Es momento de organizar tu entorno y eliminar lo que no necesitas

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Dr. Mercola

Estados Unidos, 8 de julio de 2023.- A lo largo de la vida, la mayoría de las personas tienden a acumular «cosas». Podría tener cajones llenos de fotos y recuerdos, un guardarropa lleno de prendas de vestir que ya no usa o una cocina llena de utensilios que no recuerda cómo utilizar. Es muy común que los seres humanos adquieran «cosas» de lugares que han visitado o eventos que desean recordar.

Posiblemente, a menudo desee tener un entorno o espacio más amplio para vivir, lo cual podría significar que busca una casa más grande cada 10 años. Pero ¿qué pasaría si pudiera obtener más beneficios para su vida, usted y su familia, al vivir con menos?

Esta es la premisa básica del movimiento popular dirigido hacia el minimalismo. El movimiento minimalista comenzó en los años 60 en el mundo del arte, cuando las esculturas y pinturas comenzaron a enfocarse en el medio artístico y no en una expresión de emoción o simbolismo manifiesto. Hoy en día, el minimalismo se ha convertido en una herramienta para ayudarle a tener mayor libertad en su vida. No es un conjunto de reglas o restricciones, sino más bien un enfoque para ayudar a reducir la cultura del consumismo, que genera una necesidad de bienes.

De acuerdo con Los Minimalistas, Joshua Millburn y Ryan Nicodemus, simplemente, el minimalismo es «una herramienta para deshacerse de los excesos de la vida, con el fin de enfocarse en lo que es importante –y, con ello, poder encontrar felicidad, plenitud y libertad». De esta manera, define con cuánto quiere vivir y disfruta de mayor libertad. Existen varias razones psicológicas para ordenar su vida y organizar mejor las «cosas» que posee, además de estrategias sencillas para que este proceso fluya fácilmente.

Cómo el desorden afecta al cerebro
Probablemente, piense que la decisión de comprar un artículo se basa en la lógica, pero, muy a menudo, es una respuesta emocional inducida por los profesionales de la mercadotecnia. Por ejemplo, el simple acto de tocar un artículo podría aumentar el apego emocional y deseo de comprarlo.

En un estudio, los investigadores descubrieron que mientras más tiempo esté en contacto con un artículo, más probabilidades tendrá de comprarlo. Las tiendas de Apple se basan en la premisa de que si puede tomarlo, manejarlo y probar su producto, es más probable que lo compre. A medida que introduce nuevos elementos en su vida, asigna un valor a un artículo, por lo que es más difícil desecharlo. Cada artículo tiene asignados recuerdos, esperanzas y sueños, lo que significa que si se deshace de ellos es posible que los haya perdido. Desechar los jeans ajustados que no ha utilizado en años podría significar que ha perdido la esperanza de volver a ponérselos.

Sin embargo, el exceso de cosas que conserva tiene un impacto en su capacidad para concentrarse y procesar la información. Un equipo de la Universidad de Princeton descubrió que las personas que trabajaban en un ambiente físicamente desordenado habían experimentado mayor estrés y disminuido su rendimiento. Otro estudio de Los Ángeles encontró que las madres, cuyas casas estaban desordenadas y llenas de juguetes, habían experimentado niveles máximos de cortisol cuando estaban en su hogar, los cuales disminuían después de salir.

Estos estudios, y otros, demuestran que el desorden tiene un efecto cerebral similar al de hacer múltiples tareas a la vez, sobrecargar sus sentidos, incrementar el estrés y reducir la productividad. Sin embargo, el desorden no necesariamente está reservado para el aspecto físico. La ventana del escritorio de la computadora, la pantalla de inicio del teléfono o las incesantes notificaciones de Twitter, Facebook, Instagram y Snapchat también podrían saturar su mente y provocarle respuestas similares.

Hay un costo emocional por vivir en un espacio o trabajar en un escritorio que se encuentra desordenado. El fundador de TreeHugger, Graham Hill, se mudó de una mansión de un millón de dólares a un departamento de 420 pies cuadrados. En una entrevista para The New York Times, habló sobre su decisión y expresó: «Me gustan las cosas materiales tanto como a cualquiera. Estudié diseño de productos en la escuela. Me gustan los dispositivos, ropa y todo tipo de cosas. Pero mi experiencia me ha demostrado que, después de cierto punto, los objetos materiales tienden a desplazar a las necesidades emocionales que supuestamente deberían apoyar».

El desorden ataca a la mente con estímulos, distrae la atención, inhibe la creatividad y productividad e impide localizar lo que necesita de forma rápida. Desafortunadamente, esto le indica al cerebro que su trabajo no ha terminado, lo que dificulta su relajación. La psicóloga Audrey Sherman, Ph.D., escribe frecuentemente sobre el vínculo entre el caos físico y mental, así como la depresión y la ansiedad.

Indica que: «Aunque parece ser algo mundano, encuentro que la desorganización y el caos son algunos de los mayores problemas reportados por personas con depresión y ansiedad». Por fortuna, a diferencia de otras fuentes comúnmente reconocidas de estrés, estos podrían ser algunos de los factores estresantes más fáciles de solucionar y podría experimentar los beneficios mucho más rápidamente.

Vivir con menos podría brindarle más
Este no es un argumento filosófico y esotérico para desechar sus bienes mundanos, sino más bien el resultado realista y funcional de aprender a vivir con menos. Por ejemplo, es posible que sea más fácil disfrutar de cocinar y comer alimentos más saludables en el hogar cuando la cocina se encuentra limpia y ordenada. Eliminar el desorden también disminuye la cantidad de lugares donde podrían adherirse las partículas de polvo, lo que mejora la calidad general del aire en espacios interiores y podría atenuar sus síntomas de alergia.

Robert London, psiquiatra de Nueva York, cree que también podría ayudarle a sentirse mejor consigo mismo y a enfrentar problemas más profundos, al indicar que: «El desorden produce ansiedad, vergüenza, estrés familiar —algún tipo de desesperación. Cuando soluciona el problema y aprende a desechar cosas, se siente mejor. Encontrará teorías de porqué las personas tienen este comportamiento. Podría deberse a una culpa inconsciente; así que, al realizar estos rituales mitigan dicha culpa». Otro beneficio, al ordenar su hogar y su vida es que tiene más tiempo para emplearlo en las cosas que realmente le importan. Cuando no invierte tiempo en conservar las cosas que posee, tiene más tiempo para estar con las personas que ama o lograr sus objetivos. El regalo del tiempo es lo más valioso e importante que puede darle a las personas que ama, ya que fortalece sus relaciones y construye recuerdos que perduran toda la vida.

Además, es posible que al disminuir su estrés y ampliar su enfoque optimice su productividad y creatividad, lo que podría favorecer aún más su situación financiera. Al organizar su entorno en el hogar y trabajo mejora su estado de ánimo y obtiene una sensación de realización.

Empiece por organizar una habitación, a la vez
Si desde un inicio empieza por organizar la casa por completo, podría ser abrumador decidir qué debe conservar, regalar o arreglar. Es importante realizar las tareas gradualmente, de la misma manera que podría abordar cualquier proyecto grande. No podría terminar de hacerlo en una hora, pero podría finalizarlo de forma sencilla y llevadera, al invertir 30 minutos cada semana para ordenar cada habitación.

Programe esos 30 minutos en su calendario, como lo haría con una reunión y mantenga ese compromiso. Estas son algunas recomendaciones que podrían ayudarle a organizar su hogar:

Elija calidad y apego emocional
Conforme avance en cada habitación y evalúe sus muebles, dispositivos, ropa y artículos para el hogar, recuerde elegir la calidad de los artículos, en vez de la cantidad. Es probable que pueda reducir el número de cobijas si tiene una ligera y más pesada de alta calidad, que pueda usar durante todas las temporadas. Decore con elementos que le produzcan alegría. No importa qué tan básico sea el elemento –una vela, libro o frazada– conserve los artículos que le agraden cuando utiliza la habitación.

Reduzca su guardarropa
Planee sus prendas de vestir ropa como lo haría con una iniciativa. Su guardarropa tiene un espacio limitado y es su responsabilidad utilizar el espacio de manera óptima. Esto significa que la mayoría de su ropa debe poder coordinarse entre sí. Elija una paleta de colores que le gusten y luzcan bien. Opte por piezas que coordinen y puedan mezclarse y combinarse; puede regalar el resto. Luego, antes de incluir algo nuevo en su guardarropa, establezca la regla de que debe deshacerse de otra cosa.

Podría considerar elegir artículos que guarda o regala al aplicar esta estrategia. Voltee todos los ganchos para ropa de modo que queden de frente o hacia usted. Una vez que utilice una prenda de ropa, gire el gancho para que estén dirigidos nuevamente hacia la pared. Si tiene ropa que permanece en los ganchos que le quedan de frente, mientras pasa una temporada, sabrá que no las ha utilizado y podría regalarlas con seguridad.

Búsqueda digital
Considere dejar de utilizar papel para sus facturas y correspondencia. La mayor parte del desorden de papel proviene del correo que no lee y que probablemente no desea. Mantenga una trituradora en su oficina y envíe diariamente a la máquina el correo que no necesita guardar ni archivar. Utilice la opción de facturación digital para sus tarjetas de crédito, servicios públicos y otras compañías con las que tenga pagos pendientes, como, por ejemplo, los servicios de atención médica o préstamos. Eso también reduce el uso de papel. Cancele su subscripción en las listas de correo o catálogos que no lea y de forma similar con los boletines en línea. Si no los lee regularmente, para poder organizar el contenido de su bandeja de entrada, le será más útil cancelar su suscripción que utilizar la opción de eliminar cada semana.

Cama y baño
En su baño, debe comenzar con el espacio de su gabinete. Saque todo el contenido de su gabinete y cajones, elimine los cosméticos o suministros que hayan expirado. Mueva los medicamentos a la cocina, lejos de la humedad, lo cual podría dañarlos. Separe todo lo que contenga su gabinete en tres pilas –conservar, reparar, desechar/regalar. Todo lo que desee conservar deberá volver a su lugar, mientras que lo que desee desechar deberá ser arrojado en una bolsa de basura, lo que desee regalar en otra bolsa y lo que necesite repararse en una mesa. Rotule las bolsas como «Desechar» y «Regalar» y continúe.

Una vez que llegue a su habitación, acomode su cama y limpie la mesita de noche de la misma manera que limpió el gabinete del baño. Cualquier libro que haya leído y desee donar debe regalarlo, mientras que los libros que quiera conservar podrán guardarse en estantes. Elimine o recicle cualquier cosa que ya no quiera o no utilice. Luego, debe organizar sus cajones. Saque su contenido y ordene los artículos. Todo lo que ya no utilice ni se ponga debe ser desechado o marcado para ser regalado. Mientras devuelve los artículos a su lugar, asegúrese de que estén bien doblados o colgados en el guardarropa para evitar arrugas, déjelos listos para ser utilizados cuando sea necesario. Coloque una canasta para la ropa sucia, si aún no cuenta con alguna. Decida si desea tenerla en su dormitorio, baño o junto a su lavadora/secadora.

Cocina
Su cocina podría ser un desafío ya que, a menudo, es un lugar donde se utilizan y almacenan varios tipos de artículos, en especial, si tiene un escritorio integrado, donde verifica los pagos de las facturas. Lo más lógico podría ser abordar esta habitación por zonas. Vacíe completamente un espacio específico, gabinete, cajón, estante o despensa. Limpie el estante con agua tibia y vinagre para eliminar cualquier sustancia grasosa o pegajosa. Evalúe cada elemento y determine si desea conservarlo, desecharlo o regalarlo. Cualquier artículo que conserve podría devolverlo a su espacio y acomodarlo en orden para que lo que utilice con mayor frecuencia esté cerca y en la parte frontal de ese espacio. Deberá hacer una evaluación honesta sobre cualquier artículo que no haya usado en un año y deberá desecharlo o regalarlo si considera que no lo utilizará próximamente.

Sala

Es probable esta sea la habitación más difícil de organizar durante el día, especialmente si hay niños en el hogar. Esta habitación de uso común se utiliza a lo largo del día y, a menudo, no tiene mucho espacio para poner objetos. La clave para organizarla es encontrar un área para colocar los artículos que utiliza comúnmente, tales como libros, revistas, controles remotos y frazadas.

Retire gradualmente los artículos de cualquier mueble que tenga espacio, tal como una mesa auxiliar, gabinete para televisión o librero. Elija cuidadosamente los objetos que desee conservar o desechar. Si ya ha leído un libro y no lo necesita en su librero, considere donarlo. Si tiene niños, considere utilizar un contenedor para juguetes, donde sus hijos puedan almacenarlos cada noche, antes de dormir. Revise los juguetes de sus hijos para desechar los que no funcionen y regalar los que ya no utilicen. Involúcrelos en el proceso, para apoyarlos a regalar artículos a otros niños y ayúdelos a comprender la importancia de devolverlos a su lugar todas las noches.

Corrija el hábito del desorden
Una vez que haya ordenado su hogar, oficina y computadora, es importante desarrollar hábitos que los mantengan limpios y ordenados. Si no establece nuevos hábitos, probablemente volverá a seguir los mismos patrones que, en primer lugar, ocasionaron ese desorden. Enseguida se encuentran varias estrategias sencillas.

Disminuya sus gastos – Al comprar solo lo que realmente necesita para vivir, también tendrá libertad financiera. Al mismo tiempo, disminuirá el desorden en su espacio físico y mental, lo cual reducirá sus gastos financieros y, por lo tanto, aumentará sus ahorros. Las dificultades financieras y estrés laboral son factores significativos que contribuyen a la depresión y ansiedad. Una estrategia importante es comprar menos. Utilice el truco de poner la «fecha en la cinta» – Algunas veces se guardan artículos «por si las dudas». Cree que podrá necesitarlos «más adelante», pero podrían transcurrir años o, incluso, una década, antes de que se percate de que no ha tocado tal artículo y es posible que no recuerde porqué lo conservo. Mientras tanto, ocupa espacio en su casa u origina un nuevo gasto en una instalación de almacenamiento. Si no está seguro de si desea conservarlo o realmente «lo necesita», ponga un trozo de cinta en el artículo con la fecha actual. Luego, escriba un recordatorio en su calendario para verificarlo en dos meses. Si no le ha quitado la cinta o no ha utilizado el artículo, es probable que deba regalarlo.
Haga una revisión mensual – Una vez que se haya quedado con lo que realmente desea conservar en su hogar u oficina, haga una revisión mensual rápida. Esto disminuirá la posibilidad de que su colección de «cosas» vuelva a ser abrumadora. Recuerde desechar lo que no utiliza y no compre hasta que necesite algo y esté listo para utilizar el nuevo artículo inmediatamente. Si compra un artículo debe desechar otro -Utilice la misma perspectiva de su guardarropa, en su hogar. En otras palabras, una vez que los artículos de su hogar se reduzcan hasta lo esencial que necesita y disfruta, no compre nada hasta que esté listo para deshacerse de algo que ya tenga.
Organice, diariamente, su escritorio – Si trabaja en una computadora, con una ventana de escritorio desordenada podría sentirse incómodo todos los días, ya que, literalmente, tiene en frente elementos que no están ordenados ni organizados. Al final de cada día, debe buscar una carpeta para archivar sus documentos, completar sus tareas o agregarlos a una carpeta en la parte inferior de la ventana de su escritorio a la que pueda acceder fácilmente a la mañana siguiente.

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