La fe mueve montañas

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Ciudad de México, 12 de diciembre de 2018.- Hoy, desde la más temprana hora, las redes sociales se llenaron de referencias a la Virgen de Guadalupe, la imagen más venerada de México y varios países latinoamericanos. Las redes se sumaron a las tradicionales celebraciones que, en su honor, se realizan en millones de hogares mexicanos.

El punto central de estas celebraciones se da en el Cerro de Tepeyac, ubicado en la parte norte de la Ciudad de México, lugar donde desde la noche anterior congrega a millones de mexicanos que viajan de todos los puntos cardinales para cantarle Las Mañanitas (popular canción con la que se celebran los cumpleaños, en México), a la Morenita del Tepeyac, como popularmente se le conoce.

Estas celebraciones se extienden extrafronteras. Principalmente en algunas ciudades de Estados Unidos, como Chicago, Illinois, o de California, Texas y demás entidades norteamericanas donde radican millones de mexicanos.

Las festividades de la Guadalupana datan de los tiempos prehispánicos cuando varios grupos étnicos del Valle de México acudían a ese mismo sitio para festejar a Tonantzin, la madre tierra. Esta tradición fue recogida por los conquistadores españoles para cimentar la fe en los nuevos cristianos, convertido al catolicismo.

Generaciones anteriores a la extranjerización de los nombres con los que bautizan a los mexicanos, el nombre de María Guadalupe o José Guadalupe eran comunes en los hogares mexicanos. Difícilmente, existían algún hogar mexicano que no contara con una Lupita o Lupillo, entre sus integrantes.

La Virgen de Guadalupe compite con otras representaciones de la Virgen María, existentes en el suelo mexicano. Destacan la de San Juan de los Lagos, en Jalisco; la Patrona, en esta misma entidad del occidente de México; la de Juquila, en el suriano Estado de Oaxaca; la de La Salud, en Michoacán, y la de Los Remedios, en la vecina entidad mexiquense.

Pero ninguna de ellas congrega tanta cantidad de fieles como la Virgen de Guadalupe, cuyos días 11 y 12 se convierten en verdaderas romerías en la Basílica del Tepeyac, comparada sólo con la Lourdes, en Francia, o la Fátima, en Portugal.

La Virgen de Guadalupe no sólo es la Reina de México, sino también la Emperatriz de América, por lo que se le venera también en la mayoría de los países del área latinoamericana.

Al ser fin de año, fechas cuando millones de mexicanos, radicados en Estados Unidos, regresan a sus lugares de origen, es común verlos arrodillarse ante la Guadalupana a quien agradecen el milagro de estar con sus familiares y, desde luego, pedirle los acompañe en su regreso a la Unión Americana.

Este año, el Papa Francisco envió un saludo cordial a los peregrinos de lengua española llegados a El Vaticano, desde España y Latinoamérica, y en especial a los mexicanos, por su celebración a la Virgen de Guadalupe, durante la audiencia general de los miércoles con motivo de la celebración de la fiesta de la patrona de América.

«Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica y a los mexicanos, en este día de nuestra Patrona la Virgen de Guadalupe», dijo el Papa Francisco, según información transmitida por la agencia de información EFE.

«Que Nuestra Señora de Guadalupe, cuya fiesta celebramos hoy, nos ayude a entregarnos al amor de la Providencia de Dios y a poner en Él toda nuestra esperanza», dijo.

Aunque, según la terminología cristiana, adorar es propio de la divinidad, para los mexicanos no existen diferencias terminológicas entre adorar y venerar, sencillamente, se arrodillan ante la Guadalupana a quien le exponen sus preocupaciones, cuitas, alegrías, tristezas, sinsabores y todo lo que expresa el sentimiento religioso ante ella.

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