convertido en una parte esencial de la rutina cotidiana de muchas personas. De hecho, incluso podría parecerle que, justo cuando más la necesita, hay una fila en la cafetería del vecindario. Según el informe del café de 2019 realizado por National Coffee Association, el 63% de las personas informó que tomó una taza de café el día anterior, lo que representa una cifra 6% más elevada, con respecto al 2016.

Por primera vez en la historia de los informes de la asociación, las bebidas gourmet elaboradas a base de espresso, así como las bebidas mezcladas o infusiones frías, han superado a las bebidas de café que no son gourmet. De igual manera, el informe revela que el consumo de café fue relativamente estable en el último año.

Esto es afortunado ya que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos proyectó una menor producción, ya que es un año con baja producción de los árboles de la variedad Arábica de Brasil. Esta cifra inferior de envíos de Brasil y Honduras podría representar una exportación menor de 4.7 millones de bolsas.

Según World Atlas, a pesar de que, en los Estados Unidos hay una gran cantidad de personas que beben café, el país ocupa el puesto 25 entre las principales naciones consumidoras de café per cápita a nivel mundial. En comparación, los Estados Unidos consume 4.2 kg per cápita, mientras que Finlandia consume 12 kg per cápita de café.

Anteriormente, el consumo de café se consideraba un vicio o apoyo para obtener energía con rapidez a lo largo del día. Pero, las investigaciones revelan los beneficios de tomar café. Es fundamental tomar en consideración que la mayoría del café es muy fumigado con pesticidas. Si es aficionado a la variedad java, lo más recomendable es comprar café orgánico, para disminuir su exposición a las toxinas químicas.

Obtenga los efectos neuroprotectores de la cafeína
Si alguna vez ha tomado una taza de café, quizás haya experimentado los efectos estimulantes y temporales en el sistema nervioso. Podría estimular mucho más el estado de alerta, e incluso provocar nerviosismo. Asimismo, los científicos evalúan el efecto a largo plazo que la cafeína podría causar en la capacidad cognitiva, en particular en personas con Alzheimer y demencia. Y los resultados han sido prometedores.

En fechas recientes, el Instituto de Información Científica sobre el Café (Isic) publicó un informe escrito por Elizabeth Rothenberg, Ph.D., quien identificó el café como una posible intervención alimenticia para disminuir el riesgo de desarrollar o aliviar algunos de los síntomas de las enfermedades neurodegenerativas.

Estos resultados respaldaron un sinnúmero de estudios previos que descubrieron que el café y la cafeína podrían generar un efecto protector en el sistema neurológico. Diversos estudios han descubierto que beber café podría mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir el deterior cognitivo general y disminuir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer, independientemente de otros factores.

Un esfuerzo de colaboración entre equipos de investigación alemanes y franceses utilizó un modelo animal para demostrar que la cafeína podría bloquear los receptores cerebrales activados por adenosina, así como generar un efecto positivo en los depósitos Tau en el cerebro de las personas con Alzheimer.

Asimismo, los investigadores han estudiado el efecto del café en otra enfermedad neurodegenerativa: la esclerosis múltiple. Al revisar los estudios encontraron que «el consumo de café y cafeína no debe considerarse como un riesgo» y, de hecho, consumir grandes cantidades, equivalente a 6 tazas de café al día, podría ser un factor preventivo de diversas enfermedades neurodegenerativas.

El auge en las tasas de diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer
Las investigaciones que demuestran algunos de los efectos neuroprotectores del café son una medida que puede ayudar a detener la cifra cada vez mayor de personas diagnosticadas con la enfermedad de Alzheimer. Se estima que el número de personas de 65 años o mayores que padece la enfermedad de Alzheimer podría elevarse a 88 millones para el 2050.

Hoy en día, la Asociación de Alzheimer estima que hay 55 millones de personas mayores de 65 años que padecen la enfermedad de Alzheimer. Esta cifra mayor podría estar relacionada con una de las generaciones con mayor número de adultos de la tercera edad; es decir, los baby boomers. Aún no se ha descubierto una cura para la enfermedad de Alzheimer, por lo que sigue siendo uno de los problemas de salud pública más apremiantes y trágicos con altos costos sociales y económicos tanto en las comunidades como en las familias.

Este padecimiento también podría denominarse como diabetes tipo 3, ya que podría afectar la señalización de insulina en el cerebro. Por lo general, la hormona insulina se relaciona con el control del azúcar en la sangre, pero también desempeña un rol en la señalización cerebral.

En un estudio realizado en animales, los investigadores interrumpieron la adecuada señalización de la insulina e indujeron muchos de los trastornos cerebrales característicos, que a menudo se observan en la enfermedad de Alzheimer. Cada vez es más evidente que los mismos procesos que pueden desencadenar la resistencia a la insulina y leptina en el cuerpo, podrían ocurrir en el cerebro.

Como es evidente, el exceso de granos y azúcar podría elevar el riesgo de diabetes tipo 2 y probablemente también el riesgo de diabetes tipo 3. La investigación publicada en la revista Diabetes Care de la Asociación Americana de Diabetes demostró que las personas con diabetes tipo 2 exhibían un riesgo 60% mayor de demencia.

Otro estudio demostró que incluso un nivel ligeramente mayor de azúcar en la sangre se relacionaba con un mayor riesgo de demencia. Por otra parte, los investigadores han descubierto que llevar una alimentación alta en grasas podría disminuir en un 44% el riesgo de demencia. Al disminuir la cantidad de carbohidratos y aumentar el consumo de proteínas y grasas saludables, podría reducirse el riesgo de deterioro cognitivo leve en los adultos mayores.

Otras razones para tomar café

• Si ha dejado de tomar café porque escuchó que podría causar deshidratación, estará feliz de escuchar que se trataba de una equivocación. La ciencia ha demostrado que incluso beber 4 tazas de café de 6.5 onzas al día no puede generar deshidratación. Esta es una buena noticia, ya que la deshidratación se relaciona con un deterioro cognitivo a corto plazo y podría impulsarle a dejar de tomar su café java.
• Beber entre 4 y 6 tazas al día no representa un riesgo, ya que de hecho podría disminuir el peligro de desarrollar trastornos neurodegenerativos y puede proporcionar diversos beneficios bien comprobados que favorecen su bienestar y salud.
• Riesgo general de morir de forma prematura. En un estudio en el que participaron más de 200,000 personas durante 30 años, los datos demostraron que el riesgo general de muerte podría disminuir en un 6% al beber entre 1 y 3 tazas de café al día y en un 15% al beber entre 3 y 5 tazas al día.
• Cáncer de piel. Beber 4 tazas de café con cafeína podría disminuir el riesgo de melanoma, la forma más peligrosa de cáncer de piel. Otro estudio demostró que beber 3 tazas podría disminuir el riesgo de carcinoma de células basales.
• Mayor rendimiento atlético. Un metaanálisis demostró que beber café con alrededor de 3 a 7 mg de cafeína por kilogramo de peso corporal podría incrementar en un 24% el promedio de las mediciones de resistencia en los atletas.
• Promoción de la grasa marrón. En estudios realizados en animales y humanos, la cafeína demostró su capacidad de influir en la termogénesis, lo que refleja una mayor producción de calor y, por lo tanto, quema de calorías.
• Menor riesgo de diabetes tipo 2. Un metaanálisis de 30 estudios prospectivos demostró que consumir café estaba inversamente relacionado con el riesgo de diabetes tipo 2.
• Protección del músculo cardíaco. Beber 4 tazas al día podría reparar y proteger mejor el músculo cardíaco contra el daño causado por un ataque cardíaco, en comparación con no consumir ninguna cantidad de cafeína.
• Menor riesgo de cáncer. Un metaanálisis demostró que beber café estaba relacionado con un menor riesgo de diversos tipos de cáncer. El café podría proteger del cáncer de hígado, retrasar el avance de la enfermedad hepática fibrótica y proteger de la hepatitis C.
• Mayor tasa de supervivencia del cáncer de colon. Beber 4 o más tazas de café al día disminuyó en un 42% el riesgo de recurrencia de cáncer de colon y muerte en las personas con cáncer en etapa 3. Otro estudio demostró que el café podría estar inversamente relacionado con el riesgo de cáncer de colon con una respuesta dependiente de la dosis.

Café negro y orgánico podría ser más saludable
Es fundamental tener presente que, los granos de café son uno de los cultivos más fumigados. Por lo tanto, debe seleccionar los granos de café que cuenten con certificado orgánico. Algunas investigaciones han sugerido que añadir algún producto lácteo en el café podría interferir con la absorción de sus ácidos clorogénicos beneficiosos en el cuerpo. De igual manera, es mejor evitar el azúcar, ya que podría contribuir a la resistencia y elevar los niveles de insulina.

Considere moler su café para evitar la ranciedad. El café que ya está molido podría estar en mal estado. Si utiliza una cafetera de goteo, debe asegurarse de no utilizar filtros blanqueados. Con frecuencia, los filtros blancos y brillantes se blanquean con cloro y el calor del café puede filtrar el cloro que contienen durante el proceso de infusión.

El café no es malo para la salud, pero no es necesario comenzar a tomar café o té si no tiene el hábito. No obstante, si le agrada, entonces siéntase libre de consumirlo sin culpa, siempre y cuando sea negro y orgánico.

Cuando una mujer está embarazada, lo más prudente es evitar la cafeína del café y otras fuentes, ya que ha demostrado elevar la probabilidad de prolongar el embarazo y ocasionar que un bebé nazca con bajo peso. Para obtener más información sobre el café y el embarazo, puede consultar mi artículo «Porqué los Beneficios Terapéuticos del Café no se Aplican en las Mujeres Embarazadas».

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