Los “Premios Nacionales del Libro”, que celebran lo mejor de la literatura estadounidense, se están internacionalizando.
Este año la Fundación Nacional del Libro rendirá homenaje a un gran trabajo de ficción o no ficción traducido al inglés y publicado en Estados Unidos.
El nuevo premio de 10,000 dólares será tanto para el autor como para el traductor. Es un reconocimiento a la creatividad que se emplea tanto en la creación de la obra original como en darle nueva vida en otro idioma.
Para muchos autores internacionales, atraer a lectores estadounidenses es importante tanto para las ventas como para la influencia. La industria editorial de Estados Unidos, tanto impresa como digital, es la más grande del mundo, con ventas por valor de 37,000 millones de dólares en 2017, según la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos.
El Premio Nacional del Libro a la categoría de literatura traducida se suma a los premios en las categorías de ficción, no ficción, poesía y literatura juvenil.
Sólo se considerarán las obras de autores y traductores vivos. Las nominaciones están siendo aceptadas. Los premios se entregarán en otoño.
“Ahora tenemos la oportunidad de reconocer libros excepcionales que se escriben en cualquier parte del mundo, y de alentar nuevas voces y perspectivas para que formen parte de nuestro discurso nacional”, dijo David Steinberger, presidente de la fundación.
Ampliar los horizontes de los lectores
El británico Don Bartlett, traductor de la novela autobiográfica de seis volúmenes Mi lucha, del escritor noruego Karl Ove Knausgård, habló sobre el arte de traducir para la revista “Los Angeles Review of Books” en 2016. “Te estás originando cuando traduces; estás creando, estás coescribiendo, estás creando algo en inglés a partir de otro idioma”, dijo.
Novelistas, poetas, historiadores y otros estadounidenses han recibido premios nacionales del libro cada año desde 1950. La lista incluye a William Faulkner, Flannery O’Connor, Philip Roth, Annie Proulx y otros grandes autores.
