El próximo domingo 1 de abril inicia el Horario de Verano (HV) en la República Mexicana, por ello se recomienda a las personas que el sábado 31 de marzo, antes de irse a dormir, adelanten una hora sus relojes, de modo que al día siguiente reanuden sus actividades con el nuevo horario.

Durante el Horario de Verano, que inicia el primer domingo de abril y concluye el último domingo de octubre, se registra en el país una mayor insolación y es por ello que, al adelantar una hora el reloj, se reducirá el consumo de energía diario durante el periodo de máxima demanda de electricidad.

De acuerdo con estudios del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide), con la participación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y del Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (Ineel), la aplicación del Horario de Verano en el 2017, obtuvo ahorros en consumo de 885.70 gigawatts hora (GWh) y una demanda evitada de 548 megawatts (MW), que equivale a diferir la inversión de una planta termoeléctrica convencional.

Esta cifra, incluye los ahorros generados en los 33 municipios de la franja fronteriza norte, que adoptan el HV, del segundo domingo de marzo al primer domingo de noviembre, con el propósito de facilitar la vida cotidiana de los residentes locales, que tienen que cruzar de un lado a otro de la frontera -todos los días- por motivos laborales o escolares.

Para dimensionar el significado del ahorro de energía obtenido, los 885.70 GWh serían suficientes para abastecer el consumo de 571 mil casas habitación durante todo un año, con un consumo promedio de 258 kilowatt hora al bimestre (kWh/bimestre) o el equivalente al consumo de energía de 7.78 millones de lámparas fluorescentes compactas autobalastradas prendidas las 24 horas del día durante un año.

El ahorro económico por la implementación del HV 2017 se estima en mil 311 millones de pesos, esto al considerar un costo medio de la energía eléctrica de 1.4805 pesos por kilowatt hora para los usuarios domésticos.

Asimismo, con el Horario de Verano 2017, se evitó la emisión a la atmósfera de 402 mil toneladas de bióxido de carbono, principal contaminante del efecto invernadero.

¿Cómo y porqué se decidió aplicar el Horario de Verano en México?
Según El Positivo, Periódico y de Cosas Buenas, editado en la ciudad de Aguascalientes, capital del estado del mismo nombre, el 20 de octubre de 2010, esta es la historia del Horario de Verano en México:

“El Horario de verano (HV) es una medida que consiste en adelantar el reloj una hora durante la parte del año en la que se registra mayor insolación, es decir, en el periodo con mayor duración de luz solar, fenómeno que se debe a la inclinación del eje de la Tierra y su movimiento de traslación. Así, en junio se presentan los días más largos del año en el hemisferio norte, y en diciembre en el hemisferio sur.

Actualmente, más de 90 países aplican el Horario de verano, tanto en el Hemisferio Norte como en los Trópicos y el Hemisferio Sur. Entre las naciones tropicales que se han sumado a esta medida, se encuentran Brasil, Cuba y Haití. El Horario de Verano forma parte de un conjunto de esfuerzos de gobierno y sociedad, orientados a desarrollar una nueva cultura del ahorro y uso eficiente de la energía en nuestro país”.

1996, año de aplicación
De acuerdo a esta información, en México empezó el HV base en un decreto del presidente de la República (Ernesto Zedillo Ponce de León, en ese momento), publicado en el Diario Oficial el 4 de enero de ese año.

Indica que México contaba ya con experiencias previas en materia de cambio de horarios estacionales y cita a Baja California donde se aplica el HV desde 1942.

Mientras que en la Península de Yucatán está desde 1981 y los estados de Durango, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas en 1988 establecieron cambios de horario para aprovechar más la luz del día, aunque después de un año derogaron esta medida debido al desfase crítico que se presentaba en las correspondencias horarias con el resto del país, indica la información referida.

Por ello, y con esta perspectiva, se buscó implantar la medida de manera generalizada en el país, porque para que funcionara adecuadamente y rindiera los beneficios esperados, era preciso contar con la colaboración de todos y cada uno de los mexicanos.

Primeros estudios
En 1992, cuando se llevaron a cabo las primeras reuniones de trabajo a fin de estudiar la conveniencia de establecer el Horario de Verano en México. Se analizó el impacto benéfico de esta medida en todos los niveles y ámbitos: cuidado de la energía, ventajas relevantes en cuanto a los intercambios turísticos, aeronáuticos y financieros con nuestros principales socios comerciales en el extranjero, así como la conveniencia de disfrutar de luz natural en horas avanzadas de la tarde.

La decisión de adoptar en México el HV se tomó ante la necesidad de cuidar la energía, dado que la electricidad no es un recurso natural, sino una forma de energía generada mediante costosos métodos. En efecto, las plantas generadoras de energía eléctrica y las redes de transmisión y distribución de ésta requieren de enormes recursos no sólo para su instalación, ya que sus gastos de operación son también muy elevados.

Se recibieron 229 cartas de adhesión de diferentes organismos e instituciones representativas de distintos núcleos de la sociedad y del sector público que apoyaron el cambio de horario.

Inconformidades y dudas
Desde su implantación surgieron inconformidades, dudas y mucho recazo, sobre todo en los beneficios reales del programa que se agudizaron en el 2000, debido a los grandes cambios políticos registrados ese año. Fue en ese contexto, la Secretaría de Energía (Sener) solicitó a la Unam realizar un estudio sobre los resultados del Horario de verano.

Para ello, se acordó analizar el impacto del HV en 18 áreas de interés: agricultura, comercio, educación, energía, familia, finanzas, ganadería, individuo, industria, medio ambiente, medios de comunicación, salud, seguridad pública, telecomunicaciones, tiempo libre, transporte, y zonas fronterizas. Asimismo, se realizó una encuesta entre miles de personas de 416 localidades del país.

Los resultados del estudio de la Unam demostraron que en ninguna de esas áreas el HV tenía un impacto negativo, sino más bien considerables ventajas en varias de ellas. Así, por ejemplo, se puso en claro que no afecta la salud, seguridad o aprendizaje de las personas y que, en cambio, conlleva considerables beneficios en lo relativo al ahorro de energía eléctrica en el sector doméstico, difiere inversiones en plantas de generación, contribuye a reducir los impactos ambientales y favorece las transacciones internacionales, telecomunicaciones y el turismo. Además, beneficia a millones de compatriotas de la zona fronteriza norte.

Sin embargo, las investigaciones revelaron que existía un problema de percepción entre la población, ya que cuando se implantó el HV, se hablaba del ahorro de energía en general y no quedó suficientemente aclarado que iba a ser poco lo que se notaría en la factura de cada usuario e, incluso, que no se reflejaría, en virtud del aumento gradual de las tarifas eléctricas, principalmente, entre otros factores. Además, buena parte de los entrevistados consideraba que era una medida impuesta por una decisión unilateral de la autoridad.

HV se convierte en ley
El 1 de febrero de 2001 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto presidencial que establecía que el HV se pondría en práctica del primer domingo de mayo actualmente es desde el primer domingo de abril) al último domingo de septiembre (siete meses), en todo el territorio nacional, salvo en los casos de Baja California (con duración de siete meses) y Sonora, que no aplica hasta la fecha la medida, por razones de su vecindad con Arizona, donde tampoco se modifica el horario durante todo el año.

Con base en los resultados de una consulta telefónica realizada el 24 y 25 de febrero de 2001, en la que participaron 239 mil 437 habitantes de la ciudad de México, el jefe de Gobierno del Distrito Federal (Andrés Manuel López Obrador) emitió un decreto el día 26 de ese mismo mes, el cual establecía que la capital del país no modificaría “el huso horario vigente”.

Adicionalmente, el 5 de marzo de 2001, el jefe de Gobierno planteó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación una controversia constitucional respecto de la validez del decreto presidencial publicado el 1° de febrero del mismo año.

Fue el 4 de septiembre siguiente cuando La Suprema Corte resolvió que era competencia del Congreso de la Unión legislar en materia de husos horarios y horarios estacionales.

Por su parte, el Congreso de la Unión aprobó la Ley del Sistema Horario en los Estados Unidos Mexicanos, que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 29 de diciembre de 2001.

Finalmente, el 1° de marzo de 2002 fue publicado el decreto por el que se establece el horario estacional (Horario de verano de siete meses) que se aplica cada año en México.

Esta es la historia del HV que iniciará el próximo domingo y al que todavía millones de mexicanos lo rechazan por diversos motivos que, igualmente, han sido analizado, entre otros, suspenderlo.

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