A un costado de la exhibición de ejemplares de distintas razas pecuarias de México, se colocó un stand que llamó fuertemente la atención de los visitantes a la Expo México Alimentaria 2017 Food Show: Promoción de carne, quesos y leche de búfalo.

Los asistentes, primero con desconfianza, luego con entusiasmo, saboreaban esos nuevos productos pecuarios que comienzan a introducirse en el paladar del mexicano, dominado, a la fecha, por los cortes de ganado americano y europeo.

El búfalo se encuentra, actualmente, en los cinco Continentes, aunque su origen es asiático y su domesticación data de hace unos 4,500 años, en la región que ocupan en la actualidad India y Pakistán, según los datos de la página oficial www.bufalosdemexico.com

No se tienen datos claros de cuando pasó de esta región a África y Oceanía de donde, posteriormente, fue traído a América, vía Brasil, en fechas recientes.

Datos de la FAO indican que la población mundial bubalina actual es de unos 180 millones 700 mil cabezas, de las cuales, Asia tiene el 96.40 por ciento; África, 2.78; América, 0.63; Europa, 0.18, y Oceanía 0.001 por ciento.

Algunos especialistas aseguran que los primeros búfalos llegaron a América en 1880, pero fue hasta 1990 cuando se diseminó por varios países de América del Sur. De Brasil pasó a Trinidad y Tobago (en las Antillas), y luego a Venezuela y Argentina. A la fecha, se encuentra en todo el Continente. Los últimos en incorporar a esta especie pecuaria fueron Canadá y Chile.

Los principales países en cantidad de cabezas son Brasil, Venezuela, Colombia y Argentina, pero comienza a tener un fuerte crecimiento en México, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Paraguay y Chile, aunque su desarrollo enfrenta serios retos, como su introducción relativamente reciente, lenta aceptación por los ganaderos y falta de conocimiento sobre esta especie pecuaria en todos los segmentos de la cadena agroproductiva.

Los primeros ejemplares de búfalo fueron introducidos a México en 1996 por un grupo de ganaderos mexicanos, asociados con A. P. Leonards, estadounidense asentado en Belice, quienes decidieron importar a México esos animales con un hato suficiente para garantizar la diversidad genética que los hiciera viables para que, con el tiempo, pudieran poblar gran parte de México en ranchos ganaderos.

Una vez establecidos en México, los ganaderos intensificaron su crianza mediante el mejoramiento de los sistemas de manejo, genética, alimentación y comercialización. El objetivo es convertirlo en una alternativa para la tracción animal sustentable en zonas pantanosas y por sus bondades genéticas de su producción cárnica y láctea, debido a su longevidad, docilidad de manejo, adaptación a casi cualquier pasto o forraje y mayor relación de peso-carne aprovechable que posee.

La cría de búfalo se está posicionando, desde hace tiempo, en el escenario de la actividad pecuaria mundial, como económicamente competitiva y sustentable. Los productores, principalmente de las regiones tropicales y subtropicales, comienzan a interesarse en la bubalinocultura, por su rusticidad y adaptación del animal a ambientes ecológicos no favorables (calientes y húmedos), en zonas donde los suelos son generalmente de acidez elevada, baja fertilidad, fácilmente inundable y tipografía de relieves irregulares no aptos para la explotación agrícola y pecuaria tradicional.

Existen fundadas esperanzas de que la bubalinocultura se desarrolle en una actividad importante en el mundo por su capacidad de transformar alimentos pobres en leche, carne, trabajo y estiércol para contribuir a una mejoría socioeconómica, a la par de la bovinocultura, para generar proteína animal (carne, leche y derivados) de gran aceptación en el mercado del consumidor mundial.

Virtudes de la leche de búfala
Al comparar la leche de búfala con su similar vacuna, se encontró que la primera posee un mayor pH, menor contenido de fosfolípidos y su grasa es más rica en ácido butírico. Contiene más minerales que la leche de vaca.

En su incipiente mercado, existen 15 tipos de quesos, elaborados con leche de búfala, yogures, cajetas, dulces de leche y flanes. En cuanto a las carnes, existen diversos cortes típicos y tradicionales que contienen 40 por ciento menos colesterol; 55%, menos calorías, 11% más proteínas y 10% más minerales.

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