Insuficiencia Renal y Diabetes: Evolución en la terapia de diálisis peritoneal

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De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut, 2012), en México cerca de 9.17% de la población total de 20 años y más padece Diabetes Mellitus (DM). Sin embargo, se calcula que por cada persona que vive con diabetes existe otra sin diagnóstico, lo cual significa que alrededor del 18.34% de la población podría padecerla.

Una de las principales complicaciones de la diabetes es la insuficiencia renal, cuya incidencia en México es de, al menos, 40 mil nuevos casos al año, según el estudio de Epidemiología de la Insuficiencia Renal Crónica de la Secretaría de Salud. Según especialistas, el tratamiento para la insuficiencia renal son las terapias de reemplazo, las cuales abarcan la diálisis peritoneal, hemodiálisis y trasplante de riñón.

En este sentido, expertos médicos del Houston Methodist Hospital desarrollan una nueva técnica quirúrgica mínimamente invasiva que podría ser la innovación más importante en los últimos 50 años para las personas que viven con enfermedad renal crónica y requieren de un catéter para ser dializados.

Eric K. Peden, jefe de cirugía vascular en el Houston Methodist DeBakey Heart & Vascular Center, dijo que “el sistema endoAVF WavelinQ permite a los cirujanos vasculares crear una conexión entre una arteria y una vena, utilizando una técnica a base de imanes.”

El sistema fue aprobado recientemente por la Food and Drug Administration (FDA) y ha demostrado muy buenos resultados para personas con enfermedad renal crónica.

“Realizamos una pequeña punción en la arteria y otra en la vena”, explicó Peden. “Dos imanes conectados en el extremo de un catéter juntan la arteria y la vena y el dispositivo utiliza radiofrecuencia para crear un agujero entre los dos y hacer la conexión”.

Peden explicó que esta conexión se realiza normalmente mediante cirugía haciendo una incisión en el antebrazo y suturando una arteria y una vena juntas. Esto permite que la sangre fluya directamente hacia la vena; aumentando la cantidad de flujo sanguíneo a través ésta y haciendo que la vena se engruese, lo que permite que un paciente reciba suficiente tratamiento de diálisis ya que el flujo sanguíneo es el correcto.

Agregó que uno de los problemas con la cirugía abierta es que cuando la vena y la arteria se suturan juntas, a veces, se crea una respuesta inflamatoria en la vena que hace que la conexión no se desarrolle adecuadamente para la diálisis. Las personas que se someten a este procedimiento tienen mayor riesgo de que esto ocurra que en cualquier otra cirugía que involucre una vena y una arteria.

Esto puede llevar a cirugías adicionales. Cuando un catéter se infecta, se coloca mal o queda expuesto, puede ocasionar severos daños al paciente que incluso pueden impedir que se realice su terapia de reemplazo, la cual es fundamental para su sobrevivencia.

“La esperanza es que menos complicaciones y cirugías hagan que el proceso de diálisis sea mejor para las personas que padecen una enfermedad renal crónica”, finalizó Peden.

El Houston Methodist Hospital es considerado como el número uno en el estado de Texas y en la ciudad de Houston por la prestigiosa revista U.S. News & World Report. El Houston Methodist Hospital es reconocido a nivel mundial por su investigación médica de vanguardia, por la atención y cuidado a sus pacientes y por sus áreas de alta especialidad en: Oncología, Cardiología y Cirugía de Corazón; Diabetes y Endocrinología; Gastroenterología y Cirugía Gastrointestinal; Geriatría; Nefrología; Neurología Y Neurocirugía; Ortopedia y Medicina Deportiva; Neumología y Trasplantes.

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