Una mujer de Gambia trabaja para proteger a las niñas del ritual de la ablación

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WASHINGTON, DC - SEPTEMBER 22: Safe Hands for Girls founder Jaha Dukureh (L) joins Senate Minority Leader Harry Reid (R-NV) for a news conference at the U.S. Capitol September 22, 2016 in Washington, DC. A long-time opponent to female genital mutilation (FGM), Reid addressed a Government Accountability Office report regarding "how the U.S. government addresses FGM at home and abroad. (Photo by Chip Somodevilla/Getty Images)

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Jaha Dukureh aboga por las niñas en dos continentes: África, donde nació, y América del Norte, donde se hizo ciudadana de Estados Unidos. Está nominada al premio Nobel de la Paz de 2018. Dice que no ha hecho más que empezar.

El enfoque del trabajo de la joven de 28 años es poner fin a una práctica que implica alterar o lesionar los genitales femeninos por razones no médicas, procedimiento conocido como mutilación genital femenina o MGF, que puede causar serios problemas de salud, incluyendo infecciones, infertilidad e incluso la muerte.

Dukureh, que es una sobreviviente de la MGF, fundó “Safe Hands for Girls” (Niñas en manos seguras), una organización sin fines de lucro con sede en Atlanta enfocada en la eliminación del procedimiento, mientras apoya a otras sobrevivientes. En África, el trabajo de Dukureh en Gambia ayudó a que el expresidente Yahya Jammeh prohibiera la controvertida práctica en 2015 y la llevó a ser nominada para el premio Nobel en 2018.

La MGF se concentra en 29 países, principalmente en África y Oriente Medio, pero también se practica en comunidades de la diáspora en otras partes del mundo, incluido Estados Unidos. Las Naciones Unidas calculan que 200 millones de mujeres y niñas que viven en todo el mundo han sido sometidas a este procedimiento.

Cuando era adolescente, Dukureh descubrió que había sido sometida a la MGF cuando tenía una semana de edad. “Creo que estaba enojada”, dijo Dukureh. “Me quedé sin palabras porque no entendía por qué alguien haría algo así”.

Dejó el matrimonio que su familia había arreglado para ella con un hombre mucho mayor cuando tenía 15 años y vivía en Nueva York. Se mudó con parientes en el área de Nueva York y terminó la escuela secundaria allí. Se mudó a Atlanta para asistir a la universidad y se casó con otro hombre antes de abrir su organización sin fines de lucro en 2013. Dar a luz a su hija había inspirado a Dukureh a canalizar su ira hacia el activismo. “No quería que ella experimentara muchas de las cosas que yo experimenté”, dijo Dukureh, que ha regresado a vivir a Gambia.

Lo más importante que hay que recordar sobre la lucha de Dukureh es que ella ayudó a prohibir la MGF en Gambia, dijo la política noruega Jette Christensen, quien nominó a Dukureh al premio Nobel de la Paz. El premio se otorga cada otoño en Oslo (Noruega). “Ella es prueba viviente de cómo la creencia de una sola persona puede hacer que una persona nada más cambie el mundo”, declaró Christiansen al periódico noruego Bergensavisen, conocido como BA.

La autora de este artículo es la redactora independiente Lenore T. Adkins.

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