Escrito por Dr. Joseph Mercola*
Datos comprobados

De acuerdo con una revisión científica, los insectos están disminuyendo a un ritmo dramático en todo el mundo y la agricultura moderna es en gran parte responsable. En todo el mundo, más del 40% de las especies de insectos se encuentran en peligro de extinción para las próximas décadas.

Los lepidópteros (insectos que incluyen a las mariposas y polillas), himenópteros (insectos que incluyen a las abejas) y los escarabajos peloteros son los que corren mayor riesgo sobre la superficie terrestre. En cuanto a los insectos acuáticos, los más afectados incluyen aquellos de la orden de los odonatos (libélulas y caballitos del diablo), junto con los plecópteros (moscas de las piedras), tricópteros (frigáneas) y efemerópteros (efímeras).

En general, se dice que la población total de insectos está disminuyendo un «impactante» 2.5% al año. Si esta tasa continúa sin control, los insectos podrían desaparecer dentro de 100 años. “Es muy rápido. En 10 años habrá un cuarto menos, en 50 años sólo quedará la mitad y en 100 años no quedará ninguno», dijo el autor del estudio Francisco Sánchez-Bayo, de la Universidad de Sydney, Australia, para The Guardian.

Agricultura industrial es culpable de la desaparición de insectos
Los investigadores citaron «pruebas convincentes» de que la intensificación agrícola es el principal promotor del declive en la población de aves, mamíferos pequeños e insectos. En orden de importancia, la pérdida de hábitats a causa de extensiones de tierra destinadas a la agricultura intensiva y la urbanización son problemas graves. El siguiente factor más importante es la contaminación, sobre todo, la causada por los pesticidas sintéticos y fertilizantes.

«Una gran proporción de estudios (49.7%) señala a los cambios en los hábitats como el principal promotor de la disminución de insectos, un factor igualmente implicado en el declive global de aves y mamíferos», escribieron los investigadores. «El siguiente aspecto en la lista es la contaminación (25.8 %) seguida de una variedad de factores biológicos (17.6 %)…».

Por ejemplo, entre 2008 y 2013 en los Estados Unidos, las abejas silvestres disminuyeron un 23%, sobre todo en el Medio Oeste, las Grandes Llanuras y el valle del Mississippi, donde la producción de granos, en particular de maíz para biocombustible, casi se duplicó durante el mismo período.

Además, de acuerdo con el Grupo de Trabajo Ambiental (EWG), desde el 2008 hasta 2011 más de 8 millones de acres de pastizales y humedales han sido convertidos en sembradíos de maíz. De manera general, desde que en el 2007 el gobierno de los Estados Unidos comenzó a requerir etanol en el combustible, más de 1.2 millones de acres de pastizales se perdieron debido a los cultivos de maíz (y soya). Junto con la pérdida directa de hábitats, la intensificación agrícola también implica otras prácticas que son perjudiciales para los insectos, es decir:

• Canalización de aguas
• Drenaje de humedales
• Modificación de llanuras aluviales
• Eliminación de la cubierta de dosel arbóreo cerca de ríos y arroyos
• Pérdida de suelo y sus nutrientes

Monocultivo no puede favorecer a la biodiversidad y abundancia de insectos
En cierta época, todos los alimentos se cultivaban de forma orgánica en armonía con la naturaleza y los ecosistemas circundantes. Todo esto cambió con la Revolución Verde, lo que parece ser beneficioso, pero, en realidad, describe la conversión de la agricultura natural en una que depende de los químicos y la industria.

La Fundación Rockefeller financió la Revolución Verde que llevó a la introducción de productos químicos agrícolas a base de petróleo, los cuales transformaron rápidamente la agricultura, tanto en los Estados Unidos como en el extranjero. El resultado fueron los monocultivos, es decir, la siembra de acres y acres con un solo cultivo a la vez. La definición misma de monocultivo indica que se trata de un sistema de agricultura con muy poca diversidad.

Esta técnica representa las grandes extensiones de maíz y soya que se cultivan en los Estados Unidos y en todo el mundo. Un sorprendente 35% de los granos y soya que se cosechan a nivel mundial en realidad se les brindan a los animales criados en Cafo (operaciones concentradas de alimentación de animales) como alimento.

La revisión presentada y publicada en la revista Biological Conservation señaló que, a nivel mundial, la técnica de monocultivo ha desempeñado una función sistémica en la pérdida de la biodiversidad de insectos:

• “Cuando las prácticas agrícolas pasaron del estilo de cultivo tradicional de pocas aportaciones a la producción intensiva a escala industrial como consecuencia de la Revolución Verde, se produjeron disminuciones importantes en los insectos.
• Estas últimas prácticas no necesariamente implicaban la deforestación o la modificación del hábitat (por ejemplo, conversión de pastizales, drenaje de humedales), sino que más bien requerían de plantíos de monocultivos genéticamente uniformes, usar fertilizantes sintéticos y pesticidas de forma recurrente, eliminar setos y árboles para facilitar la mecanización y modificar las vías fluviales superficiales para mejorar el riego y drenaje.
• Los monocultivos llevaron a una gran simplificación de la biodiversidad de los insectos como los polinizadores, enemigos naturales de los insectos y recicladores de nutrientes, y crearon las condiciones adecuadas para que las plagas agrícolas prosperen.
• Una cuarta parte de los reportes indica que estas prácticas relacionadas con la agricultura son el principal impulsor de la disminución de insectos en los ecosistemas terrestres y acuáticos».

Uso “persistente” de pesticidas está arrasando con los insectos
La revisión presentada también señaló que los cultivos agrícolas representan aproximadamente el 12% de la superficie terrestre total en el planeta Tierra, lo que significa que la agricultura afecta directamente a una gran proporción de especies de insectos, particularmente en áreas que dependen de pesticidas sintéticos.

Por ejemplo, los investigadores señalaron que, “desde el principio”, los pesticidas han sido responsables del declive de las abejas melíferas. Destacaron a los pesticidas sistémicos conocidos como neonicotinoides, que generalmente se aplican a las semillas antes de ser plantadas, y luego son absorbidas por las plantas a medida que crecen, lo cual contamina a las flores, su néctar y polen.

«Se sospecha que los neonicotinoides representan un riesgo inaceptable para las abejas, en parte, debido a su absorción sistémica en las plantas, por lo que la Unión Europea ha introducido una suspensión de tres neonicotinoides como recubrimientos de semillas en cultivos florales que atraen a las abejas», según lo reveló un estudio publicado en Nature en 2015.

Se sabe que los productos químicos dañan el sistema inmunológico de las abejas, lo cual las hace más vulnerables a las infecciones y muerte cuando se exponen a virus u otros patógenos. Se dice que los pesticidas destinados a controlar las plagas de los cultivos (insecticidas) son los más tóxicos para varios insectos, seguidos por los fungicidas.

Los herbicidas, que se usan para controlar las malas hierbas, pueden ser menos tóxicos a gran escala en comparación con los insecticidas, pero aun así representan un peligro importante al reducir la biodiversidad de la vegetación de la que dependen los insectos para sobrevivir.

Por ejemplo, la cantidad de mariposas Monarca ha disminuido en un 90% desde 1996. A medida que se ha disparado el uso de glifosato (el ingrediente activo en el herbicida ‘Roundup’ de Monsanto), el algodoncillo, que es la única planta en la que la mariposa Monarca adulta deposita sus huevos, ha caído en picada.

En 2013, se estimó que sólo el 1% del algodoncillo común presente en 1999 permanecía en los campos de maíz y soya y, por desgracia, aunque el algodoncillo no se ve afectado por muchos herbicidas, el glifosato lo mata fácilmente. Un estudio de 2017, que fue publicado en la revista Ecography, también señaló una fuerte conexión entre la muerte de las mariposas Monarcas a gran escala y la aplicación de glifosato.

Cocteles de pesticidas que acaban con las abejas
En California, los apicultores brindan servicios de polinización para los huertos de almendros, pero recientemente han reportado abejas muertas inmediatamente después de la floración de la almendra, lo cual creen que está relacionado con la exposición a los pesticidas.

Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Ohio encontró que la exposición a los insecticidas que se aplican durante la floración de la almendra no sólo puede dañar a las abejas melíferas, sino que podría ser particularmente peligrosa cuando la exposición a insecticidas y fungicidas ocurre al mismo tiempo. Los fungicidas, que a menudo son necesarios para proteger los cultivos, se usan de manera rutinaria durante la floración de almendra, pero en muchos casos los agricultores también agregaban insecticidas a la mezcla.

Nuestra investigación demuestra que algunas combinaciones son mortales para las abejas y lo más sencillo es eliminar únicamente al insecticida durante la floración de almendra», indicó el autor del estudio Reed Johnson, en comunicado de prensa. «Simplemente no tiene sentido usar un insecticida cuando el 80% de las abejas del país están expuestas a él».

Los investigadores del estudio destacado también creen que aplicar herbicidas podría tener más impactos negativos en la biodiversidad de insectos que cualquier otra práctica agrícola. También señalaron que el efecto sinérgico de estos químicos juntos podría ser lo más dañino de todo:

“Los pesticidas han provocado la disminución de polillas en las zonas rurales del Reino Unido y de polinizadores en Italia; los insecticidas de amplio espectro reducen la abundancia y diversidad de los insectos depredadores terrestres y consumidores beneficiosos de follaje; los insecticidas sistémicos reducen las poblaciones de mariquitas y mariposas en jardines y viveros e infligen múltiples efectos letales y subletales en las abejas y otros artrópodos.

«Los fungicidas no son menos dañinos para los insectos y la sinergia de un grupo particular de compuestos (es decir, los azoles) con la toxicidad de los insecticidas sin duda se encuentra involucrada el declive la población de abejas».

Disminución de insectos podría provocar un “efecto cascada de amplio alcance”
La revisión pinta un panorama sombrío en el que un mundo futuro sin insectos podría convertirse en realidad en algún momento. Se dijo que la disminución en la población de insectos era «sustancialmente mayor» que las que se observaron en las aves o plantas durante los mismos períodos de estudio, lo que podría «desencadenar un efecto cascada de amplio alcance dentro de varios de los ecosistemas del mundo».

Los investigadores calificaron de «atroz» al estado de la biodiversidad de los insectos en todo el mundo y explicaron muy claramente que, a menos de que «cambiemos nuestras formas de producir alimentos», los insectos se extinguirán en cuestión de décadas. «Las repercusiones que esto tendrá para los ecosistemas del planeta son catastróficas, por decirlo amablemente, ya que los insectos se encuentran en la base estructural y funcional de muchos de los ecosistemas del mundo desde su aparición al final del período Devónico, hace casi 400 millones de años», señalaron.

De hecho, tan sólo los polinizadores son necesarios para ayudar a que el 80% de las plantas con flores se reproduzcan y participen en la producción de 1 de cada 3 alimentos. A continuación, se presenta una muestra de las frutas y vegetales que desaparecerían sin las abejas.

• Manzanas
• Cebollas
• Aguacate
• Zanahorias
• Mangos
• Limón amarillo
• Limón verde
• Melón verde
• Melón cantalupo
• Calabacín
• Calabazas de verano
• Berenjena
• Pepino
• Apio
• Cebolla verde
• Coliflor
• Puerro
• Bok choy
• Col rizada
• Brócoli
• Grelo o brócoli rabe
• Hojas de mostaza

Además de los polinizadores, los insectos son necesarios para la salud del suelo, el reciclaje de nutrientes, control de plagas y mucho más, según indicó el profesor Dave Goulson de la Universidad de Sussex en Reino Unido, para The Guardian. «Los ame o los odie, los humanos no podemos sobrevivir sin los insectos».

Opte por los alimentos orgánicos para salvar a los insectos
La solución a esta catástrofe parece ser la agricultura orgánica y regenerativa, que es un redentor para los insectos en todo el mundo. Por ejemplo, la transición de la agricultura industrial a la agricultura orgánica conduce a un aumento en la abundancia y diversidad de polillas y se ha encontrado que las granjas orgánicas tienen mayor abundancia de insectos en general en comparación con las granjas convencionales.

Aparte de los trascendentales cambios normativos para reducir el uso de pesticidas en los cultivos convencionales, el mejor plan de acción para reducir el daño que la agricultura industrial está causando en los insectos es apoyar a las granjas orgánicas de animales alimentados con pastura que no dependen de productos químicos sintéticos ni otras prácticas agrícolas intensivas.

«Debido a que los insectos constituyen el grupo de animales más abundante y diverso del mundo, además de que tienen funciones vitales dentro de los ecosistemas, un hecho como este no puede ser ignorado y debe provocar una acción decisiva para evitar un colapso catastrófico de los ecosistemas de la naturaleza», advirtieron los investigadores y agregaron que: “Con el fin de desacelerar o revertir la tendencia actual, permitir que las poblaciones de insectos que están en declive se recuperen y salvaguardar las funciones esenciales que brindan al ecosistema, es urgente que se replanteen las prácticas agrícolas actuales, en particular, en lo que respecta a reducir seriamente el uso de pesticidas y su sustitución por prácticas más sustentables basadas en la ecología.

Además de optar por los alimentos orgánicos tanto como le sea posible, puede proteger a los insectos de su propio jardín al cultivar plantas endémicas en su jardín, incluidas las flores silvestres, evitar el uso de fertilizantes y pesticidas y cortar su césped con menos frecuencia –por ejemplo, una vez al año en lugar de hacerlo cada dos semanas.

Incluso si vive en un área urbana, plantar un jardín orgánico en su propio patio trasero representa un alivio importante para los insectos y una excelente oportunidad de conservación que todos podemos implementar.

* Joseph Mercola es un ameritado médico norteamericano que promueve los tratamientos alternos de salud y alimentación. Sus artículos diarios se traducen a varios idiomas y cuenta con miles de seguidores en todo el mundo.

Anuncio

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí