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viernes, julio 26, 2024

Puede que el abuso doméstico sea considerado como algo personal. Pero daña a toda la comunidad

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Las mujeres que padecen golpizas, u otras formas de violencia doméstica, en general apenas tienen tres opciones: pueden responder peleando y enfrentar una posible peor paliza; se pueden rendir, o pueden irse, si es que tienen a alguien a quién pedir ayuda o tienen un lugar a donde ir.

Ayudar a esas mujeres es la causa de Rose Thelen. Ella ha estado combatiendo la violencia doméstica desde hace más de tres décadas y dirige el Instituto para la Violencia de Género, en Minnesota. Desde allí aboga en favor de leyes que empoderen a las víctimas para que puedan buscar justicia y otros servicios, como líneas telefónicas de emergencia con que las víctimas puedan denunciar abusos.

La mujer es “abrumadoramente la víctima” de las palizas o de la violencia doméstica, afirma Thelen. La violencia “es algo continuo y que puede provocar graves lesiones e incluso la muerte”. Aunque ella también identifica a otras víctimas adicionales de esa violencia, como pueden ser los niños, el sistema de atención a la salud, el sistema de justicia penal, los negocios, las familias, los amigos y la sociedad.

Y la violencia no es solamente el único costo. Se agrega a mayores gastos en la atención a la salud y los gastos legales. Y se agrega a la productividad perdida. Y, más fundamentalmente, se pierde toda contribución que toda mujer golpeada hubiera podido hacer al tejido moral, social y político de sus países”.

Los albergues y las líneas telefónicas de emergencia son importantes primeros pasos. Las líneas telefónicas de emergencia conectan a la mujer con la ayuda que necesita y, al difundir la información sobre el alcance de este problema, ayuda a los defensores a argumentar en favor de otras medidas para frenar la violencia.

Proteger a la víctima. Pero también frenar al abusador.

Darle a la víctima un refugio, y servicios, para reconstruir su vida, es apenas la mitad de la solución, afirma Thelen. El abusador debe ser frenado.

Debido a que la mayoría de los abusadores aplican la violencia para reafirmar su poder o su control sobre sus víctimas, la respuesta de la comunidad debe ser negarse a reconocerle esos “beneficios” al abusador. Thelen recomienda leyes que:

Hagan un delito de la violencia doméstica.
Permitan a los tribunales prohibir a los abusadores siquiera acercarse a sus víctimas.
Consideren, en casos de divorcio y custodia de hijos, el efecto que los abusos pasados tienen sobre los niños tanto como en el adulto víctima.
Thelen también pide a la policía y a los tribunales que mejoren la manera en que evalúan, investigan y fiscalizan los casos de abuso doméstico.

La meta: reorientar la responsabilidad de acabar con la violencia colocada en la víctima, que es la menos capacitada para frenarla, y redirigirla a la policía, los tribunales y la propia comunidad.

Thelen concluye que los hombres deben ser parte de la solución: “me parece que veremos cambios más rápidos en la sociedad cuando sean más los hombres que digan que no está bien abusar de la mujer que aman”.

* ShareAmerica.- La Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de los Estados Unidos produce y mantiene este sitio. La inclusión de direcciones y enlaces externos en este sitio no debe interpretarse como una aprobación o endoso de las opiniones contenidas en los mismos o de sus políticas de privacidad.

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