Tren Maya, megaproyecto sin consenso social

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Para Leydy Aracely Pech Martín, mujer maya, apicultora y activista en el estado mexicano de Campeche (sureste del país), dedicada hoy, además, a defender el territorio del municipio de Hopelchén, sus modos de vida tradicionales, amenazados por la creciente deforestación y por la contaminación tóxica proveniente de la agricultura industrial, con relación al Tren Maya, cuestionó: ¿el proyecto de quién es?

Entonces –dijo a pregunta de este reportero -, uno de los cuestionamientos sobre el proyecto del Tren Maya es justo eso. Lo comparó con la amenaza latente y creciente de la deforestación y la expansión del cultivo de soya en Hopelchén que, está terminando con grandes extensiones de selva tropical y esparciendo de manera indiscriminada pesticidas nocivos para la salud humana y para el ambiente, en especial para aquellos ecosistemas de los que dependen las abejas, así como las y los apicultores de la zona.

Consideró que no es un proyecto distinto lo que se está buscando (con el Tren Maya), un despojo, acabar con las comunidades y cambiar su forma de vida, y es lo que no queremos, afirmó.

“Por eso, está la alianza de la Península de los Pueblos Mayas; con Quintana Roo, con Yucatán, con Campeche, para hablar de estos temas (que nos afectan), de estos megaproyectos, porque lo que estamos viendo es que está en riesgo la vida de los pueblos mayas ante estas grandes construcciones”, advirtió.

Detalló que no importa que sea tren, granja, soya, sorgo, porque es mega proyecto que está afectando la vida; entonces, precisó que es contra estos propósitos por lo que están en la postura, como pueblos indígenas, de un no.

Sobre la consulta del Tren Maya, insistió en que, si afectan y atentan contra su forma de vida o su medio de vida, no es un proyecto viable. Indicó que tendría que ser un diseño donde se vea reflejado el desarrollo de los pueblos y donde la gente participe. “Los proyectos planeados y diseñados desde arriba, donde no participamos, no pueden ser apoyados por nosotros”, insistió.

Calakmul, que está muy cerca de la reserva, y en riesgo, lo están dejando sin respuesta. No hay estudios de impactos ambientales: los daños. “No estamos diciendo no en sí, al tren; estamos contra los modelos de esos megaproyectos, cualquiera de esa índole, que afecte y que atente contra los pueblos mayas. Es a lo que nosotros estamos diciendo no. No solamente está el tren, está también lo que se abordó en esta reunión (en la Sader), la criminalización contra los ecosistemas de los que dependen las abejas, así como las y los apicultores de la zona”, subrayó.

Este proyecto del Tren Maya no se puede llevar a cabo mientras no se tenga la certeza de ¿Qué va a pasar?, sentenció. (Fotos: Pedro Arturo Villarreal).

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