La primera vez que conocí y comí migas (platillo muy popular en Tepito) fue cuando hablé con el escritor Armando Ramírez Rodríguez, un joven novelista, perteneciente al boom de la literatura latinoamericana.

Armando es originario del Barrio de Tepito, hijo de un boxeador y de ama de casa. Estudió en la vocacional número 7 del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y participó en el movimiento estudiantil de 1968. En 1971 inició su carrera como escritor, al publicar «Chin chin el teporocho», la cual, más tarde, se adaptó al cine y rodó en 1975, bajo la dirección del cineasta Gabriel Retes. La novela trata sobre la historia de un borracho que relata las desventuras que ha vivido y lo han hecho terminar en las calles.

Tras la aceptación de la entrevista periodística, Armando me dijo que me iba a invitar a desayunar unas migas, platillo clásico de Tepito, un suburbio localizado a unas cuantas cuadras del Zócalo de la Ciudad de México. Es famoso por ser cuna de boxeadores (algunos de quienes han sido campeones mundiales en especialidades gallos y otras de este tipo) y por su mercado que, en tiempos pasado, era el lugar ideal para comprar fayuca (denominación de productos extranjeros que ingresaban a México de contrabando).

Aunque también tiene fama de ser un lugar de alta inseguridad y algunos otros vicios propios de ciertos sitios de las grandes urbes mundiales, Tepito es un barrio que se remonta a los tiempos prehispánicos y tiene el orgullo de su ascendencia azteca. Sus pobladores, en su mayoría, se dedican al comercio. Es un pueblo muy trabajador y con una idiosincrasia muy particular.

Armando, junto con otros jóvenes lugareños, deseaba borrar esa mala fama del barrio para lo cual crearon un colectivo artístico-cultural y deportivo, denominado «Tepito Arte Acá», que, hasta la fecha, sigue funcionando y le da un nuevo brío a esa popular Barrio Bravo.

Las migas
Las migas son un platillo elaborado con caldo de hueso (de res, cerdo y hasta de pollo) y bolillo, sazonado con chile y epazote. Hay migas sencillas, pero las clásicas contienen hueso que se recomienda chupar, y se acompañan de una tostada con crema y queso y un refresco bien frío. Tiene un origen español, pero se ha popularizado en México.

Para los amantes de la buena mesa este platillo es una verdadera delicia, pese a que, en esencia, es sólo caldo hervido con hueso, pero ya es parte de la cocina que algunos especialistas recomienda consumir, por su excelente sabor y, al menos, en lo que va del mes en curso, ya ha aparecido en dos recomendaciones de platillos mexicanos, hechos por expertos chefs.

Más allá de si las migas son un platillo de excelente sabor o sólo una delicia mexicana, está el beneficio que aporta a la salud el caldo de hueso.

Según el médico estadounidense Joseph Mercola, un ameritado especialista en salud alternativa, el caldo de hueso sería uno de los alimentos más recomendables para el ser humano.

El caldo de huesos contiene valiosos minerales en una forma que puede ser absorbida y utilizada fácilmente por su cuerpo, tales como calcio, magnesio, fósforo, silicio, sulfato de condroitina, glucosamina y otra variedad de minerales, sostiene Mercola.

Señala que «la gelatina que se encuentra en el caldo de hueso es un colide hidrófilo. Atrae y retiene los líquidos, incluyendo a los jugos digestivos, por lo tanto, ayuda a tener una buena digestión.

El caldo de huesos también inhibe las infecciones causadas por los virus de la gripe y el resfriado, por ejemplo, y combate la inflamación, gracias a sus aminoácidos antinflamatorios como la arginina
Hacer su propio caldo de huesos es muy rentable, ya que puede hacer uso de las sobras de los huesos de la carne que de otra manera serían tirados. Y hacer su propio caldo es bastante fácil».

En un interesante artículo, publicado en su página digital: Mercola.com, subraya:

«De acuerdo con un viejo proverbio sudamericano, ‘un buen caldo resucitará hasta a los muertos’. Aunque sin duda esa es una exageración, esto habla del valor de este alimento, que se remonta hasta muchos años atrás».

El artículo presentado por la Dra. Amy Myers enlista 10 beneficios de salud del caldo de huesos. Sally Fallon junto con Weston A. Prince Foundation ya también había publicado información sobre las propiedades curativas de este alimento.

Primero que nada, el caldo de huesos hecho en casa es muy bueno para acelerar la curación y recuperación de enfermedades. Sin duda, usted ha escuchado el viejo dicho acerca de que el caldo de pollo ayuda a curar un resfriado y existe evidencia científica que respalda tal afirmación.

Para empezar, el pollo contiene un aminoácido natural llamado cisteína, que puede adelgazar el moco en los pulmones y hacerlo menos pegajoso y más fácil de expulsar. Las sopas enlatadas y procesadas no funcionan tan bien como las versiones hechas en casa.

Para obtener mejores resultados, necesita prepararlo usted mismo (o pedirle a un amigo o familiar que lo haga por usted). Si quiere combatir un resfriado, haga el caldo picoso y caliente utilizando mucho chile. Las especias desencadenarán la liberación de fluidos acuosos en la boca, garganta y pulmones, lo que ayudará a adelgazar el moco respiratorio para que sea más fácil de expulsar.

Pero los beneficios del caldo no terminan ahí. Como lo explicó Sally Fallon:

«El caldo contienen minerales en una forma que puede ser absorbida y utilizada fácilmente por su cuerpo, tales como calcio, magnesio, fósforo, silicio, azufre y otra variedad de minerales. Contiene materiales provenientes de los cartílagos y tendones – como sulfatos de condroitina y glucosamina, que actualmente son vendidos como valiosos suplementos para la artritis y el dolor en las articulaciones».

El artículo completo Caldo de Huesos – Uno de los Elementos Básicos en la Alimentación con Grandes Beneficios Curativos del Dr. Mercola lo puede leer en: Mercola.com

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