El detector V0, creado por investigadores mexicanos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), fue fundamental para el reciente descubrimiento de Alice (A Large Ion Collider Experiment) que forma parte del Gran Colisionador de Hadrones, anunció ayer en conferencia de prensa, Gerardo Herrera Corral, investigador del Cinvestav y participante en la creación del detector.

“Se utilizó el detector V0, un arreglo de centelladores (material que exhibe luminiscencia cuando por él pasa radiación ionizante), el cual fue una pieza fundamental en el nuevo descubrimiento de Alice, como lo menciona el más reciente número de la revista Nature, que incluye también a los detectores Inner Tracking System (ITS) que fueron diseñados y construidos en varios países, entre ellos México.

“Aunado a que el detector mexicano V0 jugó un papel fundamental en el nuevo descubrimiento, la colaboración de nuestro país es mucho más que eso, al participar con la creación de 3 de los 19 detectores que constituyen el proyecto Alice. Además del V0, se han generado los detectores Acorde realizado por investigadores del Cinvestav, Unam, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap) y la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), y el detector AD creado en 2015 por científicos del Cinvestav y la UAS”, relató Herrera Corral.

El descubrimiento
Uno de los objetivos principales del proyecto Alice es recrear el estado que tenía la materia que se encontraba en el Universo, apenas 10 microsegundos después del Big Bang. Para lograr esa meta se han ensayado la colisión de iones de plomo entre sí, con lo cual se establecen regiones extremadamente calientes que alcanzan hasta 5.5 billones de grados centígrados. Sin embargo, el nuevo descubrimiento muestra que con el choque de protones contra protones se obtiene el mismo resultado, e inclusive mejor por tratarse de un procedimiento más sencillo.

“La otra novedad de recrear los primeros instantes del Universo a partir de colisiones de protones, es que hay un aumento de partículas con extrañeza (multi-strange hadrons). Una manera de explicarlo es que se produce un plasma de quarks-gluones (dos partículas elementales presentes en los átomos que al fundirse forman el plasma) en colisiones donde no se esperaba. Siempre se había pensado que este plasma era un fenómeno colectivo que necesitaba un ion (elemento con carga eléctrica como el plomo), lo cual es una cosa enorme para los propósitos en los que trabajamos nosotros. Ahora el poder ver el plasma de quarks-gluones desde el choque de protones abre la posibilidad de estudiarlo mejor porque es un sistema más sencillo y permitirá entender mejor sus propiedades, entre las cuales está la de líquido perfecto, expuso.

El descubrimiento abre la posibilidad de estudiar al nuevo estado de la materia en colisiones más sencillas, pero, sobre todo, deja un nuevo fenómeno para los especialistas que deberán explicar por qué se genera este plasma en un lugar donde no se esperaba, puntualizó el físico del Cinvestav, Idelfonso León Monzón.

Conocimiento, detonador del crecimiento económico
Los conocimientos adquiridos por los más de 20 investigadores y 20 estudiantes mexicanos que han participado desde hace 22 años en el proyecto Alice han contribuido a nuevos hallazgos del origen del Universo y a impulsar la economía de nuestro país.

“Aunque en México se ha hecho de manera más lenta que en otros países, los resultados que ha generado el que investigadores mexicanos colaboren en el proyecto Alice se traduce en aplicaciones para la industria. Hace 15 años no había en México quien hiciera electrónica de más de 2 planos; en la actualidad, la electrónica que se trabaja en la Organización Europea para la Investigación Nuclear ya ha alcanzado los 8 planos. Al involucrarnos en ese proyecto hizo que electrónicos de la Buap se involucraran en la tecnología, con lo que después desarrollaron proyectos para Volkswagen Puebla y para Teléfonos de México.

“Por otra parte, Idelfonso León, que trabajó en Alice, logró embeber fibras ópticas en plástico centellador y eso no sabe hacerlo nadie en el mundo. Lo anterior es relevante porque es la manera en que se puede extraer luz. Cuando la radiación de la luz le llega al plástico centellador hay que extraerla para llevarla a un dispositivo y convertirla en un pulso. Generalmente, al momento de realizar el procedimiento se disolvía, pero se encontró un método de embeber la fibra óptica en el plástico centellador sin que se disolviera”, explicó Gerardo Herrera.

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