Ciudad de México, 8 de septiembre de 2021.- En junio pasado, durante el simulacro nacional, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México (Gcdmx), Claudia Sheinbaum Pardo, aseguró que 99 por ciento de las alarmas sísmicas operaban bien. Sin embargo, anoche 7 de junio, 175 altavoces no sonaron, sin considerar en los que el volumen fue bajo. Esto, no previno para desalojar los inmuebles, aun cuando la magnitud del sismo fue de 7.1 grados. Por fortuna, hasta el momento, no hay reporte de muertes en esta ciudad.
El colmo, fue que, en un primer reporte emitido por Twitter, a las 20:13 horas, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil informó que la intensidad del movimiento no ameritó la activación de las alarmas.
Más tarde, mediante un comunicado de prensa, el gobierno capitalino informó que 98 por ciento de los altavoces operó con normalidad, es decir, 12 mil 651 postes emitieron alerta, mientras que de los ya referidos, 175 altavoces no funcionaron.
Ante estos reportes oficiales, “las benditas redes” o los internautas arremetieron y desataron severas críticas entre las que argumentaron una fuerte sacudida y el fallo de alarmas.
También, los usuarios de redes sociales insistieron en que, en diferentes puntos de la Ciudad de México, en colonias de diversas alcaldías, las alarmas no se escucharon o su volumen fue muy bajo o lejano, casi imperceptible.
Como remate, además, se cortó la energía eléctrica y los botones de pánico dejaron de funcionar para emitir una alerta; esto pudo agravar una eventual situación de emergencia, por lo que los vecinos se pronunciaron por supervisar el mejoramiento de este sistema de sensores y reforzar protocolos para salvaguardar la vida de los habitantes capitalinos en caso de un sismo que pueda generar daños estructurales graves o inmuebles colapsados.
El clamor popular es que urge que el mantenimiento preventivo al sistema de Alerta Sísmica sea constante para evitar fallas como las que se registraron el día del simulacro y anoche, ante un sismo de alta intensidad que, en esta ocasión, por fortuna, no generó daños considerables en la Ciudad de México, pero que, de prevalecer la incompetencia, podría arrojar como resultado la pérdida de vidas humanas.
